ACIBU incorpora las Escuelas Pías a su serie “Jardines Secretos”
Hace menos de dos años, cuando se inauguró la nueva sede del COAM en la calle Hortaleza, ACIBU publicó un artículo en el que mostraba su perplejidad ante aquel “jardín silente”, muy alejado del espacio verde prometido por el Ayuntamiento y por el autor del proyecto Gonzalo Moure, quien declaró en aquellos entonces «Si dejamos a nuestros hijos un jardín arbolado en esta parte de la ciudad, estaremos haciendo patrimonio urbano».
Después de tanta pompa, el prometido “jardín arbolado” nada se parecía a los deseos de los vecinos: a penas un par de magnolios rodeados por césped, varios senderos de piedra al estilo japonés y guijarros.
Dos años después el estado de este jardín no puede ser más desolador: uno de los dos árboles se secó al poco tiempo de su plantación y una escultura de Diego Canogar reemplazó su lugar, con lo que las ya de por sí escasas plantas quedaron reducidas a la mitad y el césped ya no luce tan verde como años atrás y, en algunos puntos, ha desaparecido por completo y, cuando llueve, se convierte en un auténtico barrizal.
«Se propone un jardín, un corazón en esa parte densa de la ciudad… un espacio abierto, que haga respirar, donde se produzca la vida con naturalidad. El jardín, de 1.360 m2, es entendido como un ámbito de estancia y como algo que se puede atravesar desde la calle Hortaleza a las calles de Farmacia y Santa Brígida», explicaba el proyecto, pero la realidad es que la puerta de la calle Santa Brígida siempre ha estado cerrada y que el resultado final es más parecido a una cantera que a un jardín.
Por si todo esto fuera poco, en las últimas semanas se han instalado en la parte inferior del “jardín silente” unos maceteros con árboles de pequeño tamaño para tapar la instalación de lo que parece ser un enorme aparato de aire acondicionado.
Artículo completo “Jardines secretos (6): el jardín silente”, de ACIBU
Artículo completo "Jardines secretos (6): el jardín silente", de ACIBU
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