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El primer ministro belga presenta la dimisión una semana después de la ruptura con los soberanistas flamencos por el Pacto Mundial sobre Migración

El primer ministro belga, Charles Michel, a su llegada a la segunda jornada de la cumbre de la Unión Europea celebrada el pasado 14 de diciembre.

Andrés Gil

Corresponsal en Bruselas —

La agenda de la extrema derecha ha acabado con el gobierno del liberal Charles Michel. La ruptura del soberanista flamenco N-VA hace diez días por la firma del pacto de la migración de la ONU por parte del Gobierno belga dejó al primer ministro contra las cuerdas, en una situación de debilidad que ha terminado decantándose este martes con la presentación de su dimisión ante la inminencia de una moción de confianza para la que no contaba apoyos en el Parlamento.

“Mi llamamiento no ha convencido”, ha dicho Michel, “no ha sido escuchado. He tomado la decisión de renunciar y comunicárselo directamente al rey Felipe de los belgas”. Michel recibió el aplauso de la bancada que le sostenía y partió para Laeken, la residencia del monarca, al tiempo que se suspendía la sesión parlamentaria.

Como adelantaba Le Soir, Felipe ha mantenido la renuncia en suspenso durante el periodo de consultas, hasta que encuentre “una mínimo común denominador entre las partes”.

El jefe del gobierno había llamado por la tarde al Parlamento a constituir una “coalición de buena voluntad” para continuar el trabajo político hasta las elecciones del 26 de mayo. Había propuesto una “hoja de ruta” basada en tres proyectos: poder adquisitivo, seguridad y clima, explica La Libre.

Si bien el primer ministro hizo algunos gestos sobre ciertos temas, los compromisos parecían demasiado vagos para la oposición. Los socialistas se preparaban para anunciar la presentación de una moción de desconfianza, firmada conjuntamente por los Verdes, para darle a Michel 48 horas para aclarar sus intenciones. Sin embargo, no dio tiempo. Al reanudarse la sesión plenaria, poco antes de las 20.00, el primer ministro pidió la palabra y anunció que iría al rey para presentar la renuncia de su gobierno.

“He expresado este llamamiento con profunda sinceridad y profunda convicción en interés de los ciudadanos, y observo que este llamamiento no ha convencido, no se ha escuchado”, declaró. La interpelación de Michel también dejó fríos a parte de su coalición de Gobierno: el presidente de los liberales flamencos (Open Vld) recordó en Twitter su preocupación por completar el trabajo realizado por la antigua mayoría, especialmente sobre el presupuesto y el plan de empleo.

Michel había acudido este martes al Parlamento para responder a preguntas de diputados sobre su gestión al frente de un Gobierno en minoría y ante la amenaza de que varias formaciones presentaran una moción de confianza que se votaría el próximo jueves.

La semana pasada, la Cámara aprobó que Michel pidiera la confianza de los diputados este martes como tarde, dado que está al frente de un nuevo Ejecutivo tras la salida del socio mayoritario de la coalición, los soberanistas flamencos de la N-VA, después de que éstos se negaran a apoyar el pacto migratorio de la ONU firmado por el Gobierno.

En todo caso, el ya ex primer ministro no estaba obligado a solicitar esa confianza y no estaba previsto que lo hiciera, según adelantó el ministro de Exteriores, Didier Reynders, a la cadena pública RTBF.

Michel había acudido a responder a preguntas de diferentes formaciones sobre la actual situación política, dejando en manos de los diputados la posibilidad de presentar una moción de confianza que se sometería a votación el jueves, cuando estaba previsto que el Parlamento votara también el presupuesto de 2019.

El PP y el sp.a (socialistas flamencos) ya habían advertido de que estaban dispuestos a presentar esa moción si el Gobierno en minoría no solicitaba la confianza de la Cámara.

Para retirar la confianza al Ejecutivo la moción debía contar, 48 horas después de su presentación (para el jueves), con el apoyo de la mayoría absoluta del Parlamento, es decir, al menos 76 votos de 150 (el actual Gobierno contaba con 52 diputados).

Aunque los independentistas flamencos hasta ahora habían mostrado su apoyo, el ex secretario de Estado de Asilo Theo Francken, había advertido este martes que esas cuentas “ya no son realistas” en materia de política de asilo.

Denunció en concreto que la ministra de Sanidad, la liberal flamenca Maggie de Block, que ha asumido su cartera, prevea revisar la limitación de la cantidad diaria de solicitudes de asilo que se pueden registrar o incluso aumentar el número de plazas de acogida, medidas que en opinión de Francken costarán “millones” que no han sido previstos en el presupuesto.

El Ejecutivo que encabezaba Michel estaba compuesto por el Movimiento Reformador (MR, liberales francófonos), los democristianos flamencos (CD&V) y los liberales flamencos (Open Vld).

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