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Ocho millones de estadounidenses recurren al crowdfunding para poder afrontar tratamientos y deudas médicas

Manifestación contra el desmantelamiento de Obamacare en Los Ángeles en 2017

Álvaro García Hernández

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Ocho millones de estadounidenses han tenido que abrir alguna campaña de crowdfunding para ellos mismos o algún miembro de su familia para poder pagar tratamientos o facturas médicas y otros 12 millones dicen haber iniciado campañas para terceras personas. Son los datos que se desprenden de la última encuesta del Centro Nacional de Investigaciones y Opinión de la Universidad de Chicago.

La encuesta, realizada en noviembre del año pasado, refleja también que uno de cada cinco estadounidenses reconoce que ellos o algún miembro de su familia han contribuido a alguna campaña de recaudación de fondos para afrontar gastos médicos.

En relación a la persona a la que va dirigido el dinero que donan, un 46% reconoce hacerlo con amigos, un 24% para familiares, un 23% decide ayudar a conocidos y un 14%, a compañeros de trabajo. Además, más de un tercio de los estadounidenses ha enviado dinero a personas que no conocía personalmente.

Preguntados por el nivel de responsabilidad del Gobierno de Estados Unidos para ofrecer una sanidad gratuita o de bajo coste para aquellos que lo necesiten, tres de cada cinco cree que es gran o muy responsable por ello, seguido de los hospitales y clínicas médicas (47%), organizaciones benéficas (44%) y médicos (38%). Por el contrario, el 14% de los estadounidenses opina que la Administración tiene poca o ninguna responsabilidad. Además, cuatro de cada diez encuestados atribuyen alguna responsabilidad a los familiares y amigos.

Según un estudio publicado en febrero de 2019, anualmente alrededor de 530.000 personas se declaran insolventes por las deudas médicas. El estudio muestra que incluso la Affordable Care Act (ley de asistencia sanitaria asequible) –un hito de la Administración Obama conocido como Obamacare– que tenía como objetivo conseguir precios asequibles en materia sanitaria tampoco ha logrado reducir esas deudas.

Otros informes han contabilizado que uno de cada seis estadounidenses dice contar con una factura médica sin pagar en su historial. En 2017, esa deuda ascendió hasta los 81.000 millones de dólares, y un 47% de la misma supone cantidades superiores a 600 dólares por persona, de acuerdo con el estudio publicado por Urban Institute.

Según estos mismos estudios, tener un seguro médico de cobertura baja aparece citado como uno de los principales motivos de esas quiebras. Un problema que ni republicanos ni demócratas se ponen de acuerdo para solucionar. Además, Donald Trump siempre ha tenido entre sus planes al frente de la Administración debilitar el Obamacare facilitando que los estados puedan desvincularse de algunos requisitos de la ley y dejar de ofrecer seguros médicos más baratos, lo que podría empeorar la situación de la sanidad estadounidense. Aunque ha pospuesto su derogación para después de las elecciones de noviembre.

Y es que la cuestión de los seguros médicos también ha entrado de lleno en la campaña electoral de cara a las presidenciales. Los demócratas tienen cada uno un plan diferente para solucionar el problema: mientras que los más progresistas, Bernie Sanders y Elizabeth Warren prometen crear un sistema de salud público y universal, Joe Biden, exvicepresidente en la era Obama, y más conservador, pretende reformas parciales de la actual normativa.

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