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El virus acecha de nuevo a las residencias de Madrid: al menos 50 centros registraron casos de COVID-19 en agosto

Varios trabajadores conversan con un interno de la residencia Domus VI de Lliria (Valencia). EFE/ Biel Aliño

Laura Galaup / Raúl Sánchez

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Aunque el virus se ha contenido y la apocalipsis vivida durante los meses de marzo y abril han quedado atrás, la pandemia continúa haciendo estragos en algunas residencias de mayores de la Comunidad de Madrid. Uno de los últimos casos se ha producido en Casa Jardín Pozuelo, un pequeño centro privado situado en la localidad de Pozuelo de Alarcón que el pasado día 17 de agosto registró un brote que terminó con catorce de sus 21 residentes dando positivo por COVID-19. Uno de ellos no superó la infección y falleció en el hospital. “Han sido días muy tristes”, lamenta por teléfono Irene, su directora.  

En agosto se ha producido un repunte en el número de brotes por coronavirus registrados en centros de mayores, si se comparan los datos con los recopilados por la Comunidad un mes antes. El 31 de agosto la Consejería de Políticas Sociales tenía constancia de que en  50 centros –de los 450 que existen en la región– había presencia del virus, con casos que llegaban a superar las dos decenas de contagios, como el registrado en la residencia San Marcos, ubicada San Martín de la Vega, con 23 positivos o en Casablanca El Viso con 27.

Esta cifra solo incluye a los centros que tenían residentes con un test positivo a 31 de agosto. Es decir, no están incluidos los residentes que dieron positivo en algún momento de agosto y fallecieron posteriormente o les dieron el alta después de un negativo en la PCR.



Varias residencias de la capital también han acumulado usuarios infectados, como el centro municipal residencial Santa Engracia (17), San Luis Gonzaga (16), Orpea San Blas (15), la residencia Años Dorados III (12)  y Centro Alzheimer Fundación Reina Sofía (7). El virus también penetró en Ballesol Alcobendas, ubicada en el municipio con el mismo nombre, e infectó a once residentes. Por su parte, ocho de los usuarios del centro que el grupo Amavir tiene en San Agustín de Guadalix también se contagiaron. 

A 31 de julio, la situación del virus estaba más contenida en los centros de mayores de la Comunidad, con presencia en quince residencias y pocos casos con un número elevado de contagios. En esa situación solo se encontraban Los Cortijos (Sevilla La Nueva), con seis positivos y otros dos centros, Sagrada Familia (Madrid) y Torrelaguna, con cinco infectados cada uno. Según el recuento de los datos facilitados por la Comunidad, tras una petición de elDiario.es al portal de transparencia, a 31 de julio los casos detectados se limitaron a 31 y el último día de agosto anotaron 230. Una dinámica que coincide con la tendencia que se ha mantenido en Madrid, donde se dispararon los positivos semanales en esas mismas fechas, pasando de 2.074 casos a 14.871.

Caos en los datos

elDiario.es ha obtenido estos datos a través de una petición de información realizada al  portal de transparencia autonómico. A pesar de que esta redacción solicitó “un desglose de los casos positivos” desde marzo por residencia y mes, el secretario general técnico de la Consejería explicó en su contestación que solo poseen esa información de las 25 residencias de gestión directa que tutela la Agencia Madrileña de Atención Social. 

En el resto de centros, la gran mayoría, el registro de los contagios tiene un “carácter diario y variable, es decir, un centro puede tener un caso positivo pero si fallece el usuario, o da negativo en las correspondientes pruebas médicas deja de computar” en los positivos, por lo que —advierten desde el departamento de Políticas Sociales— “no es un dato fijo pues su situación puede variar de un día a otro”. Ante esta advertencia, la Comunidad se ha limitado a facilitar las cifras que registraron el 31 de marzo, 30 de abril, 31 de mayo, 30 de junio, 31 de julio y 31 de agosto, que aporta una imagen concreta del virus de ese día, pero no la evolución mensual. 

A pesar de esta explicación, los datos de las residencias públicas no cuadran. Hasta el mes de junio se registra una evolución acumulada ya que facilitaron los contagios “acumulados desde el inicio de la epidemia”, apuntan desde el gabinete de prensa de la Consejería. Según los cálculos realizados por esta redacción, en los centros del AMAS se anotaron 226 casos en marzo, 2.002 en abril, 2.014 en mayo y 2.198 en junio. Es decir, estas cifras incluían el total de casos confirmados acumulados desde el inicio de la pandemia.

A partir de ese mes, desaparece esa tendencia, y comunican seis positivos en julio y siete en agosto, con la explicación de que en esos meses se puso “en marcha un nuevo sistema de recopilación de datos”, por lo tanto, estas cifras corresponden los contagios anotados “a fecha de 31 de julio y de 31 de agosto”. 

Es decir, la Comunidad de Madrid cambió de criterio sobre los datos que solicita a cada residencia de mayores, mantiene diferencias entre las cifras de residencias que gestiona directamente y las privadas o privatizadas y alimenta una base de datos de casos confirmados de COVID–19 con cifras incomparables entre distintas residencias y distintos meses.



Inspecciones detectaron dejadez en las medidas de prevención

Los inspectores de la Consejería de Políticas Sociales ya alertaron en las actuaciones que llevaron a cabo entre los meses de mayo y junio que varios centros se habían relajado en la aplicación de medidas contra el coronavirus, como publicó elDiario.es. En las actas emitidas por estos trabajadores públicos se planteó que algunas de las doce residencias visitadas no mantenían la sectorización por zonas para dividir a pacientes según su estado de salud (sospechosos o que están a la espera del resultado de un test de COVID–19, sanos y contagiados), de que no se realizaban controles de temperatura a las personas que acudían del exterior e incluso relataron un caso en el que no se respetó la distancia de seguridad en la visita de un familiar. 

Pilar Ramos, portavoz de una de las patronales madrileña que reúne a empresas que gestionan estos centros de mayores en Madrid, ADAMA, defiende que la situación en las instalaciones que acogen a personas mayores está controlada. “Ahora mismo todos los positivos que están en residencias son asintomáticos o con sintomatología leve. Si hay que derivar a hospital, se deriva y no está habiendo problema”, apunta. Además, explica que los casos que se están detectando salen “porque van a hacerse una prueba o por una infección de orina y resulta que al final te da un positivo, más que porque haya una situación grave”.

Las residencias consultadas por esta redacción también reconocen que la atención recibida por la Comunidad no ha tenido nada que ver con la que denunciaron los centros en marzo y abril. “Se han realizado PCR, la atención ha sido rápida y cuando hemos visto que se necesitaba derivar a algún usuario, nos han aceptado la derivación. Son dos cambios con respecto a la situación pasada”, responde un portavoz del grupo Amavir, que registró en su residencia de San Agustín de Guadalix ocho positivos. A raíz del positivo de una trabajadora, se comenzaron a realizar pruebas a todos los residentes del módulo en el que la profesional desempeñaba su labor. Entre sus resultados, “salieron ocho casos positivos, en seis de ellos se comprobó que tenían infección pasada al realizar la serología”, explican fuentes oficiales del grupo. 

La vulnerabilidad de los centros que se libraron del virus en marzo

Por este centro ya había pasado el virus durante la primera ola, sin embargo en las residencias Casa Jardin Pozuelo y San Marcos consiguieron evitar la COVID-19 en marzo, pero eso no ha evitado que con el repunte de la pandemia en la Comunidad hayan conseguido blindarse este verano.  “¿Quién se puede contagiar? quien no se contagió antes”, añade Ramos, que recuerda que en las residencias por las que pasó la pandemia la serología de los residentes “es muy alta”. 

En el centro de Pozuelo el virus entró por primera vez a mediados de agosto, ya que el día 17 de agosto comenzaron “a tener gente con fiebre”. “Mandamos al hospital a dos personas, pensábamos que el aumento de la temperatura se debía a que le habían puesto la vacuna del neumococo. Sin embargo, por la noche los médicos nos dijeron que era por COVID y al día siguiente teníamos aquí al equipo de Puerta de Hierro”, rememora Irene, quien asegura que actualmente la “situación está controlada”. Asimismo, se muestra agradecida por la atención recibida por el hospital Puerta de Hierro, Salud Pública y por el centro de salud de su área sanitaria. “En ningún momento nos hemos sentido solos”, indica.

La entrada del virus supone el fin de visitas a los usuarios y la paralización de los nuevos ingresos. “Es triste porque ves a los abuelitos apagados, ya que no pueden venir las familias”, explica Irene. Sucedió lo mismo en Orpea San Blas, que acumuló 15 positivos a finales de agosto. Como en la mayor parte de los centros, “se activaron los mecanismos de videollamadas” para que tuviesen contacto con sus seres queridos, explica un portavoz. Tras detectar los casos positivos, los mayores estuvieron aislados por zonas. Actualmente están a la espera de que se realicen “nuevas pruebas serológicas para confirmar que han superado el virus”.

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