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Nada & Grupo: “Hacen falta espacios de ocio para jóvenes sin consumo”

Un momento de la interacción del público con la obra TWINDER, segundo premio de la edición 2018 de Pinta Malasaña!

Diego Casado

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El segundo premio de Pinta Malasaña 2018 recayó en una obra conjunta  que invitaba a jugar sobre el suelo de la plaza Dos de Mayo. Decenas de círculos de colores que se llenaron con las manos y los pies del público asistente, creando un llamativo mosaico de cuerpos y formas.

Los responsables de esta performance fueron dos colectivos (Nada y Grupo) que se unieron para plantear una propuesta al festival que parecía arriesgada pero con la que confiaban crear un ambiente lúdico. Y vaya si lo consiguieron. Hablamos con ambos sobre la jornada y otros aspectos de su trabajo.

SOMOS MALASAÑA: Vuestra obra en Pinta Malasaña 2018, ganadora del segundo premio, sorprendió a todo el mundo. ¿Nos explicáis en qué consistía y qué intentabais contar?

NADA&GRUPO: Catalizados por la necesidad común de reivindicar a los jóvenes tanto en el entorno cultural profesional, como en el espacio urbano de Madrid y, después de una cena/lluvia de ideas en el que el tema principal resultó ser el sexo, pensamos Twindr. Es una performance lúdica que nació de la reflexión sobre las dificultades contemporáneas que encontramos para establecer relaciones sin el intermediario de una app digital. A través de un juego fácilmente reconocible, recuperamos y revalorizamos los encuentros tú a tú en el espacio público.

SM: El nombre de la obra hacía alusión a una app. ¿Estamos demasiado condicionados por lo que hacemos con los móviles? ¿Perderemos en el futuro las relaciones físicas para sustituirlas por virtuales?

N&G: Tenemos un vínculo con los móviles y las redes sociales que afectan directamente a cómo nos relacionamos. Las herramientas digitales han permitido que extendamos nuestro círculo social porque reducen distancias y proporcionan inmediatez, pero esto conlleva una despersonalización de las relaciones y muchas veces una saturación. Twindr recupera la espontaneidad del encuentro directo a través de una acción tan simple como jugar.

Los niños de Malasaña siguen usando los círculos de Twindr varias semanas después del evento. ¿Nos explicáis cómo se juega?

N&G: ¡Qué alegría que perdure así! Hay una ruleta pintada en el suelo en la zona donde empiezan las escaleras, se puede usar una botella, un bolígrafo u otro objeto para hacerla girar, luego hay que decir en voz alta los movimientos y los jugadores deben colocar la mano y/o el pie en el color indicado sin dejar que su cuerpo toque el suelo.

SM: ¿Creéis que hacen falta en Madrid o en Malasaña espacios permanentes de juego al aire libre como estos para niños y jóvenes?

N: Ya hay espacios así, suficientemente equipados e incluso con vegetación, pero nos encontramos con demasiados problemas cuando los usamos irreverentemente según normativas que los degeneran a desiertos vacíos de vida. En vez de castigar lo anterior, deberíamos fijarnos en cómo se usan improvisadamente para diseñar ciudades en consecuencia a las necesidades reales de sus habitantes. Habría que darle verdadera importancia a las que implican juego, deporte… relaciones sanas. Proyectando la diversidad equitativamente, las ciudades serían más cívicas per se.

G: No creemos que la necesidad sea dotar a la ciudad de zonas permanentes de juego, sino de un espacio público de calidad que permita los encuentros y la espontaneidad de vecinos y visitantes a la hora de utilizarlo. La Plaza del 2 de mayo es buen ejemplo de esto ya que es por sí misma fomenta su uso entre los usuarios gracias a su equipamiento: bancos, vegetación, distintos áreas de juego… Realizar una intervención efímera como Twindr en una plaza así fue un éxito en gran parte gracias a lo que ya había.

SM: Siguiendo el ejemplo de Twindr... ¿qué espacios de encuentro alternativos propondríais para los ciudadanos adultos en Malasaña?

N&G: Twindr es un ejemplo efímero de que, en colectividad y consonancia, con herramientas y materiales sencillos, se le puede dar una vuelta a la ciudad. Tomándolo preliminarmente, lo ideal sería que fuesen los propios malasañeros quienes se atrevieran a recuperar el barrio emancipandose del asistencialismo del urbanismo y a formar parte del proceso de construcción del ocio en el espacio público, confrontando la gentrificación a través de prácticas de disfrute en vez de consumo.

SM: Volviendo a Pinta Malasaña: en vuestra primera intervención, la de 2017 (como Nada, sin Grupo), desarrollasteis una performance con latas. ¿Cómo funcionó y qué aprendisteis de ella?una performance con latas

N&G: ¡Qué lata! fue una acción plástico-urbana que surgió de la basura que invade el barrio de Malasaña durante la noche y con la que amanecen los vecinos. Funcionó participativamente; utilizando latas de aluminio como pinceles, se generó una representación del espacio que nos quitamos a nosotros mismos como usuarios de la vía pública y se les añadió un carácter reflexivo y creativo a nuestros gestos como consumidores de ocio.

Su fuerza residió en que el ambiente convivial estimuló a ciudadanos multigeneracionales y multiculturales. Una vez borradas las fronteras de inseguridad ante verse como creadores protagonistas de un acto artístico callejero y, aunque nuestra premisa era dejar una simple huella circular, en un instante, pasaban de decir “yo es que no sé pintar” a dejar volar su imaginación y

sentirse orgullosos al ver como su aporte hacía crecer la “obra final”.

Lo consideramos nuestro punto de partida investigativo: co-creactivo, espontáneo y site specific. Reafirmó nuestro sentimiento de trabajar más a gusto el proceso y reencuentro vecinal que un resultado fotogénico que no hable el idioma del barrio.

SM: ¿Es posible organizar una actividad lúdica en una plaza sin que acabe en botellón?

N&G: No creemos que el problema sea el botellón sino los abusos y la poca conciencia común a la hora de tratar un espacio que es de todxs. Hace falta más educación y civismo en temas de salud, ecología y empatía con los vecinos. También notamos la falta de espacios públicos para jóvenes. Hay plazas y parques pensadas para niños, padres y personas mayores sin embargo faltan espacios para el resto de la población que se centren en torno al ocio sin estar en establecimientos de pago (cafeterías, bares, restaurantes, etc.)

SM: ¿Qué os parece el formato del festival Pinta Malasaña? ¿Qué le añadiríais?

N&G: La intensidad de que sea un solo día juega a su favor y le da a Madrid cierta marca cultural alternativa muy necesaria. Este año hemos notado un mayor espacio a la creatividad en su convocatoria, un ejemplo es que Twindr pudo llevarse a cabo. También nos ha parecido interesante la presencia más explícita de los vecinos.

Particularmente, nos gustaría disfrutar de más actividades que interaccionen con los viandantes para que Pinta Malasaña no se convierta en un mero museo al aire libre y los madrileños se tomen la cultura también con sentido de pertenencia.

NADA se basan en el diseño social y la psicología ambiental para generar procesos vecinales co-creativos, cómplices y curiosos.



GRUPO Interesadxs por el entorno urbano y las maneras de pensar, hacer y vivir el espacio público y unidos por nuestras inquietudes, decidimos formar un equipo de trabajo multidisciplinar aunando arquitectura y ciencias políticas.



Se encontraron por primera vez en el programa Grigri Pixel y, percatados de lo común de sus experiencias, capacidades y frescura, desde entonces colaboran para llevar a cabo enérgicas dinamizaciones urbanas.

Más información:

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Escape Room Immersion

¡Qué genial esta idea! Realmente no hay nada como disfrutar del tiempo libre con los nuestros, no hace falta más, ¿verdad? Desconectar de los agobios y estreses de la rutina y echarse unas risas en buena compañía.



La sal de la vida :) Gracias por este post.
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