Se acerca el momento de planificar nuestras vacaciones y desde el grupo local de Amnistía Internacional en Murcia, vemos que puede ser el momento de dirigirnos a los que teneis pensado como destino vacacional Israel y los Territorios Palestinos, para daros a conocer un tema que nos es de máxima preocupación.
Las empresas digitales están revolucionando la forma en que el mundo hace turismo, se hace todo a través de Internet. Amnistía Internacional señalaba, hace unos días, que Airbnb, Booking.com, Expedia y TripAdvisor, los gigantes del turismo en línea, están propiciando la comisión de violaciones de derechos humanos contra la población palestina al anunciar cientos de habitaciones y actividades en asentamientos israelíes en territorio palestino ocupado, incluida Jerusalén Oriental. En un nuevo informe, 'Destino: ocupación', la organización documenta cómo estas empresas llevan el turismo a los asentamientos ilegales israelíes y contribuyen a su existencia y a su expansión.
El asentamiento de civiles israelíes por parte de Israel en los Territorios Palestinos Ocupados (TPO) viola el derecho internacional humanitario y constituye un crimen de guerra. Pese a ello, las cuatro empresas continúan operando en los asentamientos y se benefician de esta situación ilegal.
Kfar Adumim es uno de los asentamientos que figura en el informe de Amnistía Internacional, un destino turístico en auge, situado a menos de dos kilómetros del pueblo beduino de Jan al Ahmar, cuya demolición total e inminente por las fuerzas israelíes ha recibido luz verde del Tribunal Supremo de Israel. La expansión de Kfar Adumim y de otros asentamientos próximos es una de las causas fundamentales de las violaciones de derechos humanos contra la comunidad beduina local.
“La apropiación ilegal de tierras palestinas y la expansión de los asentamientos por parte de Israel perpetúa un sufrimiento inmenso, expulsa a la población palestina de sus hogares, destruye sus medios de vida y la priva de servicios básicos, como el agua potable. El modelo empresarial de Airbnb, Booking.com, Expedia y TripAdvisor se basa en la idea de compartir y en la confianza mutua, y sin embargo contribuyen a estas violaciones de derechos humanos al hacer negocios en los asentamientos”, afirma Seema Joshi, directora de Asuntos Temáticos Globales de Amnistía Internacional.
“El gobierno israelí utiliza la creciente industria turística en los asentamientos para legitimar su existencia y su expansión, y las empresas online de turismo le siguen el juego. Es hora de que estas empresas defiendan los derechos humanos y retiren todos sus anuncios en los asentamientos ilegales en tierras ocupadas. Los crímenes de guerra no son una atracción turística”.
Tal como se establece en los Principios Rectores de la ONU sobre las Empresas y los Derechos Humanos, las empresas tienen la responsabilidad de respetar el derecho internacional humanitario y el derecho internacional de los derechos humanos, con independencia del lugar del mundo en el que operen. Hasta que retiren sus anuncios en los asentamientos, las cuatro empresas mencionadas en el informe de Amnistía Internacional están incumpliendo estas responsabilidades debido a sus actividades en los Territorios Palestinos Ocupados, así como sus propias normas empresariales.
Beneficios por violaciones de derechos humanos
Entre febrero y octubre de 2018, Amnistía Internacional visitó cuatro pueblos palestinos cerca de asentamientos israelíes, así como el barrio de Silwan en Jerusalén Oriental y una comunidad palestina en Hebrón. Todos estos lugares están cerca de lucrativas atracciones turísticas gestionadas por colonos.
Amnistía Internacional considera que Airbnb, Booking.com, Expedia y TripAdvisor no sólo contribuyen de forma importante a llevar el turismo a los asentamientos ilegales, sino que además engañan a sus clientes al no indicar de modo sistemático si los anuncios están situados en asentamientos israelíes.
“A los turistas que vienen aquí les han lavado el cerebro, les han engañado, no saben que esta es nuestra tierra”, señala un agricultor palestino que vive cerca del asentamiento de Shiloh, donde el gobierno israelí financia un gran centro de visitantes para atraer turistas a un yacimiento arqueológico.
Los dos pueblos palestinos cerca de Shiloh han perdido más de 5.500 hectáreas (55 kilómetros cuadrados) de tierras desde finales de la década de 1990. Mucha gente se ha ido, y quienes se han quedado dicen que son víctimas frecuentes de ataques de colonos armados.
En los últimos años, el gobierno israelí ha invertido grandes cantidades de dinero en el desarrollo de la industria turística en los asentamientos. Utiliza la designación de ciertos lugares como sitios de interés turístico para justificar la apropiación de tierras y viviendas palestinas, y a menudo construye asentamientos cerca de yacimientos arqueológicos deliberadamente, para subrayar la relación histórica del pueblo judío con la región. El informe de Amnistía Internacional destaca cómo el gobierno israelí permite y anima a los colonos a explotar tierras y recursos naturales que pertenecen a la población palestina.
“Estas empresas promueven visitas a reservas naturales, alientan a los turistas a realizar rutas de senderismo y safaris en el desierto y los animan a probar el vino de las viñas locales”, afirma Seema Joshi. “A pesar de que éstos son recursos naturales palestinos apropiados ilegalmente, dichas actividades sólo benefician a los colonos y a las empresas de turismo en línea que hacen negocios con ellos”.
La experiencia de los crímenes de guerra, Amnistía Internacional ha documentado el enorme contraste entre la oferta de experiencias turísticas en los asentamientos y las violaciones de derechos humanos que se infligen a diario a la población palestina en las mismas zonas.
Airbnb, Booking.com, Expedia y TripAdvisor anuncian alquileres vacacionales y 'experiencias' de acampar en el desierto gestionadas por colonos en el asentamiento de Kfar Adumim o en sus proximidades. Unos 180 residentes de Jan al Ahmar corren riesgo de desalojo forzoso por el ejército israelí para dejar sitio a la expansión ilegal de Kfar Adumim y de otros asentamientos de la zona. Este traslado forzoso de personas en territorio ocupado constituye un crimen de guerra. Las autoridades israelíes han ofrecido a los residentes la posibilidad de elegir entre dos posibles ubicaciones: una, cerca del antiguo vertedero municipal de Jerusalén y del pueblo de Abu Dis, y la otra, junto a una planta de tratamiento de aguas residuales cerca de la ciudad de Jericó. 'Desert Camping Israel' es un cámping en el desierto promocionado por Airbnb, Booking.com y Expedia, donde los visitantes pueden pagar hasta 235 dólares estadounidenses por noche para “sentir la serenidad del desierto y conocer la cálida hospitalidad israelí”. TripAdvisor también anuncia un parque natural, un museo, una visita al desierto y una atracción de temática bíblica en tierras próximas a Kfar Adumim.
“Las experiencias de acampada que se ofrecen se encuentran en tierras previamente utilizadas por la comunidad beduina para el pastoreo. A medida que el asentamiento de Kfar Adumim ha crecido, muchos pastores beduinos han perdido su medio de vida y ahora dependen de la ayuda humanitaria para sobrevivir”, afirma Seema Joshi.
“Cada centavo que estas empresas ganan con la promoción del turismo en Kfar Adumim supone un beneficio por violaciones de derechos humanos. Que los colonos utilicen la cultura beduina para atraer turistas empeora aún más la situación”.
Relación inextricable con la expansión de los asentamientos Amnistía Internacional también visitó el pueblo de Khirbet Susiya, donde los habitantes palestinos viven en refugios temporales tras haber sido desalojados a la fuerza de gran parte de la zona para dejar sitio a la expansión del asentamiento vecino de Susya. Las autoridades israelíes han bloqueado cisternas de agua y pozos en Khirbet Susya, y en 2015 la ONU calculaba que las personas residentes dedicaban alrededor de un tercio de sus ingresos a pagar el agua.
Susya se construyó alrededor de las ruinas de un yacimiento arqueológico que, en el momento de redactarse este informe, estaba anunciado, tanto en Airbnb como en TripAdvisor, con fotografías de lugares que los turistas pueden visitar, como las ruinas, un olivar, una bodega y un viñedo y una gran piscina en el asentamiento.
El desarrollo de yacimientos arqueológicos en asentamientos como Susya y Shiloh por parte del gobierno israelí es fundamental para sus planes de desarrollar y ampliar los asentamientos.“Promover estos lugares a un público global facilita los objetivos del gobierno israelí para los asentamientos, y es donde las empresas de turismo internacionales se vuelven indispensables”, ha dicho Seema Joshi.
“El yacimiento arqueológico en Susya, al igual que otras atracciones turísticas en los asentamientos o en sus proximidades, contribuye a que se cometan violaciones de derechos humanos contra la vecina comunidad palestina. Al promover lugares como éstos, las empresas de turismo en línea son cómplices de las iniciativas ilegales del gobierno israelí para ampliar los asentamientos a toda costa”.
Antes de la publicación del informe, Amnistía Internacional escribió a las cuatro empresas para darles la oportunidad de responder a sus conclusiones. Booking.com y Expedia respondieron, pero Airbnb y TripAdvisor no lo hicieron.
Amnistía Internacional analizó detalladamente sus respuestas y tomó en cuenta debidamente la información ofrecida para actualizar sus conclusiones. El informe completo 'Destino: Ocupación' se encuentra en www.es.amnesty.org.
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