Más seguridad para las personas ciegas ante coches silenciosos y bicicletas

El miércoles se celebraba el Día del Bastón Blanco, una cita en el calendario que nuestros vecinos de la ONCE aprovecharon para concienciar de las dificultades que tienen las personas deficientes visuales cuando tratan de cruzar una calle por la que circulan bicicletas o coches eléctricos e híbridos, que son muy silenciosos, y para reclamar su derecho a una movilidad segura.

En un recorrido por las instalaciones que la Delegación Territorial de la ONCE de la Comunidad de Madrid tiene en la Calle Prim, el consejero de Políticas Sociales y Familia de la Comunidad de Madrid, Carlos Izquierdo, pudo comprobar en sus propias carnes los retos a los que te tienen que enfrentar diariamente los invidentes.

Siguiendo el mismo proceso de rehabilitación que esta institución ofrece a las personas que acaban de perder la visión, Izquierdo se atrevió incluso a cruzar la calle a ciegas, provisto de un antifaz y un bastón, y acompañado por un técnico de rehabilitación de la ONCE. «Es una obligación de todos el luchar por eliminar cualquier tipo de obstáculo o barrera que pueda encontrar una persona con discapacidad», recordó el consejero.

En su intervención también habló del compromiso de Cifuentes para que la acción de todo el Gobierno regional se oriente a garantizar la accesibilidad universal, desde el área de transporte hasta el de cultura y deporte, y  que el Gobierno regional también apoya a la Fundación ONCE del Perro-Guía en el cuidado y entrenamiento de estos animales en un centro especializado.

En todo el mundo se reconoce el bastón blanco como símbolo internacional de la ceguera y de la movilidad y este año se ha elegido la seguridad de las personas ciegas o con discapacidad visual grave ante los vehículos silenciosos como el fundamento del manifiesto institucional, en el que destaca que al circular a velocidades bajas «los automóviles híbridos y eléctricos no emiten prácticamente ningún sonido, pero muchas personas con discapacidad visual dependen del ruido para saber cuándo pueden cruzar una calle sin peligro».

Esta ausencia de referencias acústicas aumenta un 40% la probabilidad de un choque con respecto a las que son audibles. Por ello, aunque desde el colectivo apoyan las tecnologías nuevas y más limpias de los vehículos por sus ventajas medioambientales, reivindican que, a la hora de fabricarlos se tengan en cuenta las necesidades de las personas ciegas recogidas en la Convención de Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad.

Entre sus sugerencias, la puesta en marcha de un estándar universal de Alerta Auditiva de Vehículos que garantice la existencia de un dispositivo de aviso con suficiente volumen como para proporcionar una adecuada advertencia acerca de la presencia y movimiento de vehículos híbridos y eléctricos; y que produzca un sonido de alerta cuando esté detenido, por ejemplo, en los semáforos.