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Marruecos insiste ante el enviado de la ONU en su propuesta para el Sáhara

Rabat —

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Rabat, 13 ene (EFE).- El ministro de Exteriores marroquí, Naser Burita, ha insistido en defender una autonomía para el Sáhara Occidental durante su reunión de hoy en Rabat con el nuevo enviado de la ONU para este territorio, Staffan de Mistura, que visita por primera vez la región.

De Mistura ha comenzado en la capital marroquí su primer viaje a la zona para intentar desencallar la disputa entre Rabat y el Frente Polisario sobre el Sáhara, que se encuentra en un momento especialmente delicado tras la ruptura del alto el fuego entre ambos y la escalada de tensión de Marruecos y su vecina Argelia, país donde se ubican los campos de refugiados y el gobierno saharaui.

La primera toma de contacto del diplomático ítalo-sueco, nombrado el pasado octubre, le llevará, según su plan inicial, a Argelia y a Mauritania, aunque la escala en este último país podría cancelarse por problemas de agenda de su presidente, según ha podido saber Efe.

No pisará, sin embargo, el territorio del Sáhara Occidental, controlado por Marruecos, ni tampoco ha pedido hacerlo, ya que se reserva ese viaje para un futuro, aseguraron fuentes diplomáticas.

AUTONOMÍA COMO ÚNICA SALIDA

Tras aterrizar el miércoles en Rabat, De Mistura se ha reunido hoy con el ministro Burita y el embajador de Marruecos ante la ONU, Omar Hilale, en el Palacio de Huéspedes, ubicado dentro del recinto del Palacio Real y donde se aloja la delegación de Naciones Unidas.

Según el ministerio de Exteriores, la delegación marroquí ha reiterado a De Mistura la solución de Marruecos al conflicto sobre la excolonia española, expuesta, recuerda el departamento de Burita, por el rey Mohamed VI en sus últimos dos discursos con motivo de la Marcha Verde marroquí que en 1975 desalojó a los españoles del Sáhara.

Dicha postura, añade el comunicado, consiste en apoyar un proceso de negociación bajo el mando “exclusivo” de la ONU “para llegar a una solución política sobre la base de la iniciativa marroquí de autonomía”, excluyendo así la única salida que propone el Frente Polisario; esto es, un referéndum de independencia.

Además, Rabat exige que estas negociaciones se hagan con el formato de mesas redondas en las que participen las que considera cuatro partes en el conflicto: Marruecos, el Frente Polisario, Argelia y Mauritania.

Quiere así que las autoridades argelinas formen parte del proceso porque cree que son éstas realmente las que guían la actuación del Polisario.

En su comunicado, Marruecos destaca que esa fórmula de mesas redondas está en la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU del 29 de octubre del año pasado, en la que pide que se alcance una solución política realista, pragmática y duradera al conflicto.

UNA AGENDA DESCONOCIDA

La visita de De Mistura a Rabat se está llevando con una gran discreción. Su plan es quedarse en Marruecos hasta el sábado, cuando viajará a Argelia en un avión del Ejército español usado antes por sus predecesores.

Sin descartar cambios, el enviado de Naciones Unidas prevé hacer escala primero en la localidad argelina de Tinduf para visitar los campos de refugiados saharauis y reunirse con representantes del Polisario.

La siguiente parada programada es Argel, tras lo cual De Mistura viajaría a Mauritania y concluiría allí su visita el día 20 con su vuelta a Madrid.

El ítalo-sueco se enfrenta a la difícil tarea de avanzar en una disputa enrocada, con posturas inamovibles de autonomía por un lado y referéndum por otro, pero que en los últimos meses se han visto sacudidas por dos acontecimientos: la ruptura en noviembre de 2020 del alto el fuego vigente desde 1991 entre el Polisario y Marruecos y el reconocimiento un mes después por parte del expresidente estadounidense Donald Trump de la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara.

Esta decisión de Trump, tomada a cambio de que Rabat entablara relaciones con Israel, no la ha refrendado Joe Biden, pero el gesto movió las aguas en la zona, separando aún más a Argelia de Marruecos, que rompieron relaciones en verano y están en plena escalada armamentística, lo que dificulta un entendimiento sobre la cuestión saharaui.

María Traspaderne

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