Una historia de máscaras y calcetines
¿Qué es el Proyecto Máscaras? Sus responsables insisten: “Es ante todo cine, con su potencial para comunicar y mostrar esos trozos de realidad que normalmente no tienen cabida en los circuitos establecidos”.
Porque Máscaras no es nada más y nada menos que un largometraje de no ficción que relata el trabajo de creación, rodaje y estreno de Calcetin(e)s, un cortometraje de amor e intriga. Todo comenzó cuando la Asociación Pro Personas con Discapacidad Intelectual de Galicia (Aspronaga) encargó la realización de un corto.
Y el corto se hizo, pero se hizo mucho más que eso. Porque no se trataba simplemente de “llenar el tiempo” de estas personas, sino de hacer cine. Y no se trataba de que estas personas fueran el objeto del film, sino que debían ser sus creadores, el sujeto, viviendo todo el proceso para hacer el corto, tomando decisiones en todas y cada una de las partes del proceso: el casting, el guión, los ensayos, el rodaje y la difusión del resultado. Hablamos con Iago González, director y guionista de Máscaras.
¿Qué es el Proyecto Máscaras?
Un día, hace ya bastante tiempo, nos preguntaron si podíamos hacer un corto dentro del programa de ocio de una asociación de personas con diversidad funcional de A Coruña. Yo vi una historia, y dibujé una estructura de trabajo para poder recogerla. Todo esto se desarrolló en un proceso muy largo, pues había que adecuarse a las rutinas de los protagonistas, y el resultado es Máscaras, la historia de un reto compartido. A partir de la peli, volviendo la vista hacia atrás, descubrimos que el propio proceso había resultado mucho más amplio de lo que pensábamos, y ahí es donde comenzamos a separar las capas y entendemos mejor las pautas de ese proceso de construcción: trabajo artístico, pedagogía auto organizada, desarrollo de capacidades...
¿Qué es Calcetin(e)s dentro de él?
Pues me decían hace poco que era el McGuffin de la película, y en cierto modo sería así, pero más allá de Máscaras,Calcetin(e)s tiene entidad propia, y constituye el resultado del trabajo de los protagonistas. Finalmente son dos cosas completamente diferentes, que se complementan, pero que no se precisan una de la otra para tener sentido. En resumen Calcetin(e)s es una historia de ficción, la búsqueda del amor por parte de Brais, que tiene que lidiar con su descoloque en el mundo por culpa de la reaparición de un trauma de su pasado. Por eso y por un hostiazo.
¿Es uno de esos proyectos audiovisuales en los que es difícil marcar las fronteras? ¿Dónde acaba el film en este caso? ¿Era difícil desprenderse de él al terminar la jornada de grabación?
Las fronteras de Proyecto Máscaras en su conjunto son difusas, porque nuestros protas quieren seguir haciendo cosas y eso conlleva participar de más y más parcelas de la vida cotidiana. Esto lleva a una interactuacción con el entorno a partir del orgullo que supone presentar su trabajo, es decir, puro transmedia. Precisamente el pasado fin de semana hicimos un pase en Cangas, y fue una fiesta de diálogo con los espectadores, atendiendo siempre al hecho de que no estaban allí de fiesta, sino presentando el resultado de su trabajo. En ese sentido Calcetin(e)s comienza y terrmina, es un corto de ficción pero es susceptible de ampliarla dando forma a un universo, pero sus límites son muy claros.
Máscaras, como peli, es la historia de un reto y eso implica que si bien como cine la historia termina ahí, el reto es un nuevo punto de partida que abre muchas posibilidades ya que el propio equipo de la peli va a ir teniendo más presencia la medida que avanza el proceso que nadie sabía como acabaría. ¿Están difusas las fronteras? Yo diría que no, pero sí hubo algunas personas que en pases privados comentaron que les había sorprendido como crecían las capacidades para lograr ejecutar sus/nuestros objetivos. Con todo la implicación de todos en este reto era la clave: el esfuerzo sólo podía ser conjunto, y queríamos llegar desde el punto A al B.
¿Qué aprendisteis de ellos?
Yo ni puedo ni debo responder por boca de nadie. Desde el primer momento manejé una serie de claves para tratar de marcar una dirección en la historia, y la más importante era que no había existido una experiencia previa trabajando con gente con diversidad funcional. Quien más y quien menos tuvo o tiene algún contacto con ella, pero Máscaras precisaba un punto de descubrimiento de capacidades, y eso llega con la relación, con el día a día.
¿Qué aprendieron ellos de vosotros?
Supongo que lo que sí puedo decir es que aprendieron que el cachondeo no está reñido con el esfuerzo, y que no hay límites. Creo, también tengo que hacer suposiciones, que en la vida tenemos todos nuestras propias limitaciones, pero que no hay por qué aceptar las que nos vienen impuestas. Y también que incluso esas propias pueden ser muy variables.
¿Por qué queréis que os vean?
Pues por algo tan básico como que todo el mundo quiere que se vean los resultados de sus esfuerzos, y más cuando hablamos de algo como un corto, pero sobre todo hay ganas de que Calcetin(e)s no sea tan sólo el resultado de un ámbito concreto: ellos comprobaron ya que su trabajo puede ser percibido por los espectadores en términos generales, e incluso que es valorado lejos de Galicia por gente que no conocen de nada.
¿Qué recorrido -festivales y otros espacios- va a tener el proyecto?
Tanto la peli como la edición final del corto las estamos presentando ahora a certámenes, pero es una lotería en la que poco se puede entrar. Lo cierto es que en el momento actual, en el que más allá de la crisis vivimos una incertidumbre absoluta de las fórmulas de distribución y exhibición (sobre todo para los pequeños y periféricos), lo que verdaderamente nos interesa es llegar a esta difusión, y si llegase por vías inusuales (y hay conversaciones abiertas) la cuestión festivalera en algunos casos habría que sacrificarla. De hecho en los últimos meses nos han hecho unas cuantas peticiones para organizar pases fuera de Galicia, pero por el momento los reservamos para que no “choquen” con ninguno de los caminos que tenemos abiertos.
En este sentido sí tengo que decir que resulta muy ilusionante la recepción que hemos tenido en diferentes test-screeners fuera de la comunidad, tanto por la disociación automática que se hace con respeto a cuestiones de discapacidad (hablamos de cine, no de exponer causas), como por la aceptación que hay en términos idiomáticos, ya que en la mayor parte de las ocasiones los propios espectadores aconsejaron prescindir de los subtítulos aunque eso llevase consigo no entender momentos determinados: hay una apreciación de lo global que surge de la evidente naturalidad de las situaciones, y somos los primeros sorprendidos con esta reacción.
Más allá de la vida de Máscaras y Calcetin(e)s, todo lo que se va constituyendo como el Proyecto, resulta imposible hablar de hasta donde puede llegar. En ámbitos más académicos valoran la metodología empleada y los resultados, y esta metodología en realidad es absolutamente expansible, posibilita el acceso a nuevos canales de desarrollo. Personalmente no me gusta hablar de integración, considero que todo esto no es más que una toma de posesión de los espacios públicos. En el fondo la idea de la película iba por ahí: ellos aceptaban un reto, pero en realidad el objetivo era que habían asumido la capacidad de asaltar lo acotado por la supuesta normalidad.