Octavio Colis presenta 'Cuaderno de Logroño'
El escritor y pintor riojano Octavio Colis ha presentado su libro 'Cuaderno de Logroño', en el que recuerda y redescubre, a través de seis paseos, la ciudad en la que nació y a la que augura “un gran futuro”.
Colis presentó hoy la obra en la sede del Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de La Rioja, entidad que le encargó el trabajo que le ha llevado cerca de un año de dedicación exclusiva, según apuntó. Le acompañaron en la presentación el escritor Moncho Alpuente y el presidente del Colegio, Jesús Ezquerro.
El relato, acompañado por más de 300 ilustraciones de la ciudad realizadas por el propio Colis, recoge las reflexiones del riojano durante sus paseos por la ciudad.
Según ha explicado, Colis aceptó el encargo convencido de que el Logroño que encontraría tendría poco que ver con el que dejó con menos de 20 años. Por ello, inició la obra con un verso de Borges: “Vuelvo a Junín, donde nunca he estado”.
Sin embargo, al recorrer los rincones que vivió durante su infancia, se dio cuenta de que “uno no se va nunca de su ciudad”, y continuó sus notas combinando sus recuerdos con sus descubrimientos, que apoyó documentándose a través de entidades como el Instituto de Estudios Riojanos.
Entre los cambios que más agradaron al autor figura “la recuperación del Ebro para los logroñeses”, con la desaparición de la marginalidad en sus márgenes. Este acercamiento al río, concretado en actuaciones como el Parque del Ebro o la construcción de Riojafórum, convierte a Logroño, a juicio de Colis, en una ciudad “con mucho futuro”.
Más allá de la posterior documentación, el autor contó con la colaboración de vecinos y amigos de la ciudad como el arquitecto Jesús López-Araquistain, el fotógrafo Jesús Rocandio, un grupo de poetas y escritores o José Luis Bermejo y Manuel Saiz, ambos antiguos alcaldes de la ciudad.
Con ellos recorrió puntos de la ciudad cargados de historia como la antigua calle General Franco, hoy Avenida de la Paz, donde él nació; el Matadero Municipal, sede de la actual Casa de las Ciencias; el León Dormido; el antiguo Edificio Pastrana, actual sede del COAATR; y la rehabilitación de la orilla del Ebro con la construcción de obras como Riojafórum.
Para Moncho Alpuente, con este trabajo Colis profundiza en su condición de “embajador peculiarísimo de Logroño”, y consigue conciliar “el Logroño más objetivo, de todo el mundo, y su propio Logroño”.
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