A cualquier aficionado al comic le suenan estos diálogos:
Juez Dredd: “Mega City. Artículo infringido, 213: destrucción voluntaria de propiedad privada, dos años. Artículo 310: posesión ilegal de armas de asalto, cinco años. Artículo 457 Resistirse al arresto, ¡veinte años!
[uno de los delincuentes intenta atacar al Juez Dredd pero otro juez, Hershey le dispara y lo mata]
Juez Dredd: “Gracias Hershey. Y Artículo 3613 Asesinato en primer grado de un juez…”
Delincuente: “Déjame que adivine…cadena perpetua”
[el otro malo intenta atacar a Dredd, por el juez vuelve a ser más rápido y dispara]
Juez Dredd: “Muerte. Se levanta la sesión”
Exacto, una especie de musculoso policía-fiscal-juez-paramilitar que patrulla las calles de un distópico mundo futuro armado y con una placa donde el mismo se lo guisa y se lo come: detiene, juzga y ejecuta sentencias como un campeón. Él es ‘capaz’ de valorar los delitos, decidir la pena y multar, detener o…
Pues algo parecido, salvando las distancias espacio-temporales y estéticas estamos empezando a sufrir en otra distopia (esta más real, ay…). La del Reino de España, sistema planetario de la Unión Europea, año estelar de 2015.
Resulta que el gobierno del reino ha pasado la Ley Orgánica 4/2015, de 30 de marzo, de protección de la seguridad ciudadana, más conocida por “Ley mordaza” y ha reformado el Código Penal, lo que concede a las fuerzas del orden atribuciones similares a las del Juez Dredd, o sea: decidir lo que es una falta y hacer lo que quiera. Ya no se llaman faltas, pero se trata de eso. Todo lo que no sea delito, el agente en cuestión, valora, juzga y sentencia. ¿Los jueces? Bien, gracias.
¿Por qué pasa esto? Pues por algo muy sencillo: por la cantidad de procesos que pierde la policía en los procesos judiciales (en el marco de las protestas sociales). Según datos de #LegalSol (Grupo de juristas del 15M de Madrid) del pasado 28 de junio, “de las 665 personas detenidas desde el inicio del 15M, sólo una de ellas ha sido condenada a una prisión inferior a dos años y sólo se ha perdido el 6 % de las sanciones administrativas”. O sea, el 94% de las multas que se recurren, se ganan.
A la policía (y al Gobierno) esto no le gusta mucho, que los jueces hagan justicia. Y en estos casos, sencillamente les quiten la razón una y otra vez. Por lo que, ¿qué mejor que quitar a los jueces de en medio? ¿Qué mejor idea que tener a 100.000 jueces Dredds por todo el Reino capaces de valorar, sentenciar y multar a discreción? A su discreción.
Os presento al artículo 37.4 de la nueva Ley Mordaza:
En el mundo de las protestas sociales, es inevitable cierto ‘roce’ o confrontación pacífica entre ciudadanos y fuerzas del orden. Imaginad a Rosa Parks en el autobús no sentándose donde los blancos porque había un cartel que lo prohibía y el conductor le decía que no o a Gandhi yéndose de vuelta a casa sin hacer una sentada pacífica porque molestaba a un policía…
Pues ahora, el Sr funcionario de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado va a ser el que decida cuando sienta que “se le ha faltado al respeto o a la consideración”.
[NOTA: Por supuesto que sucede con frecuencia que se le falta al respeto y consideración a miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado. Y hasta ahora en ese caso un juez evaluaba el asunto y dictaba una sentencia. Un juez, sí…, como en las mejores democracias.]
Sigo, ese Sr funcionario decide lo que es una falta de respeto hacia él y ya. Fin. Ley. Multa. Como tengas la mala suerte de ir a una manifestación o un desahucio el día después de que al Sr policía su mujer no le haya dejadooooo ejem… o su equipo favorito haya perdido en la primera ronda de la Copa del Rey, o le hayan subido la hipoteca, o lo que sea pues…
Mira lo que ha pasado hace un par de días:
No soy jurista, pero estoy seguro de que esto (reprobable, seguro) no pasaba de eso: reprobable, feo… Pero ni delito ni falta ni nada. Pero, ey, ya no hay juez. Ahora solo hay un agente con su libreta. Voy a hacer una predicción: de todos los artículos de la Ley, vamos a ver muuuuuuuchas multas con este 37.4.
600 euritos a entera discreción del Sr. Agente.
Esta Ley (y otras que han pasado con la reforma del Código Penal) tienen cuestiones mucho peores como recortes en la libertad de expresión e información o la prisión permanente revisable, por ejemplo. Grandes partes que son inconstitucionales y que muy raro será si el Alto Tribunal no lo declara así en unos breves 4564564635 años.
Existen dictámenes de 60 catedráticos de derecho penal que dicen que la Ley es mala, todo el mundo ha protestado: asociaciones de magistrados, fiscales, la abogacía, todo tipo de asociaciones, todos los partidos (menos uno), la Unión Europea, la ONU… Faltan los Teletubbies por sacar un comunicado. Es sencillamente el mayor recorte en derechos civiles y libertades de la democracia.
Pero hoy me quiero quedar con este efecto de los Jueces Dredd patrullando el Reino. Por cierto, un marrón para los policías. Para policías responsables y demócratas, que son la gran, gran, gran, gran, gran mayoría.
Por cierto, que con esta ley, a Gandhi, por (y lee bien) exclusivamente por sentarse en el suelo y negarse a levantarse cuando se lo ordenara un agente de a autoridad le podrían acusar de atentado a la autoridad y le podrían pedir de 2 a 4 años de cárcel. Eso sí, esto todavía por lo menos con juez de por medio. España, 2015.
Sobre este blog
Interferencia (Wikipedia): “fenómeno en el que dos o más ondas se superponen para formar una onda resultante de mayor o menor amplitud”.
Interferencias es un blog de Amador Fernández-Savater y Stéphane M. Grueso (@fanetin), donde también participan Felipe G. Gil, Silvia Nanclares, Guillermo Zapata y Mayo Fuster. Palabras e imágenes para contarnos de otra manera, porque somos lo que nos contamos que somos.
