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“Elvis Presley, Pérez Prado y Peret tienen la rumba”

La directora murciana Paloma Zapata

Mara Mira

La familia de Peret lleva años intentando que se ruede un documental sobre su vida. A su nieta, Santa Pubill, dejó el encargo antes de morir de un cáncer fulminante en 2014. Pere Pubill Calaf (Mataró 1935, Barcelona 2014) ansiaba reivindicar su papel como fundador de la rumba catalana. Su deseo no cayó en saco roto. Las mujeres de la familia impulsaron el proyecto 'Peret, yo soy la rumba' buscando a la directora audiovisual Paloma Zapata (1979) para que lo dirigiera.

Esta murciana, amante del cine de Isaki Lacuesta y José Luis Guerín, se ha especializado en la dirección de videoclips (Ruth Lorenzo, Buffetlibre, Oliver Nelson, Ana Mena, Calexico, Julian Maeso, Izal, Amparanoia, Macaco, Tote King…). Pero no solo. En 2017 rodó el viaje a África del músico DePedro, junto a su amigo el periodista Ángel Carmona. Ambos buscan al artista senegalés Lamine Konté. La aventura llevó por título: 'Casamance, banda sonora de un viaje'. Además del documental sobre la vida de Peret este año también tiene previsto estrenar 'La Singla, bailando en silencio' (2019). Afortunada, anda cosechando éxitos. Acaba de recibir el premio internacional al mejor largometraje en el Festival Muvi de Lisboa.

¿Paloma, cómo llega a sus manos este proyecto tan personal?

Hace tres años, Santa, la nieta de Peret me cuenta que tuvo una conversación con su abuelo antes de su muerte. Quiere que se sepa quién creó la rumba catalana. En aquellos momentos estaba acabando Casamance, mi primer largometraje documental. Me gustó la idea, ya había rodado un videoclip con Peret, 'El vivo muerto', en 2009. Al haber compartido unos días con él, pude conocer a la persona que iba más allá del músico. Peret tenía un magnetismo especial, se pensaba mucho las palabras que decía, soltaba frases muy sabias. Como personaje a recrear era magnético y atractivo. Después, gracias a sus hijas Santa y Rosita, me introduje en su mundo familiar y ya tuve claro que el documental tenía que contarse desde allí.

Las mujeres de la familia de Peret, sus conversaciones en torno a la mesa familiar, son el eje sobre el que gira el documental. ¿Esto surge por cómo se inicia el proyecto?

Si. Su familia está compuesta fundamentalmente por mujeres: hijas, nietas y biznietas. Conocen bien su historia íntima y la cuentan. Peret aunque nació pobre recorrió mucho mundo vivió en Palma de Mallorca, Calella de Mar, en Valencia, en Argentina y conoció a mucha gente de la calle como prostitutas, jugadores de cartas y sobre todo vendedores ambulantes. Todo ese mundo le proporcionó una cierta sabiduría. Tenía sus ideas sobre el mundo gitano, sobre su ética para instruir a su familia y a su comunidad. Entendía que había carencias de educación y siempre trataba de aleccionarlos sobre todo a sus nietas. Les decía que fueran independientes. De hecho puedes ver como cuentan que se sentían valoradas y escuchadas por él. Siempre que llegaban hombres a su casa les pedía opinión y les decía “veis, sabe más una niña pequeña que vosotros”. Quería que supieran que su opinión contaba por eso lo adoran. Peret tenía unas ideas muy avanzadas sobre el racismo y el feminismo. Se puede constatar cuando habla de él a su familia, también en las letras de sus últimas canciones o en las entrevistas cuando se refiere a la mujer gitana. Con todo este material me acerco a la intimidad del personaje.

Al inicio la historia transcurre en paralelo a la historia del barrio del Raval de Barcelona. ¿Plantea un retazo testimonial sobre la gentrificación del mismo?

El testimonio es testimonio y sí puede ser que el Raval haya perdido parte de su identidad. Ya no es el barrio gitano de la rumba de Peret, ahora hay un gran mestizaje cultural.

Creo que ha tenido una suerte extraordinaria al narrar la historia con la voz de Peret. Amen de esto, ¿cómo ha logrado los archivos visuales de la época?

Hemos buscado todo tipo de archivos. Las grandes fuentes han sido Televisión Española pero también los archivos familiares. Gracias a esta gran cantidad de material logré que su voz fuera la voz principal. Además leí las memorias 'Peret, el alma de un pueblo' escrita por su sobrina paya Cèlia Sànchez-Mústich. Contiene conversaciones, entre ambos, con anécdotas de todo tipo. Eran curiosas y divertidas, un poco a raíz de esa costumbre que tenía, como vendedor ambulante y gran jugador de cartas, de narrar historias. Sobre este material escogimos trozos para dramatizar recreaciones que son interpretadas por sus nietos y su hija. Así, además, me hacía eco de una historia familiar. A Peret le gustaba dirigir cortos con su familia. En estas partes de ficción necesitábamos una voz en off. Se lo propuse a Andreu Buenafuente y aceptó. El resultado es óptimo. El público ve la película y no percibe que es Andreu, funciona bien la simulación.

Usted no es crítica musical pero supongo que estará contenta al poder narrar cómo Peret iba a la Sala Rialto a bailar los bambos de Pérez Prado para después, en el local El Salchicón, imitar el sonido caribeño con palmas, golpes de cacerolas y botellas de anís. Además, Petitet (Joan Ximénez Valentí, músico percusionista y palmero de Peret), describe cómo fueron los primeros en introducir los bongos en un tablao flamenco. ¿Tenía la intención de 'revolicar', de nuevo, la historia del mundo del flamenco?

No es mi intención revolucionar nada, pero me parece necesario dejar clara la importancia de los gitanos en el flamenco y dar su visión sobre la rumba catalana, un invento que tiene mambo, un chorro de tanguillo y una pizca de rock. Ojo con lo que dice el propio Peret: “Elvis Presley, Pérez Prado y Peret tienen la rumba”. Como bien dices no soy crítico musical pero sí creo que deben ser ellos los que hablen y cuenten la historia sin mediaciones. He contado con la complicidad de sus hijas Santa y Rosita, los nietos y de amigos como Petitet, Justo Molinero e incluso su sastre favorito del barrio de Sant Antoni.

En una entrevista Lauren Postigo le suelta a Peret 'tu música es de copa y juerga'. Él se ríe. Menudo cambio cuando ve 'la luz' en un trayecto en coche en 1982 y acaba convertido en pastor evangelista de la lglesia de Filadelfia durante una década. Tal y como lo explica en el documental la bailaora 'La Chana' parece lo más normal del mundo. ¿Cómo ha logrado tan buen ambiente de trabajo?

Sí es cierto que sus letras hablan de cachondeo pero, entre sus más de trescientas canciones, también tiene otras en las que introduce las divergencias entre payos y gitanos, las reyertas entre ellos, sus tradiciones. Luego hace cosas como escribir en caló reivindicando su lengua o usa el catalán. Es un todo de música de raíz. Y luego tienes razón: encuentra 'la luz'. Se explica bien en la película, no duda en elegirla. La conclusión es que estaba cansado del mundo del éxito y las giras internacionales junto a sus palmeros, el Toni y el Huesos. Lo que consigue, al dejarlo todo, es estar más cerca de su familia y de la comunidad gitana. Rodeado de su gente en la Iglesia Evangelista de Filadelfia también canta y desarrolla la solidaridad yendo a las cárceles a cantarles a los presos. Cambió una vida que le obligó a portar incluso un revolver según cuenta su manager Jorge Ragna tras amenazas de la extrema izquierda por su actuación forzosa en Eurovisión.

En cuanto al ambiente de rodaje tengo que dar las gracias a su hija Santa me he ha introducido en el entorno de la familia con mucha naturalidad y eso se palpa en la película.

¿Intuye que ha rodado una parte de la historia de los gitanos catalanes que va más allá del personaje de Peret?

No se puede entender a Peret sin comprender la familia y el entorno gitano, sus rituales y celebraciones siempre ligados a la música. Es una narración poliédrica. Por ejemplo cuando acabó diciendo que la iglesia evangélica era una secta, sus cantares le proporcionaron un estribillo que acabará convertido en el tema de clausura de los Juegos Olímpicos de Barcelona de 1992, 'Jesucristo es poderoso, Jesucristo tiene poder' y junto a su nieto Dani Pubill estuvo sus último once años de vida haciendo canciones y rechazando ofertas tentadoras como una gira por Japón. Pero vamos, lo de 'Barcelona tiene poder' es memorable.

Peret, en una entrevista de archivo, manifiesta que le hubiera gustado ver rodada su vida ¿Cree que este documental tan íntimo le hubiera gustado?

Ya me felicitó en 2009 cuando rodé su videoclip 'El muerto vivo', quiero pensar que ahora haría lo mismo.

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