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Casablanca: cuando el árbol más famoso de la plaza del Rey era una palmera que iluminaba el ocio nocturno madrileño

Detalle de la gigantesca palmera que había en la entrada del Dancing - salón de té Casablanca

Somos Chueca

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Diseñado por Luis Gutiérrez Soto, arquitecto que dejó en Madrid más de 400 obras, el Dancing-Salón de té Casablanca fue un singular espacio situado en el número 7 de la plaza del Rey que contaba con una decoración de película hollywodiense, inspirada en la comedia musical, con un escenario móvil en el que se situaba la orquesta y que se dividía en seis sectores que se podían girar y regular en altura de forma independiente; pista de baile rodeada de sillas y mesas y un techo deslizante que se abría en verano. El local disponía de dos alturas y tenía juegos de agua y de luz, según publicaba la revista Arquitectura.

En el blog de Inshop se recoge un artículo del mismo arquitecto del proyecto en el que explica lo que quiso hacer en él: “Casablanca pretende ser un lugar confortable, alegre y luminoso, especie de jardín de invierno en un país caluroso, sensación de aire libre por sus grandes ventanales, color de sol a través del amarillo de sus toldos, cuando se hace de día; suavidad azulada al llegar la noche; sensación de frío con el penacho iluminado de la fuente; ruidos de selva con el chillar de los monos y volar de los pájaros multicolores -había una jaula con estos animales-. Algo exótico y fantástico, que con el verde de sus plantas nos haga olvidar el barullo de la población y nos transporte por unos momentos a plena naturaleza”.

“Toda la construcción es de hormigón armado. La cubierta es metálica y, deslizándose sobre unas vigas de hormigón de 15 metros de luz, puede descorrerse automáticamente, dejando el local al aire libre en verano”, escribía Gutiérrez de Soto. 

Casablanca dio respuesta a las nuevas necesidades de ocio nocturno que surgieron en Madrid y tuvo en las orquestas que actuaban en la sala a sus más grandes atractivos. Entre ellas destacaron la de Antonio Machín, a partir de 1940, y la de Raúl Abril, quien fue director artístico de la sala a partir de 1950.

La sala estuvo activa hasta el año 1974, fecha en la que acabó sus días como café-teatro. Durante aquellos años, también con el Circo Price (plaza del Rey, 3) ubicado enfrente, la hoy tranquila y anodina plaza del Rey debió de ser toda una fiesta. En el hueco físico dejado por la sala Casablanca hoy encontramos un edificio de oficinas del Área de Gobierno de Economía y Hacienda... Nada que ver.

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