Metro de Madrid inspecciona su taller central tras descubrir amianto en piezas que ya se habían descontaminado
La detección de nuevos elementos con amianto en Metro de Madrid alarma a la plantilla. La semana pasada se informaba de la presencia de este material en la junta de llaves neumáticas de varios coches, y este viernes la empresa pública ha confirmado la existencia de nuevos restos. Ahora ha aparecido en una pieza que ya había sido desamiantada por una empresa externa y, también, en unas ruedas que despertaron las sospechas el pasado 6 de agosto en los talleres centrales. Pese al aviso de un trabajador, estas no se retiraron ni se ha realizado inspección hasta que ha habido veredicto al respecto. Es decir, este viernes, dieciséis días después de las primeras sospechas.
Hace dos semanas, un empleado encargado de revisar un boggie —nombre que recibe cada conjunto de ruedas— vio indicios de lo que podían ser nuevos restos de amianto, por lo que avisó a la empresa. Metro optó por extraer muestras y mandarlas a analizar. “En lugar de aislar la zona, así que todo siguió con normalidad”, denuncian fuentes sindicales. Ahora, se ha confirmado la sospecha del empleado: esa pieza, ubicada en unos talleres en los que trabaja cerca de medio millar de personas, tenía amianto.
“Llegó ayer [jueves] el positivo y hoy se ha llevado a cabo lo que debía haberse hecho el 6”, critican. Es más, la persona que hizo saltar la alerta, dejó la ropa de trabajo que llevaba puesta guardada en una caja ese mismo día, ya que no quería que entrara en su casa, y pidió una nueva equipación.
La dirección de Metro, sostiene que se adoptó el protocolo y suspendieron “las actuaciones de mantenimiento, dando instrucciones al personal involucrado, que no lo puede manipular hasta que sea seguro”. “Se han adoptado las medidas preventivas”, aseguran, pues siguen las indicaciones de la empresa especializada que se dedica a la gestión del plan de desamiantado. Sobre el episodio, también apuntan que están “aplicando todas las medidas higiénicas y no es necesario ir más allá de la zona delimitada: hasta ahí es donde nos han indicado”.
“Han montado una pequeña carpa en el taller y están haciendo mediciones ambientales… Pero, ¿qué fibra va a quedar ahí dieciséis días después, con la ventilación forzada que tiene el taller?”, se pregunta un oficial que trabaja en estos talleres centrales y que prefiere conservar el anonimato: “Es prácticamente imposible que esas prueban den positivo: es casi mejor que nos inspeccionen a nosotros. Han llegado tarde otra vez”. De hecho, define esta acción como un “paripé” que “al menos podrían haber montado bien”. “Si no están seguros de que no hay amianto, que manden a casa a los trabajadores hasta que lo estén, que al menos parezca que se preocupan por nuestra salud”.
Este no ha sido el único episodio de asbesto detectado esta semana. Hace unos días se localizó una válvula del sistema de frenos con este material, que fue llevado a una empresa externa para que eliminara todo rastro de este. Cuando fue devuelta al taller, le acompañaba un certificado que garantizaba la limpieza, pero los trabajadores descubrieron que no era así. Ahí seguía la junta de esta pieza, que es la parte susceptible de contener amianto. “Nuestros controles establecen que, aunque la empresa lo certifique, tenemos que hacer un análisis para verificar que es correcto”, responden en Metro, que han pedido ya “explicaciones oportunas por este error”.
“Si una serie es sospechosa, se mandan todas a desamientar. Tenía que venir sin la junta, porque la mandamos precisamente para que la eliminaran”, explica a este periódico el oficial de taller mencionado. “El proceso de desamiantado ha fallado... y es un fallo muy grave, porque estamos jugando con la salud de los compañeros”.
El sindicato Solidaridad Obrera ha exigido a Metro que se inscriba en el Registro de Empresas con Riesgo de Amianto (RERA) “sin más excusas ni dilación”, así como el cese de los responsables de Prevención y Recursos Humanos. También piden que sean los propios trabajadores del suburbano los que lleven a cabo las tareas de desamiantado y, esperan “no seguir con las chapuzas de las subcontratas que ni siquiera guardan las mínimas formas”: “Estamos hartos de los negocios con dinero público para empresas privadas”.