La hostelería critican que la ordenanza de terrazas de Logroño “pone en riesgo el turismo” y el vecindario la tacha de “cobarde”

Terrazas de la calle Bretón de los Herreros de Logroño

Rioja2

4 de noviembre de 2025 16:52 h

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La hostelería de Logroño considera que la ordenanza de terrazas elaborada por el Ayuntamiento “echa por tierra una parte esencial de la actividad de bares, cafeterías y restaurante de la ciudad”. En un comunicado, señalan que “las terrazas implican un estilo de vida, una seña de identidad del paisaje urbano de Logroño; una característica del disfrute y del ocio de los logroñeses y de nuestros visitantes que, con la normativa municipal, quedará limitada y restringida de una manera desproporcionada”.

Consideran además que esta ordenanza “pone en riesgo el turismo de Logroño y, por tanto, la viabilidad del sector hostelero en la ciudad, - ya que una parte de sus ingresos provienen de estos espacios- , y por añadidura rompe con uno de los mayores atractivos turísticos de Logroño que son las terrazas”.

Denuncian que con esta propuesta, el Ayuntamiento de Logroño “no asegura el debido equilibro a la convivencia con los vecinos y la actividad económica y no garantiza reglas que sean claras, proporcionales y no discrecionales, aumentado la inseguridad jurídica de los hosteleros y fomentando las decisiones arbitrarias”.

Por todo ello, la Asociación Hostelería Riojana, integrada en la FER, ha reclamado al Ayuntamiento de Logroño que proceda a revisar y modificar esta ordenanza que califican como “un verdadero varapalo a la hostelería y al turismo logroñeses”.

“La práctica totalidad de las alegaciones han sido rechazadas”

La organización empresarial hostelera presentó el pasado mes de junio más de 20 páginas de alegaciones al borrador de la ordenanza, que han sido en la práctica totalidad rechazadas por el Consistorio logroñés.

Explican que esas alegaciones fueron respaldadas por la Federación de Empresas de La Rioja (FER), la Mesa de Turismo de la FER (Hoteles, Agencias de Viajes, Campings, industrias culturales), Bodegas de Logroño y Salas de Fiestas y Discotecas.

El documento de alegaciones analizaba limitaciones, distancias, tamaños o emplazamientos, horarios, estructuras y equipamientos, tramitaciones, aspectos económicos y sancionadores, zonas protegidas, etc. y “fueron presentadas con el ánimo de garantizar la actividad económica y respetar la convivencia de las terrazas con los vecinos. Salvo algún tema asilado, todas las alegaciones se han rechazado”.

“Las terrazas no son elementos decorativos y accesorios, son esenciales”

Considera el colectivo hostelero que el Ayuntamiento de Logroño “parece no querer comprender que las terrazas no son elementos accesorios y meramente decorativos u ornamentales de los bares, restaurantes y cafeterías, sino que forman parte esencial de la actividad hostelera. Son una fuente principal de los ingresos de los locales y pequeños negocios, sin los cuales el riesgo de quiebra en el sector es muy elevado”.

El vecindario responde: “En la práctica, supone quitar cuatro mesas y media hora menos”

Por ello consideran que si prospera la ordenanza municipal, se producirá un hecho inaudito en la ciudad de Logroño. “Estas estas severas restricciones que marca la ordenanza tendrán un impacto negativo sobre el ocio y modo de vida de los logroñeses, el turismo, el atractivo de la ciudad y el empleo en el sector”, denuncian.

Por el contrario, el colectivo vecinal Demanda Casco Antiguo ha lamentado la “pleitesía” de Conrado Escobar ha vuelto a demostrar con el “lobi hostelero” ante las principales conclusiones de la nueva ordenanza de terrazas que aprobará mañana el Ayuntamiento. “Logroño no se merece un alcalde que antepone los intereses de un reducido grupo de hosteleros del ocio nocturno a su obligación de respetar al derecho fundamental al descanso de sus ciudadanos”.

“Mentiras, mentiras y mentiras…”, es la conclusión que la asociación vecinal saca de las reuniones que ha mantenido con el propio Escobar y otros responsables municipales. “Es una ordenanza cobarde, que nada tiene que ver con la que propusieron los técnicos municipales hace unos meses, y que, en la práctica, supone quitar cuatro mesas y media hora menos a la especialmente generosa con la hostelería y anacrónica normativa de 2012, que había convertido a Logroño en el paraíso del botellón y del turismo cutre de borrachera”.

En este sentido, Demanda Casco Antiguo recuerda que el borrador inicial, el que elaboraron los técnicos siguiendo la tendencia de las ciudades del entorno de reducir horarios y superficies, establecía el cierre de terrazas el fin de semana a la 1 de la mañana, con todo el mobiliario recogido y una reducción real de superficies en función de los metros útiles de cada local. El Gobierno del PP aprovechó el pleno de aprobación inicial para incorporar una enmienda de VOX y ampliar hasta la 1.30 de la madrugada el horario los fines de semana y otra enmienda del PSOE para sustituir la superficie útil de los locales por la real (baños, cocina, almacén e interior de barra incluida), lo que en la práctica supone dar el máximo (100 metros) de ocupación exterior prácticamente a todos los establecimientos de la ciudad si la configuración de la calle lo permite.

De hecho, la ampliación de horarios y superficies fueron las únicas enmiendas admitidas en aquella aprobación inicial, mientras que todas aquellas que pedían restricciones específicas en el centro histórico, tras haber sido reconocido por el propio pleno municipal como Zona de Protección Especial Acústica (ZPAE) hace más de un año, fueron rechazadas sistemáticamente.

 Demanda Casco Antiguo, tras la aprobación inicial, volvió a insistir en sus alegaciones en la obligación municipal de reducir las emisiones de ruido en domicilios y en la calle, entre otras cosas por las terrazas, acompañando sus alegaciones de ejemplos de otras ciudades del entorno: “Lo que se ha hecho el señor Escobar con las alegaciones vecinales es un gorro, filtrar el documento con anterioridad a la Asociación Hostelería Riojana para que se rasgue las vestiduras porque les han quitado media hora y luego decir que, como nadie está contento, lo ha hecho muy bien”, han criticado.

Y le responden: “Pues no, señor Escobar, lo que ha hecho usted es seguir incumpliendo con su obligación como alcalde puesto que, como demostró la ingeniería que su propio Ayuntamiento pagó con los impuestos ciudadanos, en el centro histórico se incumplen los objetivos de calidad acústica (OCA) en los tres periodos del día y, especialmente, por la noche de los fines de semana cuando se superan los 80 decibelios frente al máximo de 55 autorizado”.

 Para Demanda Casco Antiguo, la nueva ordenanza de terrazas es “una oportunidad perdida, sin consenso alguno con el vecindario afectado, y un continuo engaño con un dramático resultado”. “Las terrazas de Logroño van a seguir siendo las que menos pagan, las que mayores horarios disfrutan y las más cochambrosas de todas las ciudades del entorno, mientras el Ayuntamiento sigue incumpliendo sus propios acuerdos de pleno de reducir el ruido en las Zonas de Protección Acústica Especial”.

El vecindario ha finalizado: “Para este viaje no hacían falta alforjas y, si el objetivo era modificar una ordenanza anacrónica y muy ventajista con la hostelería como la de 2012, mejor haberla dejado como estaba, velando eso sí por su cumplimiento, que es lo que no se ha hecho en todos estos años, y esperar a que otro alcalde valiente, del PP o del partido que sea, gobierne para sus vecinos en lugar de para sus amigos”.

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