Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
Entrevista Disc-jockey afincada en Ibiza

B Jones, primera española en tocar en la cima del festival Tomorrowland: “A veces hay que demostrar más por ser mujer”

La DJ B Jones en una sesión de techno.

Nicolás Ribas

Ibiza —

8

Beatriz Martínez (Jaén, 1984), más conocida artísticamente como B Jones, es la DJ española del momento. Habiendo empezado desde abajo hace 10 años, se convertirá en la primera artista española (hombre o mujer) en pinchar en el escenario principal de Tomorrowland, considerado el festival de música electrónica más importante del mundo. Martínez nació en Jaén, pero se mudó a Ibiza, con su madre, a los 15 años. Desde entonces no ha parado de trabajar y de estar ligada a la isla.

La DJ recibe a elDiario.es en la puerta de su piso del barrio de La Marina este miércoles al mediodía, antes de la hora de comer. “Estoy muy cansada”, reconoce Martínez. Está muy cansada porque hace solo dos días que volvió a Ibiza, después de haber estado en el festival Desalia, en Punta Cana. “Todavía estoy notando el jet lag”, añade. Además, este martes inauguró el verano en Ibiza con Come Closer, su fiesta en Hard Rock Ibiza.

Viene de pinchar en el festival Desalia de Punta Cana. ¿Cómo ha ido?

Ha sido increíble. Desalia es una gran experiencia porque son 1.000 jóvenes que van una semana a disfrutar de los artistas que siguen y ven en redes sociales. Traen una energía increíble y, aparte, la organización siempre es muy buena. Este año ha sido en Punta Cana, pero cada año se celebra en un sitio diferente. Toda la programación, los escenarios... todo ha sido genial, la verdad. Ha sido una muy buena experiencia.

La pandemia ha sido muy dura para las fiestas y el ocio nocturno. ¿Qué ha supuesto para usted a nivel personal y profesional?

A nivel profesional me quedé sin mi carrera de un día para otro. Estaba viajando por el mundo, tenía programados un montón de festivales, giras en Estados Unidos y todo se paralizó. A nivel personal, claro, mi vida es mi trabajo, pero no ha sido mala (la pandemia) para mí porque pasé más tiempo en casa, pasé más tiempo con mi hija, cosa que me vino muy bien y hasta me enamoré, que hacía 10 años que estaba soltera. Estuvo bien para relajarse. A nivel profesional tuve que aprender a sobrevivir, mi yo y mi marca, de otra forma: hice una academia para chavales a través de internet, alguna fiesta online y poco a poco volvimos a la vuelta.

Debe ser complicado compaginar este trabajo con el hecho de ser madre. ¿Cómo lo ha hecho durante todos estos años?

Al principio, cuando no tenía tantos viajes, fue lo más difícil, porque cuando ya empecé a viajar mucho, mi madre vino a vivir conmigo a Ibiza. No tenía que preocuparme de contratar a una cuidadora: simplemente me iba, hacía mi show, volvía y estaba en un hogar, con mi madre y con mi hija, feliz. Lo llevaba bastante bien porque mi familia me apoyaba.

El mes que viene pinchará en el escenario de Tomorrowland, el festival de música electrónica más importante del mundo. Un sueño, ¿no?

Completamente. Un sueño. Y, además, era un sueño porque era algo que yo de alguna forma me lo creía. Aspiraba a ello, creyendo que iba a pasar, sin tener ninguna posibilidad real en ese momento. Así que para mí es un regalo de la vida.

¿Cómo se siente?

Por una parte, entusiasmada y agradecida. Por otra parte, claro, también con presión. Voy a ser el primer DJ español que esté en el mainstage (escenario principal). Tengo mi presión y mi responsabilidad, pero bueno, eso es bueno. Eso me hace estar trabajando duro.

Y coincide, además, que acaba de lanzar su propio sello discográfico.

Sí, acabo de lanzar Come Closer. Mi marca es también mi fiesta, que lancé también este martes. El primer tema ha sido una versión de Bella Ciao en tech house y con voz femenina que está funcionando muy bien.

Le iba a preguntar por esa canción. Ha tenido mucho éxito, recientemente, con la serie de La Casa de Papel. ¿Por qué la elige?

Yo pincho para el público. Y Bella Ciao es una canción que en cualquier versión siempre funciona y a la gente le encanta. Entonces, siempre pensé en llevármela hacia una versión más actual, ahora que los estilos han cambiado. Simplemente por eso. Este martes la puse y la gente se vino arriba. Quería darle ese toque diferente: una voz femenina y con un estilo tech house.

Un tema que haya sacado en los últimos años. ¿Con cuál se quedaría?

¿De mis canciones? Con la última. Yo es que siempre me quedo con la última. No sé por qué. Me quedo con Bella Ciao. Lo último que hago siempre es lo que más me gusta. Me pasa como con el amor: el último parece ser que es el gran amor de tu vida. La música es igual.

Vayamos a su infancia: ¿cómo era Beatriz Martínez en Andújar?

Vengo de una familia numerosa, trabajadora y humilde. Éramos seis hermanos. Tengo una hermana melliza y otra que me lleva 11 meses. Jugaba al fútbol, competía en atletismo y fui campeona de Andalucía en el Campeonato de España. La primera vez que viajé fue gracias al atletismo. También me gustaba el ajedrez. Era muy aventurera: de ahí viene “Jones”, de Indiana Jones, que seguirá conmigo el resto de mi vida.

Y en un momento dado viene a Ibiza. ¿Cómo surge?

Vine a Ibiza a trabajar para ayudar a mi madre, porque se separó y necesitaba alguna ayuda. Estaba sola, éramos muchos hermanos y tuve la oportunidad de trabajar como camarera en Ibiza, en el restaurante Rocamar, en Figueretes. Tenía 15 años. Ahí vine por primera vez. En invierno me fui a Andújar, pero luego volví y me quedé aquí. Trabajaba en un hotel en s'Argamassa. Siempre en la hostelería.

Para ayudar económicamente.

Sí, llegó un momento en que me quedé para hacer mi vida. Compré un apartamento e hice mi vida aquí. Me casé con 19 años y tuve una hija con mi novio de toda la vida, que era de Andújar también. Al principio, vine para ayudar a mi madre. Cuando empiezas a trabajar muy joven maduras muy rápido. Y yo recuerdo que mi sueño con 18 años era comprarme un apartamentito. No estaba en la fiesta. Sí, conocí la fiesta aquí en Ibiza también, pero estaba muy enfocada y era muy, muy, muy responsable para mi edad. Muy madura.

¿No le interesaba el mundo de la música electrónica?

Me gustaba el mundo DJ porque el novio de mi hermana mayor lo era. Cuando tenía 12 o 13 años aprendí con él y me enamoré de la profesión. Pero cuando eres de un pueblo tan pequeño, hace veintipico años atrás, yo no sabía que había mujeres DJ. No entraba en mis planes de vida tampoco. Cuando di el paso, mi hija tenía 7 años y yo vivía en Madrid.

¿Pudo estudiar la profesión?

Me dediqué a trabajar duro. Me quedé embarazada con 19 años, Kiara nació cuando yo tenía 20 y me casé. Y ahí pues no funcionaba la cosa más (con mi pareja). Yo estaba con una persona que sí le gustaba la fiesta y tuve muchos problemas con él, así que me vi sola con Kiara. Ahí es cuando di otro paso en mi vida: me fui con mi hija a Madrid, pese a que no conocía a nadie. A empezar desde cero porque el padre de mi hija se había convertido en una persona que no era agradable tener cerca. Entonces, decidida a darle un futuro a mi hija, me fui a Madrid y allí me dediqué a trabajar. Empecé como relaciones públicas y terminé como promotora en ocio nocturno, contratando disyoqueis y siguiendo más cerca de la profesión. Y ahí sí que empecé a formarme, con 26 o 27 años.

¿Durante esos seis años trabajó en el ocio nocturno?

A Madrid llegué con 21 años. Primero trabajé en una guardería, también trabajé como relaciones públicas, hacía encuestas.... Trabajé en un montón de cosas. Y trabajar como relaciones públicas me acercó a las oficinas del ocio nocturno. Yo no estaba en la fiesta.

¿Cuál fue el primer local en el que trabajó en Madrid como relaciones públicas?

Como relaciones públicas en Changó. En la primera discoteca que pinché fue en la antigua sala BAT.

¿Y cómo llega el momento, a sus 27 años, en el que puede empezar a dedicarse a ello?

No llegó el momento. Yo lo decidí. Y eso que estaba bien acomodada: había pasado de ser relaciones públicas a estar en oficinas, contratando disyoqueis y organizando relaciones públicas. Pero no era feliz y me empecé a preguntar qué quería ser en la vida. Estaba trabajando un montón, criando a mi hija, tirando hacia adelante con todo y decidí dedicar mi vida a mí, que es lo que deberíamos hacer todos. Cada uno de nosotros. Dedicar nuestra vida a nosotros. Y cambié. Le dije al DJ con el que trabajaba en Kapital que quería ser disyóquey y me dijo que cuando terminara Navidad fuera al estudio a darle caña. Y así fue.

¿Cuántos años de preparación se necesita?

¿La preparación? Yo creo que para ser DJ necesitas talento, conocer música y saberte la parte teórica. La parte teórica me la sabía, así que cuando llegó la parte práctica, practiqué. Pero cuando tú realmente vas aprendiendo es con tu carrera, cuando te vas soltando. Es como sacarse el carnet de conducir: aprendes cuando te lo sacas y estás solo con tu coche. Todo fue muy rápido. Antes de cumplir un año ya era residente en Pachá Ibiza y ya viajaba por todo el mundo, pero no considero que esté en la élite. Ahora mismo estoy en proceso y trabajando mucho. Es verdad que me ha ido muy bien y que he recorrido todo el planeta con la música.

¿Tuvo referentes DJ?

Mi gran referente siempre fue Tiësto. Pero ya cuando de verdad te metes dentro de la industria, acabas teniendo diferentes referentes que, incluso, no son famosos.

¿Y alguna mujer?

Me gusta Nervo, que son mujeres las dos. Me gusta cómo han llevado su carrera y cómo han conseguido destacar de esa forma, en una profesión masculina.

¿Cree que es una profesión masculina?

Es una profesión en la que hay más hombres que mujeres.

¿Y a qué cree que se debe eso?

Hay cosas a las que las mujeres siempre hemos llegado tarde, que no nos ha estado permitido y no solo en esta profesión. La manera en cómo nos educan, cómo nos hacen pensar. El hecho de decirle a mi madre que quiero ser DJ hay que trabajarlo. Yo misma, con 19 años, no me lo planteaba. Ni con 12. ¿Por qué? Por la sociedad en la que he crecido. Por lo que veo, yo veo más hombres. Y por cómo me educan en mi casa, en mi colegio. Pues yo no lo pensé, ¿sabes? Creo que es por cómo nos educan y cómo funciona el mundo.

¿Cree que es una cuestión más de la sociedad que no de la industria?

Sí es de la sociedad, no de la industria porque yo nunca me he sentido rechazada en la industria por ser mujer.

No ha tenido malas experiencias. Experiencias machistas.

Malas experiencias he tenido toda mi vida, como cada mujer que conozco. En un restaurante, en un bar... Pero en la profesión, diría que me han tratado un poquito mejor, con más respeto que en otros trabajos que he tenido en mi vida.

En los cabezas de cartel de Tomorrowland de los últimos años había muy pocas mujeres. Algunas de ellas fueron Dua Lipa, Nervo y Nina Kraviz.

Este año, la verdad es que he visto bastantes: Charlotte the Witte, Nina Kraviz... En todos los escenarios hay mujeres.

¿Considera que eso va, poco a poco, cambiando?

Sí, creo que además ahora es cool tener mujeres. Todos los buenos carteles tienen que tener mujeres para realmente ser buenos carteles. Y está guay.

Alguna vez ha dicho que cree que ha tenido que esforzarse el doble por ser mujer.

A ver, en algunas cosas sí. A veces tienes que demostrar el doble por ser mujer. Ya no, pero sobre todo, cuando empezaba. Me preguntaban si sabía pinchar, venía el típico deejay que quería enseñarme cómo funcionaba todo. Y yo le decía: “Eh, que me dedico a esto igual que tú. ¿Qué te piensas? ¿Que por ser mujer me lo tienes que explicar?”. Así que es verdad que a veces tienes que demostrar cosas, pero no siempre. Pero cuando demuestras las cosas, ganas el doble.

Cambiando de tema. ¿Cómo es Beatriz Martínez fuera de las cabinas?

Pues es una chica muy normal, la verdad. Soy madre. Ahora tengo pareja, también. Me gusta estar en casa. Trabajo un montón, estoy muy, muy, muy entregada a mi carrera desde por la mañana hasta por la noche. Me gusta el deporte, hago pilates y no me gusta la fiesta.

¿Es un mito eso de que no se puede tener una vida sana si trabajas en la noche?

Existe mucha mejor vida que la que tienen muchos amigos míos que trabajan en bancos. Yo no tomo drogas ni tomo alcohol. Vino sí, que es alcohol, vale, pero no me emborracho. Voy al gimnasio, hago pilates... Me gusta la vida sana. Mi sábado o domingo perfecto es irme a comer con mi familia. Si no trabajo, pues irme a cenar con mi chico. Lo que más.

Me ha llamado la atención esto que ha dicho. ¿No le gusta la fiesta?

Si pincho yo, me gusta. Pero todavía no he ido a ninguna fiesta este año en Ibiza. A ninguna. Y tengo las puertas abiertas de todas. Estoy muy centrada en mi carrera y me gusta mucho dormir y madrugar. Tengo que ser responsable con el verano que tengo para dar lo mejor de mí. Si pincha algún colega y me lo pide para apoyarle voy, pero voy un ratito, me tomo algo con él y me voy. No me voy a la fiesta, no voy en plan “vamos a vestirnos amigas, que nos vamos de fiesta”. No lo hago en todo el verano.

Un reto que tenga en el corto plazo. Un sueño por cumplir.

Mi sueño por cumplir es Tomorrowland. Estar allí y hacerlo increíble, por supuesto. También me gustaría que alguno de mis temas sonara en todo el mundo y funcionara.

Muchas gracias.

Gracias a vosotros.

Etiquetas
stats