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'Leer el presente' es un espacio que dedicamos a libros desde eldiario.es/murcia. Del mundo a la página y viceversa. Coordina José Daniel Espejo.

La construcción de un nosotras

La escritora Marta Sanz amplia y revisa su novela "La lección de anatomía"

Carlos Gil Gandía

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Realidad. Respiración. Representación. Vindicación. Patriarcado. Sororidad. Feminismo. Capitalismo. Enseñanza. Occipucio masculino. Víctima. Poder. Hermanas. Racionales. Razonables. Debilidad. Vulnerabilidad. Nosotras. Marketing.

Las anteriores palabras son algunas que se han de destacar del ensayo 'Monstruas y centauras. Nuevos lenguajes del feminismo'. Escrito sobre el siguiente contexto. Tres acontecimientos (Me too, la carta de las intelectuales francesas y la huelga feminista del 8 de marzo) más una sentencia (la de La Manada).

A través de las palabras señaladas la escritora construye una realidad vivida, la suya y la de tantas otras mujeres, desde un punto de vista reflexivo: “Lo personal es político”. Su “yo” personal se torna a un “nosotras” político. Esa realidad se forja en el libro desde la perspectiva de la vindicación y desde la perspectiva crítica, ya que se manifiestan reticencias o miedos a que el movimiento feminista ─o una parte de él─ se infecte por la bacteria de la desigualdad inherente al machismo: “Las bacterias misóginas que alfombran nuestra flora intestinal”. De ahí que no guste a la autora ─o exhiba sus discrepancias─ la palabra empoderamiento, ya que la noción poder “requiere una revisión y tal vez no es muy inteligente andar jugando con sus compuestos y derivados”, aludiendo a Mary Beard.

El poder de la palabra es de rebeldía y de desobediencia porque construye realidades diferentes: marcos que permiten la realización libre (feminismo) ─o no (machismo) ─ de las personas, pues no se debe olvidar la dimensión social del lenguaje: “Nos estamos pensando, a nosotras mismas y el mundo en que vivimos”; tampoco la del poder: “El lenguaje es un instrumento premiable al poder, un arma política”. Por eso el nuevo lenguaje del feminismo es decisivo para fundar una realidad igualitaria entre mujeres y hombres, para acabar con el heteropatriarcado y para dignificar a la mujer, en particular, y al ser humano, en general: máxime en estos momentos peligrosos que afloran los don Pelayos y sus senescales.

Pero no solamente los anacrónicos Pelayos quieren revertir las conquistas logradas por el movimiento feminista, también el sistema capitalista: “Yo soy de esas feministas que no saben separar el patriarcado del capitalismo”, se ponen de relieve las desigualdades económicas, laborales y legislativas que el sistema capitalista crea entre hombres y mujeres: “El feminismo podría llegar a ser una palanca de transformación integral de la sociedad, que también afecte al modelo económico”. Se destaca, a este respecto, la lucha del feminismo obrero (las Kellys, por ejemplo) y también lo peligroso que podría llegar a ser el feminismo de marketing: “Aunque sepas que también con el feminismo se hace marketing y corres el riesgo de que el marketing se te coma”.

Se reflexiona, además, de un lado, sobre la educación y las lecturas vinculadas al puritanismo. Se critica, por ello y sobre la base de que “es necesario poner a funcionar la máquina educativa, no la máquina represiva”, las prohibiciones de cuentos como, por ejemplo, 'Caperucita' y 'Blancanieves', o novelas como 'Lolita', ya que es posible escribir otras Caperucitas, otras Blancanieves y otras Lolitas desde la perspectiva de género, sin necesidad de prohibir, pues lo que se debe hacer es enseñar a leer críticamente: “Una sociedad culta enseña a leer a su ciudadanía”. De otro lado, se delibera sobre el lenguaje inclusivo (“la sintaxis es una pequeña forma de violencia”) desde la dimensión política de la gramática: “Hace visible y simultáneamente visibiliza un problema social”. Nulla ethica sine aesthetica.

Estoy de acuerdo con las tesis anteriores porque para mí los fenómenos lingüísticos son piezas integrales de los procesos de emancipación. Por ello creo firmemente que las reglas gramaticales pueden modificarse a través de la creación de una nueva gramática (los sueños y las conquistas necesitan convertirse en lenguaje), ya que, medito, el inconveniente no reside en esas reglas sino en la designación que se les ha dado: el masculino universal, común pero no estrictamente convencional, es una creación interesada (androcentrismo de gramáticos).

En suma, se trata de un ensayo lúcido, desde el propio título, que plantea dudas, contradicciones y preguntas sobre los debates que el feminismo atraviesa hoy. Siempre hay que buscar la certeza, pero también la duda como signo de inteligencia e instrumento contra la Verdad absoluta. Un ensayo que demanda de varias lecturas para profundizar y pensar muy detenidamente cada frase, cada palabra y cada reflexión que hay por debajo del libro. Es un texto del pasado y del presente para construir el futuro. Es un texto que suma, y no resta. Es un libro vivido porque nosotras, hermanas, “nos estamos pensando”.

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