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Almudena Grandes, sin placa ni calle en Madrid dos años después de que el Ayuntamiento aprobara los homenajes

La escritora Almudena Grandes, en una imagen de archivo.

Guillermo Hormigo

Madrid —

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Si esta historia tuviese título, en un principio podría haberse llamado El corazón helado. El de algunos concejales del Ayuntamiento de Madrid que intentaron frenar cualquier homenaje municipal a Almudena Grandes después de su muerte aquel 27 de noviembre de 2021. La mayoría de Vox, pero también algunos del Partido Popular. Entre ellos el propio alcalde: José Luis Martínez-Almeida afirmó que la escritora no merecía reconocimientos como la concesión del título de Hija Predilecta, pero “para sacar los Presupuestos hay que hacer cesiones”.

De esta forma, aunque fuera por intereses muy concretos, el relato podría bautizarse más tarde Todo va a mejorar (como su novela póstuma). La presión de la exvicealcaldesa Begoña Villacís, la buena disposición de la exdelegada de Cultura Andrea Levy y la imposición del Grupo Mixto si Almeida quería recibir su apoyo para desatascar los presupuestos municipales derivaron en la aprobación de varios tributos a la figura de Grandes. Los más significativos fueron el reconocimiento como Hija Predilecta, que ninguna mujer había recibido antes, y un emotivo acto celebrado en el Teatro Español en junio de 2022. Además, el Gobierno central añadió su nombre a la estación de Atocha.

Pero quedaban pendientes los recuerdos físicos a su legado. En diciembre de 2021, el pleno del distrito Centro dio luz verde a la propuesta del grupo socialista para la colocación de una placa en recuerdo de Almudena Grandes en su casa de la calle Larra. Una pequeña vía situada a medio camino entre Malasaña, Chueca y Chamberí, dedicada a la memoria de otro gran escritor español: Mariano José de Larra.

Precisamente, una calle en recuerdo a la ganadora del Premio Nacional de Narrativa por Los pacientes del doctor García fue otro de los homenajes acordados, en un Pleno municipal celebrado el 30 de noviembre de 2021. La decisión contó con el apoyo de todos los partidos con representación, salvo Vox. Sin embargo, la legislatura terminó en mayo de este año sin que ninguno de estos ejercicios de memoria se haya materializado.

Cuentas pendientes mientras la derecha se ensaña contra sus homenajes

Así, la narración remite ahora a Los aires difíciles. Con Villacís fuera del Ayuntamiento y Levy relegada al distrito de Retiro, desde el área de Cultura que en este mandato dirige Marta Rivera de la Cruz indican a Somos Madrid que “en relación a la placa falta tan solo el consentimiento de la familia para su instalación en el domicilio”.

El poeta Luis García Montero, esposo de la autora y acompañante hasta los últimos momentos de su vida, apunta por contra que continúan sin noticias del consistorio madrileño: “La verdad es que no tengo información”. No obstante, el también director del Instituto Cervantes prefiere ser cauto en sus declaraciones a este medio: “Agradecía el nombramiento de Hija Predilecta y su acto. Pero no he preguntado sobre la celebración del homenaje”.

En cuanto a la futurible calle Almudena Grandes, las mismas fuentes municipales explican que el Ejecutivo de Cibeles “maneja una lista de espera de nombres por si alguna Junta Municipal de Distrito solicita bautizar alguna nueva calle o plaza”. De esta manera lo más probable es que, en caso de desbloquearse un espacio público en su memoria, se ubique en un nuevo desarrollo urbano de la capital.

Paralelamente, la figura de la escritora se ha convertido en constante motivo de disputa ideológica por parte de la derecha, en una especie de emblema para atacar reconocimientos concedidos por Ejecutivos de otro color político. Así, administraciones que no tienen problemas con guiños a otras personalidades progresistas (en su mayoría hombres) han tratado de eliminar las referencias a la autora de Las edades de Lulú.

Seguimos la manera de ser de Almudena. Agradecer los reconocimientos que se dan con alegría, pero no pedir nada

Luis García Montero Poeta, director del Instituto Cervantes y viudo de Almudena Grandes

El Gobierno del PP en La Rioja ha retirado su nombre de la Biblioteca de la región al ampararse en que el procedimiento “estaba mal ejecutado”. Poco antes el alcalde popular de Sevilla, José Luis Sanz, anunciaba que el Premio de Narrativa Social Almudena Grandes, convocado por primera vez en 2022 por el Ayuntamiento andaluz (con el PSOE todavía al frente), cambiará su denominación porque Grandes “no es sevillana”. Sanz es regidor de la capital hispalense porque la suma de concejales de las formaciones de izquierda es inferior a la de los ediles populares y de Vox. El mismo grupo que se opuso en todo momento a los reconocimientos de Madrid a una de sus grandes representantes literarias de las últimas décadas, a la que achacó un supuesto “sectarismo”.

Estas acusaciones contrastan con la filosofía de la novelista que García Montero dice respetar a pies juntillas, una actitud en la que tampoco cabe exigir loas o gratitudes, por merecidas que parezcan: “Seguimos la manera de ser de Almudena. Agradecer los reconocimientos que se dan con alegría, pero no pedir nada”.

La propia literata se encargó de verbalizar este sentir en su pregón para las Fiestas de San Isidro de 2018: “En esta villa plebeya, que se enorgullece de su condición tanto o más que otras de sus viejos y aristocráticos blasones, nadie es más que nadie”. Y sin embargo, la capital se siente incompleta si no salda una deuda pendiente con quien tan bien la entendió y la retrató. Sobre todo porque parece que si esa cuenta no queda resarcida es, justamente, por haber mirado y haber expresado Madrid desde la verdad de sus entrañas. De la represión de la posguerra en Las tres bodas de Manolita a los estragos de la crisis con Los besos en el pan, Almudena Grandes contó tantas veces su ciudad que merece, al menos, un pequeño rinconcito madrileño que la cuente a ella.

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