La Xunta de Galicia protegerá el histórico museo de arte gallego propiedad de la cerámica Sargadelos

Daniel Salgado

21 de julio de 2025 18:14 h

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El Museo Carlos Maside era una de las joyas del proyecto cultural asociado a Sargadelos, la histórica compañía cerámica. Durante más de 40 años reunió en su sede de O Castro (Sada, A Coruña) una sustanciosa colección dedicada al arte gallego -sobre todo pintura- del XX, de las vanguardias renovadoras de los años 30 a la generación Atlántica. El conflicto empresarial que, a inicios de este siglo, cambió para siempre el carácter de la empresa lo sumió en cierta desidia. La Xunta de Galicia ha anunciado ahora que protegerá los fondos y el edificio -diseñado por el arquitecto Andrés Fernández-Albalat- como bienes de interés cultural (BIC). Lo hace casi dos años después de incoar el expediente, a solo unos días de que caduque.

El museo que lleva el nombre del pintor Carlos Maside, figura central de la vanguardia gallega de los años 30, lo fundaron en 1970 los artistas Isaac Díaz Pardo -hijo de un paseado- y Luís Seoane -exiliado en el 36. Se trataba de una pieza fundamental del entramado Sargadelos, una firma (re)fundada en los 50, inspirada en la Bauhaus alemana y que intentaba, además de vender artesanía cerámica, mantener erguidos los puentes culturales entre el exilio galleguista republicano y la resistencia antifranquista del interior. A su motor intelectual lo denominaron Laboratoria de Formas, una suerte de oficina ideológica y estética de la iniciativa. En él nace la idea inicial del centro expositivo. En concreto la discurre otro exiliado, según explican colaboradores cercanos a Díaz Pardo, el escritor Rafael Dieste. El objetivo consistía en, a partir de Castelao como germen de la renovación plástica gallega, exhibir a los vanguardistas históricos, de Luís Seoane al propio Maside, de Arturo Souto a Colmeiro. “La generación desconocida a causa de la muerte, del exilio exterior o interior o del olvido que sufrieron gran parte de sus miembros tras la Guerra Civil”, añadían.

No fue hasta 1982 que el singular inmueble de Fernández-Albalat, de planta hexagonal, acogió la colección. Esta había ido creciendo -cuadros de Urbano Lugrís, Sucasas, Reimundo Patiño, etcétera- y convirtiéndose en una magnífica panorámica de la pintura gallega contemporánea. A la vez, exposiciones temporales sobre Picasso, Joan Miró, George Gorsz o el dramaturgo Bertolt Brecht enriquecían su programación. Pero las tensiones accionariales que acabaron con el desplazamiento de Isaac Díaz Pardo de la dirección del grupo y la asunción del mando por parte del polémico Segismundo García -accionista mayoritario y administrador único de la firma- acabaron también con la dimensión cultural de Sargadelos. El museo, en la actualidad propiedad de la Fundación Sargadelos, permaneció cerrado al público entre 2016 y 2023. Entonces abrió de nuevo. García lo volvió a clausurar unos meses más tarde en protesta por la petición del pleno del Ayuntamiento de Sada a la Xunta para que declarase BIC todo el complejo de cerámicas de O Castro (Sada). Allí, además del museo, se encuentra la fábrica principal del Grupo Sargadelos.

“Conformidad del propietario”

Preguntado precisamente por los exabruptos y las arbitrariedades de la gestión de García -en abril cerró por unos días la planta de Cervo como reacción a las medidas de seguridad laboral que le obliga a adoptar Inspección de Trabajo-, el presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, se limitó a afirmar que la declaración de BIC cuenta con “la conformidad del propietario”. “A su valor arquitectónico, que reúne los avances y las innovaciones de los entonces nuevos espacios museísticos y culturales”, señala el comunicado del Gobierno gallego sobre el acuerdo adoptado en su Consello de este lunes, se uno su papel en la promoción de la obra de un grupo de artistas marcados por el exilio y por las generaciones posteriores que tomaron el relevo para reforzar y actualizar una identidad cultural gallega propia fundamentada en las más avanzadas tendencias artísticas y de pensamiento europeas“.

El Museo Carlos Maside es el segundo de los elementos del Sargadelos protegido como bien de interés cultural. La Fábrica de Sargadelos en Cervo (Lugo), también obra de Fernández-Albalat, lo es desde 2015. El Parlamento de Galicia solicitó esa figura en 2010 para los conjuntos de O Castro de Samoedo (Sada) y de Sargadelos ligados al Laboratorio de Formas, incluidas colecciones y bibliotecas. El Carlos Maside será el bien de interés cultural 790 de los registrados en Galicia.