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The Guardian en español

Los rusos que luchan contra el ejército de Putin en Ucrania

Soldados ucranianos en el frente de guerra, cerca de Járkov

Pjotr Sauer

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Mientras paseaba por Kiev vistiendo su nuevo atuendo militar ucraniano, Igor Volobuyev sintió que por fin había cumplido su propósito. Durante semanas, tras haber salido de Rusia rumbo a Ucrania, el exvicepresidente de Gazprombank se había pasado el día intentando convencer a los funcionarios de que le proporcionaran documentos ucranianos y le permitieran alistarse para luchar contra el país en el que había pasado la mayor parte de su vida adulta. “En cuanto estalló la guerra, enseguida supe que quería ir a defender a Ucrania”, dice Volobuyev en una entrevista en la capital ucraniana.

“Primero, quise unirme a las unidades de defensa territorial de la región de Sumi, donde crecí. Me puse en contacto con muchos oficiales, pero legalmente no era posible para mí luchar allí siendo ruso”, cuenta. Sin embargo, pronto se le presentó la oportunidad de alistarse en la legión 'Libertad para Rusia', una unidad militar especial que forma parte de las Fuerzas Armadas ucranianas, y está integrada en su totalidad por ciudadanos rusos. Dice que recibió la oportunidad con los brazos abiertos. Volobuyev anunció que se había unido a la legión en un vídeo publicado hace unos días y en el que aparece con una pistola automática en la mano.

El exvicepresidente de Gazprombak

“Estoy muy contento de haber alcanzado mi primer objetivo. Pero ahora tengo que someterme cuanto antes a un entrenamiento militar para poder ir a luchar. No puedo detenerme a mitad de camino”, dice. Volobuyev, 50 años, tiene raíces ucranianas, pero posee pasaporte ruso y ha vivido la mayor parte de su vida en Moscú, donde llegó a ser vicepresidente de Gazprombank, el tercer banco más grande de Rusia y propiedad de la empresa energética Gazprom. Volobuyev es uno de los pocos desertores rusos de alto nivel que han condenado públicamente la guerra.

Su decisión de tomar las armas contra Rusia fue otro giro más en una historia extraordinaria. Su deserción pública ya había causado conmoción, dado el alto cargo que Volobuyev ocupaba en una empresa central del establishment ruso y presidida por Alexei Miller, director general de Gazprom, cercano a Vladímir Putin.

“Hice concesiones conmigo mismo durante mucho tiempo... Pero el 24 de febrero [el día en que Rusia inició la invasión de Ucrania], cualquier conversación sobre hacer concesiones se tornó imposible”, dice. “No podía ser parte de este crimen”, explica.

Se sabe poco sobre la legión Libertad para Rusia a la que se unió Volobuyev. Su formación se anunció en Telegram el 12 de marzo y algunos de sus miembros -que llevaban pasamontañas- dieron una rueda de prensa en Kiev a principios de abril. En su canal de Telegram, el grupo publica a menudo fotos de sus miembros realizando preparativos militares. “Yo ya era conocido para el público, así que puedo hablar”, dice Volobuyev. “Pero para los demás miembros y sus familias es muy peligroso, así que el grupo es muy reservado”, aclara.

Ucrania, su “única patria”

Invocando el secreto militar, Volobuyev se niega a revelar cuál es el tamaño de la unidad militar y dónde ha estado luchando, aunque dice que el cuerpo participa frecuentemente en combates. Insiste en que la unidad “no es un grupo de mercenarios”, sino una parte oficial de las Fuerzas Armadas ucranianas y, por lo tanto, en caso de ser capturados, los soldados deben ser tratados conforme al derecho internacional humanitario.

La insignia oficial de la unidad forma parte del uniforme de Volobuyev. La bandera blanca y azul es utilizada por los rusos que se manifiestan en contra de la guerra, tanto dentro como fuera del país. Imita el diseño de la bandera rusa, pero con la franja roja reemplazada por una blanca, para así eliminar la asociación con “la sangre y la violencia”, según Volobuyev.

Aunque la principal motivación de Volobuyev para tomar las armas era defender a Ucrania, a la que describe como su “única patria”, asegura que lo que la mayoría de los rusos de la legión buscan es un cambio de régimen en Moscú. “Por lo que he visto hasta ahora, se trata de un grupo de rusos muy motivados que creen que derrotar a Rusia ahora es la única manera de crear un país democrático y civilizado”, dice.

Derrocar a Putin

Artyom (nombre ficticio), otro miembro de la unidad, dice que se unió “porque era la única oportunidad de deshacerse del régimen de Putin” y que había participado en la oposición rusa antes de abandonar el país en 2020. Cuenta que se trasladó a Ucrania poco antes de la guerra, intuyendo un inminente ataque ruso. “Amo a mi patria”, dice. “Me gustaría que no hubiese tenido que llegar a esto, pero tenemos que acabar con este sistema. Espero poder volver a casa después de la guerra”, apunta.

Algunos rusos han encontrado otras formas de ayudar a los esfuerzos militares de Ucrania. Poco después de que estallara la guerra, Maxim Motin, antiguo diputado local de la oposición en Moscú que vive en Kiev desde hace cuatro años, montó rápidamente varias líneas de producción destinadas a fabricar chalecos y cascos blindados para el ejército ucraniano. “Hubo una gran demanda de chalecos antibalas, en especial durante los primeros días de la guerra. Hasta ahora, hemos hecho más de 700 chalecos y muchos cascos”, dice Motin en una entrevista telefónica desde la ciudad occidental ucraniana de Leópolis, donde coordina la producción de equipamiento para el Ejército.

Durante años, Motin dijo que quería cambiar Rusia desde dentro a través de la política, pero cuenta que finalmente se vio obligado a huir del país en 2018 tras haber recibido amenazas de parte de los servicios de seguridad rusos. Ahora, asegura, no se lo pensó dos veces antes de suministrar equipamiento militar para ayudar al Ejército ucraniano en su lucha contra su propio país de origen. Motin cuenta que las autoridades en Moscú recientemente han abierto dos casos penales contra él por su apoyo a Ucrania, con el grave cargo de financiación del terrorismo. “No tengo nada que ver con el régimen sangriento que gobierna Rusia ni con nadie que apoye la guerra”, dice Motin. “Creo que Rusia tiene que perder en el campo de batalla” , concluye.

Traducción de Julián Cnochaert.

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