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El G7 reafirma su “determinación de combatir la migración irregular” ante la crisis afgana

Pakistán fortifica su frontera con Afganistán.

Andrés Gil

Corresponsal en Bruselas —
9 de septiembre de 2021 21:45 h

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Si hace unos días la Unión Europea dejó claro que prefiere ayudar a los refugiados en Irán y Pakistán en lugar que dentro de las fronteras europeas, el G7 este jueves ha aprobado una declaración en unos términos similares: las siete economías más avanzadas del planeta se conjuran contra la “migración irregular” –mientras la UE hablaba de 'migración ilegal'– y se muestran dispuestas a ayudar a los países de la región que acogen refugiados.

“Estamos profundamente preocupados por la situación en el Afganistán”, dice la declaración de los ministros del Interior del G7 –EEUU, Canadá, Japón, Reino Unido, Alemania, Francia, Italia y la UE–, reunidos este miércoles y jueves en Londres, “y cooperaremos juntos, con los países de la región que acogen a refugiados, para acceder a rutas seguras y regulares para la protección y el reasentamiento. La protección de los vulnerables es una prioridad”.

El G7 afirma, en un mensaje también al Gobierno talibán, que “todos los ciudadanos extranjeros y cualquier ciudadano afgano con autorización de viaje (otorgada después de los controles pertinentes) de nuestros países deben poder dirigirse de manera segura y ordenada a los puntos de partida y viajar fuera del país. Reconocemos los importantes beneficios económicos y sociales que los migrantes que llegan a través de los canales regulares pueden aportar a nuestros países, al tiempo que reafirmamos nuestra determinación de combatir la migración irregular y las redes de traficantes”.

Los siete países aseguran estar unidos en “apoyo a quienes se han visto obligados a huir de sus hogares debido a las amenazas de persecución, violencia y opresión dentro del Afganistán. Los miembros del G7 se comprometen a tomar medidas rápidas para desarrollar y fortalecer rutas seguras y regulares para proteger a las personas en riesgo. Basándonos en los principios del Pacto Mundial sobre Refugiados y aprendiendo lecciones de la respuesta de Siria, estamos decididos a trabajar juntos para permitir que aquellos que necesitan protección encuentren seguridad y reconstruyan sus vidas. Reconocemos que ciertos grupos estarán en mayor riesgo de persecución y trabajaremos juntos para garantizar que las mujeres, las niñas, las minorías perseguidas y otras personas que enfrentan amenazas de opresión y violencia reciban el apoyo y la protección que merecen. Buscaremos apoyar a los países vecinos y de tránsito, que albergan a un gran número de migrantes y refugiados, para reforzar sus capacidades de protección”.

Además, la declaración del G7 afirma: “Nuestros países tienen una sólida y orgullosa historia de ofrecer refugio a los necesitados en tiempos de crisis. Dar la bienvenida a quienes huyen de la persecución, el conflicto o la opresión a través de rutas seguras y regulares es una demostración clave de esto. Estas rutas salvan vidas y ofrecen seguridad y estabilidad a quienes más necesitan protección”.

“Preocupación de la UE”

En paralelo, el Servicio de Acción Exterior de la UE, dependiente de Josep Borrell, ha difundido una nota este jueves en la que expresa su “preocupación tras el nombramiento de un Gobierno interino por los talibanes el 7 de septiembre”.

La diplomacia europea considera que la composición de ese Ejecutivo monocolor “no está a la altura de las promesas declaradas por los talibanes sobre la necesidad de un Gobierno inclusivo que refleje la diversidad política, religiosa y étnica de Afganistán. Un Gobierno inclusivo y representativo es un elemento clave para un Afganistán estable y pacífico. También es un punto de referencia esencial para el compromiso de la UE. La UE, por lo tanto, espera tal inclusión y representación en la composición futura del Gobierno”.

“Para apoyar a la población afgana, tendremos que relacionarnos con el nuevo gobierno en Afganistán”, decía Borrell tras la reunión de ministros de Exteriores de la UE la pasada semana, “lo que no significa reconocimiento, sino una relación operativa. Y esta relación operativa aumentará dependiendo del comportamiento de este Gobierno. Para medir el comportamiento, necesitamos benchmarks, puntos de referencia que hemos discutido como base para la relación de la Unión Europea con los gobernantes afganos tras la toma de poder de los talibanes”.

La primera condición es “el compromiso de que Afganistán no sirva de base para la exportación de terrorismo a otros países; en segundo lugar, el respeto por los derechos humanos, en particular los derechos de las mujeres, el Estado de derecho y la libertad de los medios de comunicación; el tercer punto, el establecimiento de un Gobierno de transición inclusivo y representativo a través de negociaciones entre las fuerzas políticas en Afganistán; el cuarto, el libre acceso de ayuda humanitaria, respetando nuestros procedimientos y condiciones para su entrega; el último, el cumplimiento del compromiso talibán sobre la salida de extranjeros y afganos en riesgo que deseen salir del país, en línea con lo ya decidido por la resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas”.

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