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Sobre este blog

Aprovechando la celebración del Mundial de Rusia lanzamos este blog para contar las historias más curiosas o desconocidas de los mundiales: política, literatura, algún test de conocimientos, economía y algo de fútbol.

La tragedia colombiana de Escobar

El autogol que eliminó a Colombia del Mundial de 1994

Óscar Abou-Kassem / Paco López

Dos colombianos con mismo apellido eran muy populares a principios de los 90. Pablo Escobar mandaba en las calles y Andrés Escobar lo hacía en la defensa del Nacional de Medellín y en la selección de Colombia. El Nacional era el juguete en el que Pablo Escobar había decidido proyectar su pasión por el fútbol. Tanto invirtió que logró que fuera el primer equipo colombiano en lograr una Copa Libertadores en 1989. Aquello fue el cenit del narcofútbol. Andrés Escobar era el líder en la defensa de un equipo entrenado por Pacho Maturana y en cuya portería brillaba un joven René Higuita.

Eran piezas clave del equipo colombiano que se presentó ante el planeta fútbol en el Mundial de Italia en 1990. Cayeron en octavos ante Camerún pero su juego vistoso y la personalidad de jugadores con Valderrama o el propio Higuita fueron más recordados que otros equipos que llegaron más lejos sin pena ni gloria. Muchos de esos futbolistas se convirtieron en visitas habituales a la Catedral, la cárcel de lujo en la que Pablo Escobar tenía hasta un campo de fútbol. El patrón era el patrón.

En 1994 la selección colombiana llegaba lanzada al Mundial de Estados Unidos. En su clasificación había dejado un partido de esos que serán recordados siempre por los que lo vieron en directo. El encuentro decisivo de clasificación para el torneo se jugaba en Buenos Aires contra Argentina. Colombia atropelló a los argentinos con un histórico 0-5 que mandó a la selección albiceleste a jugar un partido de repesca contra Australia. Ese fue uno de los últimos partidos que vio Pablo Escobar antes de morir tres meses después durante una persecución policial en Medellín.

Favoritos

Johan Cruyff afirmó a la La Gazzetta dello Sport en 1994 que su favorita para ganar ese Mundial era Colombia: “Desde el punto de vista de jugar bien y al ataque, Colombia me parece la selección mejor predispuesta”. Pelé lo veía igual: “Colombia es mi favorito para ser campeón del Mundo”. Y con esas expectativas se presentaron en el Mundial de 1994.

El primer partido contra la Rumanía de Hagi fue un desastre. La derrota por 1-3 sembró de dudas a la selección cafetera. Y Colombia entró en la autodestrucción. El seleccionador Maturana recibió el siguiente mensaje: “Oiga, Maturana, escuche bien y anote. Para el miércoles ante Estados Unidos saque a Barrabás Gómez y ponga en su lugar al Pitufo De Ávila. Si no lo hace, es hombre muerto”. Poca broma. Maturana presentó su dimisión pero al final se quedó en el cargo hasta el final del torneo. Cedió a la amenaza y puso a De Ávila de titular. Y con toda la presión se jugó contra los anfitriones en Los Ángeles el 22 de junio. En el minuto 35 un centro al área colombiana es cortado por Andrés Escobar. El rechace pilla a contra pie al portero Óscar Córdoba y acaba siendo un gol en propia puerta. Colombia acabó perdiendo por 2-1 y terminó finalmente eliminada pese a ganar a Suiza en el tercer partido.

Escobar sospechaba que ese autogol le perseguiría el resto de su vida y que probablemente se le volvería a aparecer en alguna pesadilla ya retirado del fútbol. El defensa tenía decidido pasar página y centrarse en nuevas ilusiones. En unos meses se casaría con su novia y se iría a Italia para jugar en el rutilante Milan de Fabio Capello. Era el designado para relevar a Franco Baresi como líbero.

En el lugar equivocado

Habían pasado sólo seis días desde su eliminación en Estados Unidos cuando el defensa se encontraba en la discoteca Padua de Medellín. Dos hermanos, vinculados con los paramilitares y el narco, le hicieron burlas en la sala. Escobar les pidió respeto y abandonó posteriormente el establecimiento para encontrarse de nuevo con ellos junto a su coche. Las provocaciones continuaron hasta que el chófer de ambos sacó un revólver y disparó en seis ocasiones contra Escobar. A su funeral asistieron cerca de 120.000 personas. La selección colombiana no volvió a brillar hasta 2010 de la mano de James Rodríguez.

Nunca se resolvió el motivo del crimen. La teoría que más recorrido tuvo es que un narco molesto por una pérdida de dinero en las apuestas quiso “vengarse” del fallo de Escobar. Aunque el mejor resumen lo hizo Maturana: “Estaba en el lugar equivocado en el momento equivocado. Andrés era uno del fútbol que lo mató la sociedad”.

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