Taiwán es el primer país de Asia en prohibir el consumo de carne de perro y de gato
Taiwán se va a convertir en el primer país de Asia en prohibir el consumo de carne de perro y carne de gato. A medida que la gente ha empezado a tener mascotas en todo el continente, las actitudes hacia estos animales han cambiado. La Ley para la Protección de los Animales, que ha sido revisada, impone una multa de 250.000 dólares taiwaneses (casi 8.000 euros) por comer carne de perro o gato, mientras que las sanciones por crueldad animal o por sacrificarlos se han elevado hasta llegar a los dos años de prisión y a multas de dos millones de dólares taiwaneses (casi 62.000 euros).
Para las personas reincidentes las penas de cárcel pueden llegar a ser de hasta cinco años de cárcel. Bajo la nueva normativa, también podrán ser castigados públicamente: el gobierno podrá publicar sus nombres y sus fotografías.
La ley veta “sacar a pasear” a las mascotas sobre una moto o mientras se conduce un coche. La presidenta todavía tiene que firmar la enmienda pero podría ser aprobada definitivamente a finales del mes de abril.
La carne de perro no es muy consumida en Asia, pero sí que se ofrece en algunas cocinas regionales. Encontrar carne de gato es aún más raro. Ciertamente, la carne de perro fue muy consumida en Taiwán pero ahora estos animales, en general, se consideran mascotas y no comida. La presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, es una enamorada de los gatos y muchas veces posa con sus mascotas durante actos de campaña. El año pasado, adoptó a tres perros guía retirados.
La matanza en masa de perros más conocida (para utilizar su carne) se produce una vez al año en China durante el festival de la carne de perro de Yulin. Cada año, mueren unos 10.000 perros que terminan siendo alimento de esta ciudad del sur. Pero este festival enfurece, cada vez más, a los activistas por los derechos animales.
Taiwán prohibió la venta de carne de perro y gato en el año 2001 y, además, algunos gobiernos locales ya habían prohibido su consumo.
El año pasado, un estudiante fue condenado a diez meses de prisión por matar a dos gatos callejeros. Este caso provocó una gran indignación nacional contra este joven, procedente de Macau. Los activistas protestaron y le atacaron a las puertas del tribunal.
Por su parte, Hong Kong prohibió la matanza y la venta de carne de perro y de gato bajo el régimen colonial británico, pero no prohibió específicamente su consumo.
Traducido por Cristina Armunia Berges