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El polémico video de una mujer dando a luz en Guatemala muestra la urgencia de abordar la violencia obstétrica

María García Arenales

¿Se imaginan dar a luz en un quirófano mientras profesionales de la salud gritan y graban con sus móviles la llegada del bebé como si se tratase de una competición? En Guatemala se ha convertido en una tradición que tiene lugar el 1 de enero, cuando los hospitales compiten en el llamado “Maratón de la Cigüeña”. Se trata de una actividad realizada por el periódico Prensa Libre desde 1956 que premia con regalos a las familias de los bebés que nacen en los primeros segundos o minutos del año. Entre los obsequios que reciben, donados por diferentes empresas, hay pañales, ropa, toallitas e incluso cunas.

Este año, sin embargo, el concurso ha sido más polémico de lo esperado después de que la organización argentina Dando a luz publicó en su cuenta de Twitter un vídeo donde se observa cómo unos 30 miembros del personal médico del Hospital Roosevelt de Guatemala hacen la cuenta regresiva de fin de año mientras graban el parto de una mujer, quien permanece tumbada en la camilla sin decir palabra y con evidente dolor. Entre gritos y ataviados con sombreros de fiesta, en el vídeo también se aprecia cómo los profesionales retienen al bebé unos instantes para que sea el primero en nacer en 2019, todo con el objetivo de ganar el famoso concurso.

Organizaciones guatemaltecas como el Observatorio en Salud Sexual y Reproductiva (OSAR) aseguran que no existe explicación para justificar la grabación del Hospital Roosevelt y califican lo ocurrido como un hecho de violencia obstétrica, una violencia normalizada que afecta a miles de mujeres en los centros hospitalarios del país centroamericano. “En el vídeo hay un ambiente de fiesta en el que ni la mujer ni el bebé ocupan un lugar protagónico, lo que les preocupa es que el hospital gane el primer puesto del concurso. Aquí se ha violado el derecho a la intimidad y a la privacidad de esa señora y su hija y parece que lo importante es que va a recibir regalos mientras nos olvidamos de sus derechos, pero esto es lo que sucede en los hospitales de Guatemala”, cuenta a eldiario.es la doctora Mirna Montenegro, directora del OSAR.

El país centroamericano, añade Montenegro, “está un paso atrás” en cuanto a violencia obstétrica porque la mayoría de mujeres no tiene acceso a los servicios de salud para la atención al embarazo ni para la atención al parto.

La última Encuesta Nacional de Salud Materno Infantil, de 2014-2015, señala que casi la mitad de los partos, el 48%, fueron atendidos en el sector público, el 34% en la casa y el 9% en el sector privado. De todos los partos atendidos, el 65% recibió atención en centros de salud, si bien cabe destacar que un 32% de las mujeres menores de 20 años fueron atendidas en casa, mientras que en las mujeres de entre 40 y 49 años la atención en casa llega al 50%.

“En este contexto machista el parto es algo propio de la mujer y si hay dolor o complicaciones es porque dios así lo quiso. El sistema está más preocupado porque no se le complique al doctor el parto y no tiene en cuenta los derechos de las mujeres, que llegan totalmente indefensas”, añade Montenegro.

En ese sentido la doctora asegura que en Guatemala los médicos no tienen en consideración a quien está a punto de ser madre, pues no se les pregunta si quieren que se les realice una episiotomía -incisión en la zona del perineo- o si quieren la anestesia epidural. “Nadie pregunta ni explica, no se reconocen los derechos que tiene la mujer en el marco del embarazo, el parto y el posparto, se da por sentado que el personal de salud tiene el conocimiento y el poder, no tienes ni voz ni voto”, critica.

Como muestra de rechazo al video del Hospital Roosevelt, el OSAR ya ha enviado una carta al viceministro de hospitales, el doctor Mario Figueroa, y al director de ese centro, Marco Antonio Barrientos, para pedirles que se lleve a cabo un proceso de capacitación en ese establecimiento y que ponga en marcha un protocolo donde se apliquen “cuidados maternos respetuosos”.

Por su parte, el departamento de comunicación del Hospital Roosevelt dijo a eldiario.es que el centro va a “reforzar el protocolo de participación de la madre para el tradicional nacimiento del primero del año para garantizar la intimidad durante el parto de las madres”. También aclaró que la mujer que aparece en el video dio su consentimiento.

La violencia obstétrica, es decir, el trato irrespetuoso y ofensivo durante el parto en centros hospitalarios, es otra forma de violencia contra la mujer y así lo reconoció la Organización Mundial de la Salud en septiembre de 2014, cuando publicó una declaración en la que denunció el maltrato y la falta de respeto en la atención al parto e invitó a que los países apliquen políticas de control de calidad en los centros sanitarios.

Sensibilización y ley

En Guatemala, al igual que en otros muchos países latinoamericanos, no existen normas específicas contra la violencia obstétrica. Si bien la diputada guatemalteca Sandra Morán presentó en 2017 una iniciativa de ley en el Congreso para prevenir y sancionar este tipo de prácticas en el país, fue rechazada por la Comisión de Salud y Asistencia Social. El Colegio de Médicos, entre otras organizaciones, también se pronunció en contra de esta norma.

Para Montenegro no solo es necesario que la violencia obstétrica sea reconocida en Guatemala como un delito y que exista una legislación específica para combatirla, sino que es preciso sensibilizar a los prestadores de salud sobre el problema y crear planes piloto en los hospitales en el marco de una estrategia de cuidados maternos respetuosos.

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