La multipropiedad llega al mundo del automóvil
Que el gusto por tener un coche en propiedad decae en los países desarrollados y entre la gente más joven, es un hecho que dan por descontado la totalidad de los fabricantes. Varios de ellos han tomado medidas al respecto poniendo a sus mejores cabezas a idear servicios de movilidad compartida (carsharing) como los que ofrecen ya en las grandes ciudades plataformas como car2go.
El Grupo PSA aprovechó el pasado Salón de París para presentar la iniciativa Free2Move. Su presidente, Carlos Tavares, explica como nadie la aparente contradicción de una marca de automóviles embarcada en soluciones que parecerían comportar menores ventas. “No es una contradicción”, rebate. “El problema es que la compra de un coche es una mala inversión porque el 90% del tiempo está parado. Pero si incrementamos la frecuencia de uso de esos vehículos, necesitarán más renovación y nosotros haremos más coches”. Elemental, no se puede negar.
Por su parte, Toyota acaba de anunciar la creación de un servicio de coches compartidos que, como es habitual en este tipo de plataformas, confía gran parte de la facilidad de uso a una app que permite abrir y cerrar el coche además de arrancar el motor. Volkswagen tiene previsto dar a conocer en breve su propia visión para la movilidad compartida.
La audaz Nissan ha llevado el concepto un paso más allá al proponer que se comparta no el uso, sino la propiedad del vehículo. El servicio Nissan Intelligent Get & Go Micra, que viene a ser la primera iniciativa de multipropiedad aplicada al automóvil, se vale de las redes sociales y de tecnología de geolocalización para agrupar a los posibles compradores con arreglo a la compatibilidad de sus necesidades de transporte.
La idea es formar una comunidad 100% digital de esos clientes potenciales, que estarán en contacto mediante una aplicación móvil y sabrán en todo momento el gasto mensual que les corresponde en función del uso que hayan hecho del vehículo, en este caso un Nissan Micra Acenta con motor de gasolina 0.9 IG-T al que se le podrá hacer un máximo de 15.000 kilómetros al año, según estipula el contrato.
La marca española Seat presentaba recientemente un servicio de carsharing para sus empleados con el que se pretende que la flota corporativa pueda ser utilizada por el personal cuando está parada. Además, se busca incentivar el intercambio de coches entre particulares y que los trabajadores compartan desplazamientos.
Junto al servicio, que funcionará a partir del año próximo, Seat ha dado a conocer la aplicación Digital Sharing, que funciona como llave digital que posibilita la cesión segura del coche entre particulares y en entornos corporativos.
Las iniciativas de movilidad compartida se extienden también a las motocicletas. Una de las más recientes la ha puesto en marcha en Barcelona la empresa Cooltra, que ha desembarcado allí con 250 scooters eléctricos que arrancan mediante el móvil y pueden ser devueltos casi en cualquier punto de la ciudad.
Timo Buetefisch, CEO de Cooltra, lo tiene claro: “Pienso en el futuro cercano y veo a la gente mirando en su smartphone cómo ir de un punto a otro, cuánto tardará y cuánto le costará según el medio elegido. Y también creo que cada vez habrá menos vehículos en propiedad y más de uso compartido”.
