Ñoño conecta con la grada

Había que ganar. Se hizo que es lo que importa. Ñoño se encargó de ello. Dos acciones suyas certificaron que esta Unión Deportiva Logroñés quiere seguir con opciones de alcanzar su objetivo. No fue un día para el brillo colectivo por mucho que resultara una primera parte atractiva, con llegadas y alternativas, y una segunda más bloqueada, con más intenciones que concreciones. Después de sumar 1 de los últimos 6 puntos, todos como visitantes, los blanquirrojos debían recuperar el signo de la victoria para no perder comba. Lo consiguieron. Ante un Real Unión limitado en tareas ofensivas -3 goles lejos del Stadium Gal-, los riojanos estuvieron correctos. Con irregularidades, con idas y venidas, con momentos de ambición y con otros de indiferencia.

Olvidado el varapalo de Zubieta, la UDL quiso ser protagonista. Un campo que conoce, una afición de su lado. Enfrente había un rival que también ansía con adueñarse de la pelota e ir ejecutando a sus adversarios. Lucha de poderes, por lo tanto. Dio la sensación de que los riojanos aprendieron de la derrota del domingo anterior. Presión alta a la hora de defender, pases con constantes apoyos para superar líneas y velocidad de tres cuartos parte de campo hacia arriba para acabar las jugadas.

El ritmo elevado de los blanquirrojos era el arma utilizada por Sergio Rodríguez para neutralizar a un Real Unión solidarios en labores defensivas e interesado en elaborar, si se podía. Todo ello con una línea de cinco cuando tocaba arropar a Otaño y con mucha gente por dentro cuando había que mirar hacia Miguel.

El partido exigía concentración porque el que encadenaba varios pases estaba en disposición de obtener superioridades. Quizá por eso el miedo estaba en estar atentos a las vigilancias defensivas. En este sentido, la UDL tenía una máxima de acabar las jugadas. Hasta tres tiros desde la frontal buscó en los primeros veinte minutos. Muneta (blocó el meta irundarra), Espina y Marcos André (ambos fuera). Entre medias, un centrochut de Ñoño tras una falta sacada con rapidez y un jugadón de Marcos André que se deshizo de varios defensores que acabó en despeje en el corazón del área. Además, de una acción personal de Ñoño cuyo lanzamiento fue interceptado por un zaguero visitante.

Pero el Real Unión no vino a Las Gaunas de comparsa. También necesitaba comprobar el estado de forma del capitán logroñés. Así que El Haddidi remató de cabeza un buen centro lateral que detuvo Miguel y Estrada probó fortuna desde la lejanía con un tiro bombeado. Sergio Llamas, con un remate desde el área pequeña, avisaba de que con espacios los de José Luis Ribera podían hacer daño. El meta riojano aplacó los ánimos de los de Irún con una parada en dos tiempos. Sin embargo, otra llegada por banda izquierda, acabó sin consecuencias, encendió las alarmas de un sector de la grada.

A lo que reaccionó la UDL con el gol de Ñoño. Saque de puerta de Miguel en largo y el andaluz se las ingenia para controlar, buscar el espacio, irse hacia el centro y superar a Otaño pasada la media hora de partido. No varió su discurso un Real Unión aplicado que comprobó que los anfitriones, desde el balón parado, nivelaron el partido a su favor agobiando a los irundarras más que por juego por insistencia en campo ajeno.

En este apartado, ganó presencia Espina. Se nota que el asturiano no está cómodo esta campaña. Aún no ha visto puerta y viene de ser el ‘pichichi’ blanquirrojo de la temporada anterior. Su entrada y salida del once le está generando ansiedad. Lo evidenció tras un pésimo control cuando en la siguiente oportunidad golpeó con rabia la pelota. Acción que le hizo perderse un poco. Como se pudo comprobar con dos opciones de remate que no llegaron a buen puerto.

Más allá de la actuación de Espina, la UDL pudo alcanzar el descanso con empate si el tiro de Martins, en un saque de esquina sacado en corto –parecido al que acabó en gol del Tudelano-, hubiera encontrado portería. Por fortuna, para los riojanos el marcador debía servir para dar confianza sobre lo que estaban ejecutando sobre el terreno de juego de cara a la segunda mitad.

OTRO DECORADO

Tras el paso por los vestuarios, ambos conjuntos transmitían que querían llegar lo antes posible al área rival. La UDL limitó riesgos a la hora de iniciar la jugada, mientras que el Real Unión buscaba el último pase con celeridad y terminaba decidiendo mal. La consecuencia de todo esto fue un encuentro con más golpeos en largo de los previstos y más atención de la esperada a las caídas. Dinámica que contentaba a los locales mientras el cuero estuviera lejos de su campo y que permitía a los visitantes buscar un despiste ajeno en una transición.

Ambos entrenadores movían ficha. Sergio Rodríguez metía a Rubén Martínez por un errático y desesperado Espina, dejando a Muneta en la mediapunta. Mientras que Ribera cambiaba el dibujo –defensa de cuatro- incorporando a Mikel Alonso en la medular y a Juan Domínguez en tareas ofensivas. Movimientos que generaron un mayor control del Real Unión ante una UDL que no abusó del lanzamiento a los espacios y que buscaba recuperar la pausa con el cuero como medio, cuando lo tenía.

Y de nuevo apareció Ñoño para copiar la acción en la que Martins pudo empatar, para finiquitar el choque. El andaluz no falló con un tiro cruzado ante la maraña de jugadores que había en el área y que impidieron una buena visión a Otaño. Sotillos pudo ampliar la diferencia en una contra pero entre la fatiga de muchos metros recorridos y la perseverancia de un defensor provocaron que el madrileño chutara con la izquierda fuera de los tres palos.

El Real Unión, por si acaso, atropelló a los riojanos con muchos centros laterales que generaron dudas, pero no problemas. Incluso hubo tiempo para que Titi volviera a jugar en Las Gaunas. Ya estaba todo decidido. Lo había hecho Ñoño, que gracias a su doblete permite seguir en la pelea al cuadro riojano.

FICHA TÉCNICA

UD Logroñés: Miguel; Sotillos, Caneda, Zubiri, Miguel Santos; Muneta, Arnedo, Salvador, Ñoño (Salva Chamorro, min. 79); Espina (Rubén Martínez, min. 63) y Marcos André (Titi, min. 84).

Real Unión: Otaño; Estrada, Azkoiti, Ekhi (Juan Domínguez, min. 65), Esnaola, Gayoso; Urkizu, Martins, Rodellar (Mikel Alonso, min. 66), Sergio Llamas (Capelete, min. 75); y El Haddadi.

Goles: 1-0, min. 31: Ñoño. 2-0, min. 73: Ñoño

Árbitro: Daniel Baiges Dones (Comité Aragonés). Amonestó a los locales Caneda (min. 35), Marcos André (min. 47), Zubiri (min. 75) y Miguel Santos (min. 87) y a los visitantes Gayoso (min. 82) y Mikel Alonso (min. 90).