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Los sindicatos gallegos sacan a miles de personas a la calle el 1 de mayo frente a la destrucción de empleo y la incertidumbre industrial

Manifestación de UGT y CC:OO. por el Primero de Mayo en Vigo.

Beatriz Muñoz

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Hace un año la pandemia impidió a los sindicatos llevar a la calle las manifestaciones de cada Primero de Mayo, pero este sábado las manifestaciones volvieron a recorrer las siete principales ciudades gallegas y otras localidades. La jornada llegó con Galicia a la cabeza en el incremento del paro en el primer trimestre, con 23.200 empleos menos en 12 meses y un sector industrial que no deja de contar amenazas: la falta de garantías sobre el futuro de Alcoa, el proceso judicial abierto sobre la venta de Alu Ibérica, el cierre de Siemens Gamesa, el fin de la actividad en la central térmica de As Pontes, la falta de carga de trabajo en el naval y el expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) en la refinería de Repsol en A Coruña.

La encuesta de población activa (EPA) del primer trimestre no deja dudas sobre que la destrucción del empleo se concentró en el sector industrial. Al cierre de marzo de 2020, con apenas 15 días de impacto del confinamiento, había casi 191.000 personas ocupadas en estas actividades. Un año después son 22.400 menos. Bajaron también, aunque en menor medida, la construcción, en la que se perdieron 6.200 empleos, y la agricultura, con una caída de 3.700. Estos descensos no se compensaron con las subidas en servicios (7.000 más) y pesca (2.000 más).

Miles de personas se manifestaron en las diferentes ciudades gallegas. En los actos centrales de CIG, UGT y CC.OO., en la ciudad de Vigo, la pandemia se dejó notar en forma de marchas menos multitudinarias que otros años. Centenares de personas acudieron también en esta ciudad a la movilización convocada por CUT, CGT, Sindicato Ferroviario y STEG con el lema 'El capitalismo: la auténtica pandemia'.

En este contexto de nubarrones en la industria gallega, ha vencido uno de los plazos para intentar la venta de la fábrica de aluminio primario que la multinacional Alcoa tiene en San Cibrao, en el municipio lucense de Cervo. Los representantes de los trabajadores y la empresa habían acordado que hasta el 30 de abril no habría protestas de los empleados para favorecer la negociación. La jornada se cerró con un comunicado del Ministerio de Industria en el que se limita a señalar que Liberty House sigue interesada y está “en condiciones” de afrontar la compra “sin necesidad de transmisiones intermedias”, es decir, sin que sea la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) la que adquiera primero las instalaciones para luego venderlas a su vez. El presidente del comité de empresa, José Antonio Zan, ha avisado de que vuelven a la huelga. Empezará el día 6, puesto que hay que comunicarla con cinco días de antelación.

“Ahora toca cumplir” y “Por una salida gallega justa de la crisis” son los lemas con los que se manifestarán los sindicatos. El primero de ellos lo comparten las organizaciones gallegas de CC.OO. y UGT. y lo dirigen al Gobierno central para pedirle que ponga en marcha la agenda social comprometida. Le reclaman que pongan “en primer lugar a las personas” en la reconstrucción apoyada con los fondos europeos, pero también derogar la reforma laboral, apostar por el sistema público de pensiones y mantener los ERTE con las condiciones aprobadas por la pandemia hasta que haya “una reactivación total en todos los sectores”. En el manifiesto que leerán este Primero de Mayo piden también planes para frenar el desempleo juvenil, una ley de igualdad salarial y una estrategia para reducir la siniestralidad laboral. En Galicia murieron el año pasado 52 personas en accidentes en el trabajo, solo dos menos que en 2019, a pesar del parón de la actividad.

La Confederación Intersindical Galega (CIG) acusa al Gobierno de seguir actuando “al dictado de las políticas neoliberales nacidas de la crisis de 2008” y pide derogar las reformas laboral, de la negociación colectiva, de las pensiones, de las prestaciones por desempleo y todas las que llevaron al “desmantelamiento de los servicios públicos”. Teme que afrontar la crisis económica generada por la pandemia con fondos europeos conlleve nuevos recortes y privatizaciones. En la presentación de las movilizaciones, el secretario xeral de la CIG, Paulo Carril, reclamó un plan de recuperación que atienda a los aspectos económico, social e industrial y que “dignifique las condiciones laborales y de vida” de los gallegos. Tras el 1 de mayo, dijo, “habrá que intensificar la movilización”. También dirigió sus críticas al presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, al que acusó de usar “de forma autoritaria” su mayoría y de “agravar” la situación con sus políticas.

Las manifestaciones

Las tres organizaciones sindicales convocaron el acto central de este Primero de Mayo en Vigo. CC.OO. y UGT llevaron las movilizaciones también a A Coruña, Ferrol, Viveiro, Ourense, Vilagarcía y Pontevedra. Hubo concentraciones en Santiago y Lugo. La CIG organizó, junto a la movilización de Vigo, actos en A Guarda, Cangas, A Coruña, Cee, Pontevedra, Vilagarcía, A Estrada, Ferrol, Santiago, Ribeira, Lugo, Viveiro, Ourense, O Barco y Verín.

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