Un Citroën C3 a la medida de cada comprador
Citroën es una de las marcas que con más acierto ha sabido satisfacer la tendencia actual de los consumidores -de todo tipo de bienes, no solo de coches- a adquirir productos lo más personalizados posible. La actual generación de su utilitario C3, con más de 850.000 unidades vendidas en Europa, 72.000 de ellas en España, es la mejor representación de esta estrategia comercial, que prosigue y se acentúa con la última actualización del modelo que llega al mercado en estos días.
La firma francesa se ha preocupado de estudiar al detalle el perfil de sus clientes. Así, sabe que el 65% elige carrocerías bicolor, más de la mitad quiere airbumps, uno de cada cuatro paga por los ambientes interiores opcionales y alrededor del 40% se deja seducir por los acabados más altos de la gama. Mucho público solo necesita un coche pequeño, generalmente para moverse por ciudad, pero no por ello quiere renunciar a la última tecnología y a pequeños lujos.
Con este diagnóstico en la mano, la receta no podía ser otra que más posibilidades de personalización, que pasan de 36 en el modelo a la venta hasta ahora a 97 en el que lo sustituye. La cifra se obtiene combinando los siete colores de carrocería, los cuatro de techo y otros cuatro de packs de color. Para todas las versiones hay disponibles tres decoraciones de techo especiales.
El comprador puede elegir también entre llantas de 16 y 17 pulgadas, grandes para el tamaño del coche, que por cuatro milímetros no llega a los 4 metros de longitud, y responsables en gran parte de su estética crossover. Igualmente, es posible -y muy recomendable, a nuestro parecer- incorporar los asientos Advanced Comfort, estrenados en el C5 Aircross, que disponen de 15 milímetros de espuma adicional para asegurar la comodidad de los ocupantes, así como de soporte lumbar y apoyabrazos para el conductor.
El renovado C3 cuenta además con 12 sistemas de ayuda a la conducción, entre los que debutan los sensores de aparcamiento delanteros y cinco dispositivos son exclusivamente de seguridad.
En el capítulo de conectividad encontramos tres niveles con diferentes servicios: Connect Assist, que incluye llamada de emergencia y asistencia al usuario; Connect Nav, que agrega información del tráfico en tiempo real y aviso de radares, y Connect Play, donde se suman Apple CarPlay y Android Auto y el Share With U, una aplicación de entretenimiento que permite que todos los ocupantes puedan compartir con sus compañeros de viaje ficheros –juegos, música, vídeos– de manera sencilla y usarlos a bordo.
La gama de motores consta de uno de gasolina PureTech de 83 caballos con cambio manual de cinco velocidades, otro de 110 CV de la misma familia que puede combinarse con una transmisión manual de seis marchas u otra automática del mismo número de relaciones (EAT6), y un propulsor diésel BlueHDi de 100 CV asociado a una caja de cambios manual de cinco marchas. Todos ellos llevan de serie sistema stop & start.
Hemos podido conducir durante un centenar largo de kilómetros el C3 con el propulsor de gasolina de 110 CV y cambio automático. A un ritmo alegre por carreteras sinuosas del norte de la Comunidad de Madrid, el coche se desenvuelve con notable agilidad gracias a la abundante potencia a disposición y a la ligereza de un conjunto que no llega a los 1.200 kilos de peso. La transmisión EAT6 resulta suficientemente fluida para no desentonar del resto, y el consumo resultante de la prueba arroja un moderado promedio de 6,5 litros/100 km.
La gama del nuevo modelo de Citroën está integrada ahora por cinco versiones: Live, Live Pack, Feel, Feel Pack y Shine, a las que se añade, como en otros modelos de la marca francesa, la edición limitada C-Series. La horquilla de precios abarca desde los 11.800 euros del PureTech de 83 CV en acabado Live y los 18.900 del PureTech de 110 CV con acabado Shine y cambio automático EAT6. Las C-Series cuestan 15.350 euros si se elige el motor de gasolina de 83 CV y 17.750 euros en caso de inclinarse por el diésel de 100 CV.
