El debate sobre la emigración arrasa en toda Europa

Francia e Italia abiertamente enfrentadas

La crisis del Aquarius abrió las hostilidades el martes pasado, cuando el presidente francés afirmó que la actitud del gobierno italiano era “cínica e irresponsable”. Desde ese momento la tensión no ha hecho sino crecer entre ambos países, tal y como relata el diario parisino Les Echos:

“Roma ha respondido a las palabras de Macron diciendo “que esas declaraciones comprometen la relación entre nuestros dos países. El ministro de asuntos exteriores italiano ha utilizado la vía diplomática convocando al embajador de Francia, pero el ministro del interior Matteo Salvini ha subido el tono: “No tenemos que recibir lección alguna de una Francia hipócrita. Emmanuel, si tienes un corazón de oro como dices, acoge a los 10.000 migrantes previstos en el plan de reparto europeo”.

“El gobierno y la opinión pública apoyan a Salvini, que ha añadido: “Esperamos las excusas del gobierno francés. Si éstas no llegan, el presidente del gobierno hará bien no yendo a París”, para un encuentro previsto con Macron. Y el ministro de economía italiano ha anulado una reunión en París con su homólogo francés”.

“Macron ha tratado de rebajar un tanto el tono, pero también ha dicho: “Si doy la razón a Salvini, ¿estaré ayudando a los demócratas? No olvidemos quien nos habla, porque en Francia tenemos a los mismos. La verdadera solución es una política europea de asilo, una auténtica cooperación y acabar con el sistema de Dublín que no funciona".

Va a nacer un frente europeo contra la emigración ilegal

Les Echos también informa que los ministros del Interior de Italia, Austria y Alemania están constituyendo “un eje de voluntarios” para hacer frente a la inmigración clandestina. Esa información también aparece en algunos diarios italianos y alemanes. Pero en éstos el asunto prioritario es el enfrentamiento creciente entre la CDU de Angela Merkel y su socio histórico la CSU bávara justamente por la inmigración. El Frankfurter Allgemeine Zeitung cuenta lo siguiente:

“La disputa por la política de asilo entre la canciller Merkel y la CSU sigue siendo implacable y corre el riesgo de una escalada mayor. La controversia nace de la demanda del ministro del interior Horst Seehofer, miembro del CSU, de que se rechacen a los refugiados que llegan a las fronteras alemanas si éstos ya se han registrado previamente en otros países europeos. Merkel rechaza el unilateralismo nacional en este asunto y confía en soluciones a nivel europeo”.

“Pero en jefe del grupo parlamentario del CSU, Alexander Dobrindt ha declarado este jueves: “nos mantenemos en nuestros puntos de vista. El CSU apoya los esfuerzos por encontrar una solución europea, pero no se puede esperar”.

Varoufakis dice que acabar con la austeridad también valdría para el problema de la inmigración

El exministro griego de economía Yanis Varoufakis se ha implicado en el debate, como parte de la campaña de lanzamiento de su partido multinacional “European Spring”. Así lo cuenta el diario italiano Il Sole 24 Ore:

“Varoukafis dice que hay un nuevo enemigo político: la coalición de derechas populistas entre el bloque de Europa del Este (encabezada por el primer ministro húngaro Viktor Orban) y el ”eje de voluntarios“ anti-inmigración que se está creando entre el ministro del interior alemán Seehofer, el ministro del interior italiano Salvini y el canciller austriaco Kurz.

La lista de Varoufakis, dice éste “tratar de llenar el hueco que se ha abierto en la doble confrontación con el establishment y la internacional de los racistas”. “Se está creando un bloque de derecha radical, que va de Orban a la propia Marine Le Pen. Se entenderán muy bien, son todos iguales”.

El exministro griego propone el fin de la política europea de austeridad para hacer frente a ambos colectivos –“aunque esas personas que dicen que están combatiendo las unas contra las otras en realidad son solo complementarias”.

“Respecto de la lucha contra la pobreza Varoufakis pide que el Consejo europeo acuerde con el BCE que éste destine sus beneficios de decenas de millones de euros anuales a financiar un fondo de la UE contra la pobreza. Y también que se divida la deuda pública de países como Grecia e Italia en dos partes. Una (el 60%) sería la legal porque está bajo los parámetros de Maastricht. Debería titulizarse en obligaciones emitidas por el BCE y vendida a los gobiernos nacionales".