José Ballesta, conocido como Pepe Ballesta por sus amigos, ha elaborado una candidatura para su asalto a la Glorieta, que desde luego nadie podrá decir nunca que no la ha hecho él. La lista de candidatos a concejales del Partido Popular para el ayuntamiento de Murcia es sin duda “la lista de Pepe”, mucho más que “la lista del PP”.
Por encima de cualquier otra valoración que cabe hacer después de conocerse su composición, esta es sin duda y a mi modo de ver la más importante. De otro modo no se entiende la exclusión de piezas claves en el interno del partido y en otro tiempo indiscutibles, por ejemplo para el que ha sido Alcalde los últimos veinte años, entre otras cosas porque sabía que sin ellos no se comía un colín.
A Cámara jamás se le hubiera ocurrido por ejemplo prescindir de José Ros, actual concejal de limpieza viaria. Ros es mucho más que eso, es además del mandamás del partido en la pedanía de Sangonera La Verde, vivero de votos populares donde los haya, y coordinador electoral de pedanías, tarea con la que ha contribuido, y de qué manera, a las sucesivas victorias electorales no solo para el ayuntamiento de la capital, sino también en lo que tiene que ver éste, con la circunscripción número uno a la Asamblea Regional.
Su ausencia en la candidatura puede traer más cola de la que parece, porque si bien es cierto que para algunos, él mismo se había descartado llegando a afirmar que se marchaba a trabajar al extranjero al término de la legislatura, la verdad es bien distinta. Enterado de que querían sacarle de la partida, decidió hacer porra y quedarse, dejando decir a quien le quisiera escuchar que no se lo iba a poner fácil a Valcárcel para salir, y que si lo querían fuera tendrían que “matarlo” políticamente hablando.
Pudiera ser que en el trance el defenestrado Ros acabara por morir matando, entre otras cosas, contando historias que nunca ha dicho y que podrían levantar ampollas.
Fuera se queda también otro preboste de las pedanías del norte, Cristobal Herrero, lo que no debe haberle hecho ninguna gracia, la misma que a Pepe Arce, otro saliente, que otra cosa no, pero en todos los pueblos de Murcia tiene su predicamento. Aambos igual que Ros movían romana a la hora de sacar votos de debajo de las piedras. ¿Quién va a hacer ahora esa tarea, si ellos bajan la guardia?
De la escabechina del ex rector, que parece haber decidido que con los suyos y poco más de lo anterior, tiene de sobra, véanse los casos como ejemplo de Maruja Pelegrin, Lola Sánchez o Rafael Gómez, entre otros nombres menos llamativos, no se ha salvado ni Moya Angeler y mira que incluso este es santo de la devoción de Valcárcel.
De Nuria Fuentes y su fusilamiento político nada diré, sólo que lo siento mucho y que no se lo merece. Ha trabajado mucho y bien por Murcia y por su partido, pero en todas las guerras hay muertos y según parece ella se equivocó de bando en la batalla campal que se vive entre los populares murcianos. Una pena.
Veremos a ver qué pasa y si las incorporaciones novedosas como las de Jesús Pacheco y Felipe Coello le valen a Pepe Ballesta para el total de la suma necesaria, para ganar, y a Pedro Antonio Sánchez para tres cuartos de lo mismo, que con la tontería se puede quedar a medio camino y ahogarse en la orilla después de tanto nadar.
La cosa no está clara en cuanto a lo que vaya a suceder en las urnas, y no sólo porque ya nada es como antes en la política. En los comicios de mayo por primera vez en mucho tiempo, los resultados son más inciertos que nunca y las elecciones municipales y autonómicas están más abiertas de lo que se piensa.
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