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Cadáveres culturales en la Región de Murcia: la herencia de hormigón del PP durante más de dos décadas

Museo de Paleontología del muncipio murciano de Torre Pacheco, sin acabar

Elisa Reche / Aurora López

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Un museo paleontológico sin terminar entre lechugas, una antigua fábrica de conservas que contaba con el arte más vanguardista convertida en call center, un auditorio vacío por el que se sentará en el banquillo el expresidente de Murcia Pedro Antonio Sánchez (PAS) y, por último, el pabellón de la barriada marginal del Espíritu Santo en la capital, construido con fondos europeos, el último de estos espacios que acaba de cerrarse a cal y canto. Estas son algunas de las ruinas contemporáneas de la cultura que pueblan la Región de Murcia, en su mayoría fruto de “del boom inmobiliario que dejó en esa época tanto dinero en las arcas públicas”.

“La cosa se empezó a torcer en 1992 cerca de la última legislatura del PSOE en la Región que duró hasta 1995”, señala el gestor cultural Patricio Hernández, quien ha trabajado en la gestión pública en Murcia desde el primer gobierno de la democracia en 1979. “Siento que durante estos 40 años no se ha democratizado la cultura prácticamente nada en la Región”, dice con pesar al teléfono. “No ha habido ni criterio, ni visión ni plan; principalmente los consejeros o concejales de Cultura han querido destruir lo que hubiera hecho el partido anterior en el gobierno y conseguir visibilidad en los medios. No se ha pensado ni en los ciudadanos ni en los creadores”, añade.

El director de escena y profesor de interpretación Antonio Saura se muestra muy crítico con las políticas culturales de la Region que “se han caracterizado por la precariedad para el tejido cultural durante los últimos 20 años”. La Región está a la cola, después las ciudades de Ceuta y Melilla y La Rioja, en inversión pública en cultura. “Los presupuestos de Cultura sacan los colores en cualquier mesa de trabajo a nivel nacional con cualquiera de los sectores culturales con los que te relaciones”. Saura subraya que “desde los postulados de derechas se entiende que la cultura es un gasto y no que es una inversión en identidad, comunidad e incluso vecindad, por no hablar de lo que supone como motor económico”.

Esperando al conserje en el pabellón cerrado de la barriada del Espíritu Santo de Murcia

“Han hecho esto simplemente para gastarse un dineral cuando podrían haberlo invertido en construir más viviendas porque aquí faltan”, dice Antonia, de 70 años y dueña de una tienda de comestibles frente a la puerta principal del pabellón polivalente de la barriada del Espíritu Santo, situada a las afueras de la capital. La infraestructura, erigida en 2015 y destinada a la cultura y al deporte, formaba parte de un macroproyecto de diez millones de euros con el que revitalizar la zona.

El pabellón, cerrado a cal y canto cuenta con un escenario desmontable, los últimos sistemas luminosos y acústicos, salas más pequeñas para ensayar y 1.500 metros cuadrados de espacio que permiten un aforo de 300 personas. Si tras celebrar dos festivales el centro dejó de programar actividades culturales en 2018, después de la pandemia, según el Ayuntamiento de Murcia, ninguna de las asociaciones deportivas que hacían uso del espacio ha vuelto a reclamar su reapertura.

“Estamos en proceso de contratación de la empresa que lleva el pabellón, así que decidimos derivar a otras instalaciones a los conserjes municipales”, señala el concejal de Deportes del consistorio murciano, Felipe Coello, quien no descarta que se reabra tras la Navidad con conserjes de la Universidad de Murcia.

El auditorio de Puerto Lumbreras por el que está imputado el expresidente murciano PAS

Son las ruinas que tienen en jaque al expresidente de Murcia, Pedro Antonio Sánchez (PAS), quien fue alcalde del municipio murciano de Puerto Lumbreras de 14.000 habitantes entre 2003 y 2013. Sánchez se sentará en el banquillo por el Caso Auditorio probablemente a comienzos de 2021. El centro cultural, que recibió una subvención de la Comunidad por valor de seis millones de euros, fue recepcionado por el municipio en 2011 sin estar terminado. La Fiscalía dijo que aún queda un 38% por construir. Un informe de la Guardia Civil certificó que el Ayuntamiento pagó más de dos millones de euros por materiales que no se encuentran en el edificio.

PAS se enfrenta a una petición de 4 años de prisión y 19 de inhabilitación por presuntas irregularidades en la adjudicación y construcción del edificio.

“Cuando abrieron el auditorio pasaban por allí las ovejas, aquello parecía más un campo de trashumancia; la cosa no podía ser más fraudulenta. He hablado en otras ocasiones de ecosistemas culturales: cuando intervenimos el territorio hay que pensar si hay un tejido cultural alrededor y en Puerto Lumbreras no hay ni conservatorio”, apunta Cristina Guirao, profesora en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Murcia (UMU) y directora de un máster de Gestión Cultural.

Pero el auditorio, que iba a contar entre 900 y 1.200 localidades, no es la única obra a medio construir que Sánchez decidió erigir mientras fue alcalde del pueblo. Desperdigados por Puerto Lumbreras se encuentran los cadáveres arquitectónicos de un nuevo Ayuntamiento, un Centro Integral de Seguridad y Emergencias, un Centro de Atención Policial y un Museo Folclórico, que en total suman el montante de otros seis millones de euros.

Un museo paleontológico, plantado entre lechugas en Torre Pacheco

El Museo Regional Paleontológico y de la Evolución Humana de Torre Pacheco, construido entre plantaciones de lechugas y alcachofas, es otra de los esqueletos arquitectónicos que pueblan la Región y por el que en febrero de 2020 se sentó en el banquillo, acusados de prevaricación, al exacalde de la localidad, Daniel García Madrid, y cinco arquitectos.

El centro empezó a construirse en la falda de la Sima de las Palomas, donde se ha descubierto un yacimiento neandertal, en 2007 cuando el consistorio pachequero recibió ocho millones de euros de subvención por parte de la Consejería de Cultura para el inicio de las obras que se encuentran paralizadas desde 2013 tras la irrupción de la crisis. “La Comunidad quiere que el Ayuntamiento amplíe la subvención y se haga cargo de lo que queda de obra, pero estamos pensando en devolverla porque se da la paradoja de que así sea más rentable porque los costes que va a generar el museo son altísimos”, apunta el concejal de Hacienda de la localidad, Carlos López.

“Tendrían que haber levantado un centro de interpretación pequeñito más orientado a la investigación y a las residencias de científicos, una cosa modesta en lugar de ésto que es un auténtico mamotreto que no tiene proyección turística. Esto es una losa”, añade López.

“Endeudar a los ciudadanos con estas obras faraónicas es una vergüenza cuando hay realidades sociales en la Región mucho más urgentes como puedan ser la alfabetización o la creación de redes de lectura que, a lo mejor, no tienen tanta visibilidad, pero sí que van a crear una ciudadanía cultural para Murcia más crítica y formada”, reflexiona la profesora de la UMU a propósito de estas instalaciones.

La Conservera de Ceutí: de museo de arte contemporáneo a call center

A los pies del edificio hay cristales rotos y algunas de sus paredes están desconchadas. Era una antigua fábrica de conservas de la que se conservan dos chimeneas en el proyecto actual. En 2006 se erigió Ceutimagina, un museo de arte y ciencia con un enfoque muy didáctico. “Fue un reclamo cultural y científico que nos llevó a tener cientos de escolares cada día en el municipio”, apunta Sonia Almela, secretaria general del PSOE en la localidad y docente que trabajó como gestora cultural en este espacio cultural.

En 2009 se “malvendió tanto el contenedor como el contenido” a la Comunidad Autónoma para convertirse en La Conservera, un centro que aspiraba a ser “uno de los espacios de arte contemporáneo más importantes de Europa”, según señaló el consejero de Cultura, Pedro Alberto Cruz. “Este proyecto no era adecuado para Ceutí, un municipio a 30 kilómetros de la capital, porque hay que tener una formación cultural muy destacada para entender el contenido de las exposiciones que se traían”, dice Almela.

La Conservera, casi siempre con las salas de exposición vacías, terminó por cerrar en 2016. Posteriormente hubo un intento también infructuoso de transformarlo en un cine de verano.

En la actualidad la Consejería murciana de Educación y Cultura lo utiliza como call center de un servicio llamado TeleEduca, con el que 30 docentes “en uno de los cinco espacios gigantescos del museo” solventan las posibles dudas de los alumnos con el sistema de semipresencialidad educativa a raíz de la pandemia.

Gema Segura, integrante del Grupo Puja! de teatro aéreo, tiene su carpa de ensayo enfrente de La Conservera. Para ensayar utilizan un motor central “para elevar los mil kilos de peso que a veces le hacemos” y el único enganche a dos kilómetros a la redonda de conexión trifásica para ese motor está dentro de La Conservera. Siempre lo habían utilizado e, incluso, habían llegado a proponer en varias ocasiones que se hiciera un cuadro de luz solo para ellos y así pagarla.

“En 2017 toman la decisión política de cortarnos la luz, a pesar de que es esencial para hacer nuestro trabajo que es de riesgo y estábamos a punto de estrenar un espectáculo. Fue muy dramático”, dice Gema. “Nuestro trabajo es reconocido en todo el mundo y en Murcia estamos muertos de hambre. Soy murciana y he querido que Puja esté en Murcia, pero me he equivocado muchísimo”, añade.

“Esto me da la sensación de que no sirve para nada. Han estado improvisando y al final tenemos edificios destinados al sector cultural que no nos llevan a ningún sitio”, dice, por su parte, la representante socialista, quien a pesar de haber ganado las últimas elecciones municipales lidera la oposición al gobernar la localidad una coalicion de PP, Ciudadanos y Vox.

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