Prueba del VW Passat GTE Variant, uno de los híbridos enchufables más redondos
Si hubiera que escoger un solo adjetivo para definir a la nueva generación híbrida enchufable, conocida como GTE, del Volkswagen Passat de carrocería familiar (Variant), este sería equilibrado. Al menos para quien tienen notables necesidades de espacio y de carga, se trata de un modelo capaz para cinco personas y con un maletero más que amplio a pesar de perder algo de capacidad debido a la batería de alto voltaje. No es excesivamente largo (4,77 metros) ni pesado en comparación con muchos SUV equipados con tecnología semejante, se mueve con suavidad por ciudad y en carretera incluso permite disfrutar de la conducción si llega el caso de enfrentarse a un buen tramo de curvas.
Con respecto al modelo de 2015, el nuevo GTE gana en autonomía exclusivamente eléctrica merced a una batería que pasa de 9,9 kWh y 26 Ah a 13,0 kWh y 37 Ah. Las mediciones del ciclo WLTP le otorgan 54 kilómetros de alcance, que en principio resultarán suficientes para todos los desplazamientos diarios de un usuario al que se le supone que dispone de un punto de carga ya sea en su domicilio o en la oficina. En la teoría, este Passat puede moverse por ciudad sin hacer uso del motor de combustión en toda la jornada, siempre que -como repetimos cada vez que hablamos de híbridos enchufables- uno se tome la molestia de ponerlo a cargar cuando es necesario.
El sistema propulsor del coche se compone de un motor de gasolina 1.4 TSI y otro eléctrico que rinden conjuntamente 218 caballos. Esta es otra característica que habla del equilibrio del GTE, pues no hay apenas rivales de parecido tamaño que dispongan de una potencia tan comedida, que no corta. En combinación con una caja de cambios automática de doble embrague DSG y seis velocidades, la respuesta que encontramos aquí es siempre satisfactoria, también si seleccionamos el conservador modo Eco, y hasta brillante cuando optamos por el más deportivo de los cuatro disponibles.
Tres programas de conducción diferentes
Para la gestión del sistema de propulsión se cuenta con otros tres programas: el E-Mode, 100% eléctrico, que es con el que arranca por defecto el vehículo; GTE, donde se busca obtener el máximo rendimiento, e Hybrid, encargado de regular de forma automática la interacción del motor eléctrico y el térmico. Dentro del modo Hybrid, el conductor puede elegir entre conservar el nivel de batería existente o irla recargando durante la marcha, y en este último caso determinar hasta qué punto.
Durante nuestra prueba con el Passat GTE, la distancia recorrida en modo 100% eléctrico se ajustó aproximadamente a la que indicaba el tablero de instrumentos. Con el programa Hybrid activado y una conducción volcada en la eficiencia, conseguimos cubrir unos 90 kilómetros antes de que la batería se agotara, trayecto en el que el consumo eléctrico se situó en 9,7 kWh y el de gasolina, en 4,1 litros/100 km. Con la autonomía eléctrica a cero, el coche gasta de media 6,7 litros/100 km, una cifra que -de nuevo- se antoja proporcionada para un modelo de estas dimensiones y peso (1.730 kilos).
Los cambios estéticos y de equipamiento introducidos recientemente en toda la gama Passat recalan ahora en el GTE, que por su parte luce llantas propias de 18 pulgadas y unas curiosas pinzas de freno en las ruedas delanteras de color azul que proclaman el carácter ecológico del vehículo, reconocido también por el distintivo Cero emisiones de la DGT que exhibe en la luna delantera.
Volkswagen ha mejorado las ayudas a la conducción al incorporar una cámara frontal más precisa y una superficie capacitiva al volante, de manera que ahora no es necesario ejercer presión sobre él, sino solo tocarlo, para que el sistema de mantenimiento en el carril interprete que las manos están donde deben. Nos ha sorprendido gratamente el funcionamiento de este último dispositivo, pues -a diferencia de muchos otros del mercado- reconduce al coche hacia el centro del carril con suavidad, y no de la forma brusca tan extendida.
Ninguno de los modelos híbridos enchufables hoy a la venta resulta asequible. El GTE Variant, disponible por 46.795 euros, tampoco lo es, pero al menos representa una de las opciones más prácticas, refinadas y capaces por espacio interior y de carga para aquellos que no son aficionados a los SUV. Siendo un producto bastante redondo, hay que afearle sin embargo una considerable pérdida de volumen de maletero: 483 litros, 167 menos que su equivalente de combustión, aunque muy aprovechables porque la batería del sistema híbrido se limita a elevar ligeramente la superficie de carga y no queda tirada en mitad del compartimento, como sucede en algún rival ilustre que emplea la misma tecnología.
También cabe reprocharle a un coche de este precio que haya que recurrir a los paquetes opcionales para disponer de portón trasero de accionamiento eléctrico, y cuando llegamos con las manos cargadas echamos en falta un sistema, ya común entre coches mucho más baratos, que lo abra al detectar nuestra presencia.
0