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Vox planta al PP en la reunión “secreta” que tenían para repartirse el poder en Balears

Los principales líderes de Vox y el PP en las Islas en una reunión mantenida el 5 de junio.

Nicolás Ribas

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Esta tarde-noche estaba prevista una reunión entre el PP y Vox para negociar la investidura de la popular Marga Prohens como presidenta de Balears. Un encuentro en el que estaba previsto que los populares pusieran sobre la mesa las cesiones que están dispuestos a asumir para que Vox se abstenga en la investidura. Por otro lado, se esperaba que el partido ultraderechista pidiera, de entrada, formar parte del Govern, siguiendo el modelo de Castilla y León.

Este miércoles, pasadas las cinco de la tarde, Vox ha anunciado que la reunión quedaba cancelada, en lo que supone el primer desplante del partido hacia los populares. Jorge Campos, líder de la formación en Balears, ha explicado en un comunicado que el encuentro se cancelaba porque, según su versión, Prohens no iba a formar parte del mismo, sino que había delegado la reunión en un equipo negociador. “El PP tiene que entender que su investidura depende de los votos de Vox, que se los debemos -a su vez- a los votantes”, ha dicho Campos. El líder ultraderechista ha señalado que “cualquier reunión de la mesa de negociación entre Vox y el PP será pública” y que, en cualquier caso, todo se hará con “absoluta transparencia”. “No va a haber ningún secretismo en los acuerdos a los que se pueda llegar”, ha apostillado. Esta versión no ha podido ser contrastada con el PP.

Esta semana se ha producido la primera ronda de contactos entre Marga Prohens, líder del PP balear, y el resto de formaciones políticas con representación en el Parlament que se constituirá el 20 de junio. La sesión de investidura se espera entre el 27 y el 30 del mismo mes, en la que Prohens espera convertirse en la próxima presidenta del Govern. En las primeras reuniones que han tenido lugar esta semana, solo Vox ha mostrado su predisposición a facilitar un gobierno del PP. La cuestión central que se discute es a cambio de qué, es decir, si la extrema derecha ocupará posiciones importantes en la configuración de las principales instituciones del archipiélago balear.

Una de las posibilidades que se barajan es que Vox reclame la presidencia del Parlament. Jorge Campos, líder del partido de extrema derecha en Balears, aseguró este lunes en su cuenta de Twitter que su modelo es el de Castilla y León, donde Alfonso Fernández Mañueco (PP) gobierna en coalición con Juan García-Gallardo (Vox), repartiéndose ambos partidos las consejerías. El acuerdo al que se llegó para que Mañueco formara gobierno implicó que la presidencia del parlamento autonómico quedara bajo el control de la ultraderecha, una fórmula que ahora Campos podría reclamar en el archipiélago balear. Públicamente, lo que ha dicho el líder de Vox es que su partido no está hablando con el PP sobre “reparto de cargos”.

Vox podría reclamar el control de Educación

Pese a que Prohens en todo momento afirma que la única opción que contempla es gobernar en solitario, el planteamiento de Vox es ambiguo. En ocasiones deslizan que pueden estar a favor de negociar una abstención, y en otras lanzan mensajes como que su modelo es el de Castilla y León, donde controlan varias consejerías.

En caso de querer entrar en el Govern, es posible que Vox reclame la Conselleria de Educación, con el objetivo de confrontar el modelo de inmersión lingüística y reducir notablemente el uso del catalán en las aulas. Cabe recordar que cuando el gobierno conservador de José Ramón Bauzà (PP) planteó este escenario en la legislatura anterior al primer gobierno progresista de Armengol, con su apuesta por el trilingüismo, se encontró con una fuerte oposición en las calles.

Precisamente, durante la campaña electoral, Vox defendió que las Balears necesitaban un gobierno que “revierta las políticas separatistas y pancatalanistas”. “El avance de la agenda catalanista en las Islas Baleares (sic) ha sido fruto de las políticas del Partido Popular”, argumentó el vicepresidente de la Junta de Castilla y León, García-Gallardo, cuyo gobierno ha generado una grave crisis, con altercados incluidos, debido a la intención de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural (Vox) de reducir los controles sanitarios en relación a la tuberculosis bovina.

En cualquier caso, los ultraderechistas han remarcado esta semana que “aquellos que nos han votado van a verse representados en cualquier tipo de negociación”. “Tenemos muchos puntos en común con el PP, pero hay otros muchos que son completamente diferentes”, afirmó Campos, cuyo objetivo principal es cambiar “todas las políticas de izquierdas” que, según él, “nos han llevado a una situación tan complicada de ruina, miseria y división”.

El Partido Popular, en cambio, defiende, al menos públicamente, que su partido aspira a gobernar en solitario, sin Vox en el gobierno. “Vox ha sido el único grupo parlamentario que ha dicho abiertamente que está dispuesto a negociar una abstención, que es lo que el PP quiere”, dijo Toni Costa, portavoz parlamentario del PP. Los populares mantienen que no van a hacer un ‘cordón sanitario’ a nadie. “Ni a Vox, ni a los otros partidos políticos”, aseguró Costa. El PP, pese a todo, reconoce que una hipotética abstención de Vox no sería gratuita. “A lo que se esté dispuesto a ceder o no lo veremos durante las negociaciones”, afirmó el portavoz popular.

Revertir las políticas de izquierdas

El PP plantea que con sus 25 escaños más el diputado de Sa Unió (una coalición que integra al PP) superan en uno a los que tiene toda la izquierda junta, y que ello debería ser suficiente para poder gobernar en solitario, independientemente de los ocho escaños de Vox. Si Prohens sale elegida en segunda votación durante la sesión de investidura, el objetivo de los populares sería negociar medida a medida con el conjunto del arco parlamentario.

“Es absolutamente necesario que empecemos a cambiar las políticas que ha aplicado la izquierda durante los últimos ocho años”, subrayó Costa, en referencia a la necesidad de bajar los impuestos (algo que pretenden aprobar en los primeros 100 días de gobierno), cambiar las políticas turísticas, sanitarias y de vivienda. En cuanto a las políticas sanitarias, pretenden impulsar “un plan de choque” centrado especialmente en Eivissa, cuya situación describen como precaria.

El objetivo que se marca Prohens de “acabar con ochos años de políticas de la izquierda” choca frontalmente con los dos gobiernos anteriores del PSOE en coalición con otras formaciones progresistas. Por este motivo, dicen los socialistas, liderarán la oposición y en ningún caso facilitarán un gobierno del PP. “Lo que haremos es vigilar que no se retrocede en derechos y libertades”, dijo Iago Negueruela, portavoz del PSOE, después de haberse reunido con los populares. Los socialistas ponen el foco en la necesidad de mantener los derechos conquistados en materia de igualdad y LGTBI, así como los avances en materia de salud laboral -donde reivindican los logros para las camareras de piso en la nueva Ley Turística-. Unos derechos que, consideran, “corren riesgo con la derecha extrema y la extrema derecha”.

Negueruela critica que el PP pida la abstención al PSOE mientras pacta gobiernos municipales con Vox, por ejemplo, en Calvià o Marratxí. “La escenografía está bien (...) pero los hechos son que [el PP] está hablando en muchos ayuntamientos con la extrema derecha”, lamenta el portavoz socialista, que ha mostrado su preocupación por que el PP pueda renunciar a unos 180 millones de euros estatales para financiar un proyecto de tranvía que conecte con el aeropuerto de Palma o puedan llegar más ‘megacruceros’ a la ciudad.

El PP ya ha pactado gobiernos municipales con Vox en Calvià y Marratxí

En cuanto a Vox, ha criticado que quieran cerrar IB3 o puedan reclamar la Conselleria de Educación. Por otro lado, desconfían de lo que los populares están diciendo públicamente y no descartan que después de las elecciones generales del 28 de julio, el PP acepte incluir a Vox en el Govern, algo que Prohens ha negado estos días. En una comparecencia ante los medios de comunicación, la líder popular aseguró que “no hay otra opción”, en referencia a su propuesta de gobernar en solitario.

Los ecosoberanistas, abiertos al diálogo

En un primer momento, Més per Mallorca (partido que ha gobernado las Islas junto con el PSOE y Unidas Podemos) se había mostrado favorable a facilitar una investidura de Prohens, con la condición de que los populares formaran un ‘cordón sanitario’ en torno a los ultraderechistas, tanto en el Parlament como en el resto de las instituciones de las islas. “Este compromiso por parte del PP no existe y, por tanto, hemos avanzado el voto en contra a la sesión de investidura de Prohens”, aseguró Lluís Apesteguia, coordinador general de Més per Mallorca. Los ecosoberanistas entienden que ante una situación que describen como “extraordinaria”, pese a las diferencias ideológicas con el PP, se podría haber acordado la abstención, siempre que Vox no entrara en ningún gobierno municipal, ni tampoco en el Consell de Mallorca o en el Govern.

Pese a que han anunciado su voto en contra, Més per Mallorca y Més per Menorca se han mostrado abiertos a pactar con el PP durante la legislatura en cuestiones relacionadas con la protección del territorio y la lengua y el fortalecimiento de los servicios públicos. “Probablemente haremos una oposición muy firme con la mayoría de los temas que lleva el PP en su programa, pero no cerramos, en absoluto, la posibilidad de llegar a acuerdos para reorientar o atenuar algunas de estas políticas que no nos gustan”, aseguró Josep Castells, diputado electo por Més per Menorca. “Es un grupo parlamentario con el cual podremos hablar durante toda la legislatura y creo que podremos llegar a acuerdos”, afirmó Costa, portavoz del PP, después de la reunión mantenida con los progresistas menorquines, quienes afirmaron que la firmeza de su oposición dependerá del acercamiento (o no) del PP con Vox.

“Espero que en esta tierra no veamos a gente de Vox gestionando conselleries, pero si se diera el caso, nos encontrarán con la máxima contundencia y beligerancia”, manifestó Apesteguia, coordinador general de Més per Mallorca, que ha matizado que es cierto que el PP no les ha trasladado un escenario de “pacto” con Vox, aunque tampoco de “aislamiento”, que es lo que reclaman. En este sentido, han trasladado a Prohens que esperan una legislatura en la que se pueda construir “en positivo”, pese a las diferencias “absolutas” que ambos partidos tienen ideológicamente. “Tenemos que encontrar espacios de defensa de los elementos nucleares de nuestro autogobierno, convivencia, derechos sociales y laborales”, aseguró Apesteguia. Los populares solo se aseguran el voto favorable de Sa Unió, en cuyo partido está integrado el PP. “Quiero agradecer a Prohens la sensibilidad que ha tenido con Formentera: nos ha escuchado y nos ha dado soluciones”, afirmó Llorenç Córdoba, diputado electo de la formación que representa los intereses de Formentera.

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