Firma riojana en la mejor versión del Museo Thyssen
¿Cómo se verían los cuadros del Museo Thyssen con una mirada contemporánea? A ese dilema busca responder el concurso Versiona Thyssen con el que el museo invita a jóvenes artistas a revisitar sus obras. El artista riojano Alejandro Cuadra y Ane Etxeberria colaboran en el proyecto Balancin y su propuesta ha ganado este año el concurso.
Graduados los dos en Bellas Artes y estudiantes ahora del Máster de Prácticas Artísticas Contemporáneas, siempre había colaborado en sus proyectos personales pero el colectivo Balancin surgió para la edición XVIII del concurso Versiona Thyssen.
De las seis opciones que la organización ofrecía, estos dos artistas han elegido tres para “trasformar esos protagonistas de cada cuadro en personajes más actuales y que los mensajes y símbolos sean más contemporáneos”. Con esta intención, su revisión de la obra “Retrato de un hombre joven”, a la que han titulado El Sansón, ha sido elegida como una de las tres obras ganadoras entre las ochocientes propuestas presentadas.
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El riojano Alejandro Cuadra no solo firma la obra si no que además es el modelo. ¿Cómo lo desarrollaron? “El punto de partida una coleta de pelo postizo que encontramos en casa y me la probé”, dice el artista entre risas de una interpretación que quisieron hacer “aportando un toque gamberro a las obras”.
“Es una revisión contemporánea, intentamos respetar al máximo el formato de la obra original pero trayéndolo a algo actual”, explica Ane Etxeberria. Así, esta lleno de elementos que no son casuales, como el rosario, el mechero o la gorra y “la pose del cuadro original ya no estaba regalando ese recuerdo de la postura de liar un cigarro”. Todo pensado para construir “un personaje que cualquiera puede conocer en su barrio”, apunta la artista.
Tras un email en el que les informaban que eran finalistas, se presentaron el sábado en el Museo Thyssen sin avisar a nadie y sin imaginar que resultarían ganadores. Al entrar, recorrieron el museo a oscuras, que solo mantenía iluminadas las obras que se habían elegida junto a las proyecciones de todas las revisiones contemporáneas.
Y ahí estaba El Sansón de Balancín entre los nervios de sus creadores, los ojos del público que aseguraban un trabajo potente y la ilusión de que minutos después se convertiría en ganador. El Sansón solo acaba de empezar a dar alegrías a este tándem riojano-vasca que ya sueña “a escalas ya muy grandes” y espera encontrar apoyo para lograrlo.
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