“Hasta que Maduro se rinda”: la estrategia de Trump con Venezuela
“Volar embarcaciones hasta que Maduro se rinda”. La declaración de la directora de Gabinete de Donald Trump, Susie Wiles, en una conversación publicada por Vanity Fair evidencia que, en contra de lo expresado en numerosas ocasiones por el presidente de EEUU, los hasta ahora 23 ataques a las supuestas narcolanchas que han acarreado 95 asesinatos extrajudiciales, tienen poco que ver con la lucha contra el “narcoterrorismo” y mucho con el derrocamiento del Gobierno de Nicolás Maduro.
Wiles, además, admite que atacar objetivos en suelo de Venezuela obligaría a la Casa Blanca a obtener la aprobación del Congreso, cosa que hasta ahora tampoco había reconocido la Administración Trump: “Si autorizara alguna actividad en tierra, entonces sería guerra, y [necesitaríamos] al Congreso. Pero Marco y JD, en cierta medida, están todos los días en el Capitolio, informando”.
En efecto, este mismo martes los secretarios de Estado, Marco Rubio, y de Guerra, Pete Hegseth, tenían previsto reunirse con senadores en el Capitolio para intentar aplacar unos ánimos cada vez más revueltos en el Congreso de EEUU, con varias resoluciones sobre poderes de guerra sobre la mesa, alguna pendiente de votarse esta semana, para evitar un ataque contra Venezuela.
Eso sí, de momento, Hegseth se ha abierto a distribuir de forma limitada el vídeo en el que se ve cómo las Fuerzas Armadas estadounidenses rematan a dos supervivientes en el primer ataque contra supuestas narcolanchas, el pasado 2 de septiembre. La decisión de Hegseth llega después de haber mostrado el vídeo a puerta cerrada en el Congreso y de que el propio Trump se mostrara dispuesto a su difusión.
Así, Hegseth ha dicho que el Pentágono facilitará a determinados congresistas el vídeo completo y sin editar del segundo ataque perpetrado el 2 de septiembre, y dijo que el vídeo estaría disponible este miércoles para los Comités de Servicios Armados del Senado y la Cámara de Representantes, junto con los comentarios del almirante de la Marina que dio luz verde al ataque. Sin embargo, dijo que el vídeo sigue siendo clasificado y no se divulgará al público en general ni a los legisladores que no desempeñan funciones de supervisión del Pentágono.
“Por supuesto que no vamos a publicar un vídeo secreto, completo y sin editar, para el público en general”, ha declarado Hegseth a los periodistas al salir de una reunión a puerta cerrada con los senadores.
¿Qué contendrá ese vídeo para que la Administración no quiera que lo vea el público estadounidense? “Lo que he visto en esa sala ha sido una de las cosas más inquietantes que he visto en mi carrera pública”, dijo hace dos semanas el representante de Connecticut Jim Himes, el líder demócrata del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, tras ver el vídeo del ataque del 2 de septiembre: “Hay dos personas en clara situación de peligro, con una embarcación destruida, que fueron asesinadas por Estados Unidos”.
El líder de la mayoría demócrata en el Senado afirmó que Hegseth rechazó su petición de que se pusiera a disposición de todos los senadores el video sin editar del ataque a la embarcación del 2 de septiembre, y que se publicara una versión adecuada para el público en general.
“Si no pueden ser transparentes en este asunto, ¿cómo podemos confiar en su transparencia en todos los demás temas que están surgiendo en el Caribe?”, se preguntaba a su vez el líder de los demócratas en el Senado, Chuck Schumer (Nueva York). “La Administración llegó a esta reunión con las manos vacías”.
Schumer dijo que había visto el video del segundo ataque a la embarcación, en el que murieron los supervivientes: “Lo vi, fue profundamente perturbador”.
El senador demócrata por California Adam Schiff anunció que solicitará en el pleno del Senado la difusión del video a todo el Congreso y al pueblo estadounidense. “El público debe ver esto”, declaró Schiff tras la reunión a puerta cerrada, y afirmó que las explicaciones de la Administración le parecieron incoherentes.
El senador republicano Lindsey Graham (Carolina del Sur), por su parte, ha dicho este martes tras la comparecencia de Hegseth y Rubio a puerta cerrada que el vídeo debería mostrarse a todos los congresistas. Y ha añadido: “Después de todo este despliegue, el desenlace tendría que ser la salida de Maduro. Pero no sabemos qué va a pasar después. Espero una respuesta mejor que la que nos han dado. Y si el objetivo no es derrocarlo, si después de todo esto dejamos a este hombre en el poder, ¿qué mensaje mandamos al mundo? Este hombre preside un estado narcoterrorista, tiene que irse y tiene que haber un plan para eso. Mi trabajo es empujar a esta Administración a que tenga un plan para el día después de derrocar a Maduro. Y si el objetivo no es derrocar a Maduro, todo esto es un error y sería una muestra de debilidad tremenda”.
“La política de EEUU debe ser que Maduro no siga en el poder como ocurrió con Noriega en Panamá”, ha insistido Graham: “Trump ha dicho que los días de Maduro están contados. ¿Y qué pasa después?”.
En este sentido de presión para buscar el derrocamiento de Maduro, Trump está redoblando las acciones sobre la principal industria del país, la relacionada con el petróleo.
Así, si la semana pasada EEUU apresó un petrolero frente a las costas venezolanas, este lunes un buque cisterna que transportaba nafta rusa –químico que Venezuela necesita importar para diluir su petróleo pesado y así comercializarlo– para la empresa estatal PDVSA, y al menos cuatro superpetroleros que debían recoger cargamentos de crudo en Venezuela han dado media vuelta después de que Estados Unidos confiscara un buque que transportaba crudo venezolano, según datos de seguimiento de buques publicados por Reuters.
El petrolero confiscado la semana pasada transportaba unos 1,85 millones de barriles de petróleo pesado venezolano vendido por PDVSA.
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