El Fòrum de la Societat Civil propone índices de sostenibilidad y obsolescencia de equipamientos turísticos para “decrecer” el modelo

El Fòrum de la Societat Civil ha propuesto este miércoles aplicar un índice de sostenibilidad y otro de obsolescencia a los equipamientos turísticos, entre las 214 medidas que han acordado en el I Congreso de Turismo de la Sociedad Civil, con el objetivo de hacer “decrecer” el modelo turístico en Balears.

Así lo ha anunciado el vocal de la comisión ejecutiva del Fòrum, Jaume Garau, en una rueda de prensa donde ha destacado que la estrategia es disminuir la dependencia del sector turístico para favorecer otros ámbitos, como el tecnológico, ambiental o cultural, y, así, tener “más calidad de vida”.

Según ha explicado, el índice de sostenibilidad se basaría en medir “la relación sostenible entre número de turistas y habitantes”, mientras que el de obsolescencia se dedicaría a reconvertir los establecimientos turísticos en desuso en vivienda, espacios culturales, sanitarios o similares, “algo que se ha hecho otras veces y es posible”.

“Se trata de ir decreciendo poco a poco en un proceso que no afecte a la pérdida de puestos de trabajo”, ha insistido, en “un proceso inclusivo” y “una transición justa”. “Hablamos de un proceso de reconversión para no perder ocupación”, ha recalcado.

Además, el vocal ha propuesto incrementar la recaudación del Impuesto de Turismo Sostenible entre los meses de junio y octubre, con el fin de “frenar la demanda” y, sobre todo, “invertir este dinero en la diversificación”. Al mismo tiempo, ha pedido que se frene la promoción turística en las ferias internacionales en un momento en el que hay “exceso de demanda”, haciendo uso de esas partidas presupuestarias en otros sectores “más sostenibles”.

En cuanto a las plazas turísticas, se ha sugerido la “prohibición en edificios plurifamiliares en Mallorca”, así como restringir la compra de viviendas a residentes --sin especificar el número de años que deberían computar--.

También, ha añadido que se debe “recuperar los centros históricos” a causa de la “gran afluencia de turistas” que transitan por estos lugares en la última década, lo que ha dado lugar, ha dicho, a una transformación del tejido social y económico.

A su vez, ha planteado que se tramite este año una ley que garantice la representación de las organizaciones de la sociedad civil en las instituciones públicas para ser parte activa del proceso y, con respecto al ámbito cultural, ha exigido que en todo tipo de servicio o infraestructura turística “la lengua y cultura de Mallorca estén perfectamente representadas”, ya que, según ha opinado, ha habido “una erosión” de estos valores.

Piden “más transparencia” en la Mesa para el Diálogo del Govern

Las conclusiones del congreso se presentarán en cada uno de los 12 grupos de trabajo en los que participa el Fòrum dentro de la Mesa para el pacto social por la sostenibilidad, impulsada por el Govern, de manera que en octubre “deberá salir un documento consensuado”.

No obstante, Garau ha dicho no estar de acuerdo con la metodología empleada, por lo que ha pedido mayor “transparencia”. Además, ha criticado que el Fòrum está “sub-representado” en todas las áreas en comparación con el mundo empresarial o científico.

En paralelo, ha criticado al economista y catedrático Antoni Riera por dirigir el comité de expertos --del que ha mantenido que se desconoce su composición--, ya que, según ha creído, “representa el mundo empresarial” y se basa en “una metodología anticuada”.

En vista a futuras acciones, el Fòrum tiene previsto presentar las conclusiones en la Comisión de Turismo del Congreso de los Diputados y, también, en las instituciones europeas. “Hay muchas cosas que se podrían hacer ya”, ha manifestado Garau, poniendo como ejemplo la regulación de entrada de coches de alquiler en Ibiza o el aumento del ITS para el año que viene y, así, se conseguiría que Balears fuera ejemplo de “cómo está cambiando de rumbo”.

Con respecto a las manifestaciones contra la saturación turística producidas estos últimos meses, las ha visto “positivas” puesto que “denotan un grado de conciencia del problema” y, en relación a los “efectos secundarios” que dicen las patronales hoteleras que podrían desalentar la visita de extranjeros, ha considerado que “está por ver” y ha recalcado que hay “grandes cadenas que están de acuerdo con el cambio de modelo turístico”. “No nos debe de dar miedo”, ha insistido.

Todo ello, en el marco de “una emergencia climática” que, como ha comentado, tendrá “impactos muy importantes” en la costa mallorquina, haciendo referencia al estudio del Centro Oceanográfico de Balears que detallaba que había 71 playas en peligro de desaparición en las Islas. Una cuestión que afecta directamente a la región, pues “hay una buena parte de turismo de sol y playa”.

Así, ha concluido con que este proceso de cambio debe ser “serio, trabajado, operativo e inclusivo”.