Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

Así envejece el rural gallego

Vacas de una explotación gallega / R. Reboiro

David Lombao

Galicia se hace vieja y uno de los sectores tradicionalmente más asociados a su base productiva, el agroganadero, es una de las muestras más certeras de un envejecimiento hasta ahora imparable. En apenas una década el número de explotaciones del sector primario gallego no ha dejado de mermar y, mientras, la edad de las personas que ostentan su titularidad no ha parado de crecer, aunque a un ritmo mucho más acelerado que el del decrecemento de las propias unidades productivas, hasta el punto de que las las personas mayores de 60 años que encabezan estas explotaciones ya son la mayoría.

Los datos estadísticos más recientes, correspondientes al año 2013, indican que Galicia contaba en ese año con unas 76.000 personas titulares de explotaciones agrarias, según datos del INE. Esto implica una reducción superior al 10% al número del año 2007, considerado el del inicio de la crisis, y un 24% menos que en 2003. Así, es posible afirmar con los datos en la mano que en apenas diez años el campo gallego se ha quedado sin, prácticamente, una cuarta parte de las personas titulares de explotaciones.

Mientras esto sucedía también variaba notablemente la distribución por edades de las personas titulares de este menguante medio rural. El panorama actual indica que poco más de 3.600 titulares de explotaciones son menores de 40 años, algo menos de 27.000 están entre 40 y 60 años y más de 45.500 son profesionales que superan esa edad. De este modo, seis de cada diez titulares están ya por encima de los 60 años.

Mientras que en la década analizada el número total de personas titulares de explotaciones se redujo en un 24% las que tienen más de 60 años mermaron poco más de un 2%. En el lado opuesto, las titulares menores de 40 años han pasado de 10.500 en 2003 a poco más de 3.600 en 2013, lo que implica una desaparición de casi siete de cada diez. Las personas titulares en la franja de edad entre los 40 y los 60 años, por su parte, han visto reducido su número en casi un 40%.

Estas variaciones en el mapa agrario gallego provocan, como es obvio, que las titulares de mayor edad pesen cada vez más sobre el conjunto de la población agraria, dibujando un panorama cada vez más incierto para el relevo generacional y abonando el terreno para un abandono del rural cada vez más acelerado. Mientras que en 2003 las titulares de explotaciones mayores de 60 años no llegaban al 50% ahora son ya el 60% y las titulares de entre 40 y 60 años han descendido casi 10 puntos, del 43% al 35%. Los titulares más jóvenes, de menos de 40 años ya apenas son 5 de cada cien.

Estos son los números de un contexto en el que las personas jóvenes que dirigen explotaciones agroganaderas son prácticamente una anécdota, toda vez que en el año 2013 eran 130 de las más de 76.000 totales. Esto permite deducir una escasa efectividad de programas públicos como las ayudas para la incorporación de la juventud al rural, concebidas por la Xunta como una herramienta para “favorecer el relevo generacional de titulares de explotaciones”.

La misma intención es, además, la manifestada desde las bancadas que sustentan al gobierno cuando, periódicamente, desde la oposición se formulan iniciativas al respecto. La más reciente es la lanzada desde el grupo de AGE, cuyo portavoz en materia rural, Antón Sánchez, propuso hace escasos días la “contratación de 150 técnicos agrarios” para “impulsar la creación de empleo en el rural”. Esta, dice, sería la antítesis de la apuesta del Gobierno gallego, “caracterizada por el desmantelamiento de las oficinas agrarias con la amortización de 130 plazas, una actuación que hunde aún más nuestro campo”, dice.

Etiquetas
stats