Casa Perotx, el proyecto para salvar el “kilómetro cero” de la Navarra vaciada

Blas Ayechu tiene 93 años y es el único habitante de Adoiain, localidad en riesgo extremo de despoblación. A este pastor jubilado tan solo le hace compañía en el pueblo desde hace décadas su pequeño rebaño de ovejas. Ahora, un proyecto busca devolver la vida a esta pequeña localidad del prepirineo navarro mediante la cultura y el arte a través de una casa que, tras 20 años abandonada, un grupo de personas quiere convertir en un espacio “de convivencia y colaboración”.

“Siempre digo que es el fin del mundo, pero en el buen sentido”, ironiza Iñigo Martínez, quien está al frente del proyecto Casa Perotx. Este pamplonés que pasó los veranos de su infancia en el valle de Urraúl Alto, donde se encuentra la localidad de Adoain, quiere repoblar una de las zonas más deshabitadas de Europa. Pero el proyecto no consiste en un alojamiento turístico al uso, matiza. Quieren preservar en todo momento el “encanto” del entorno, lleno de naturaleza y animales salvajes con un “compromiso” de mantener “la sostenibilidad”. “Al igual que existen retiros de yoga, queremos que Casa Perotx sea un lugar en el que hacer retiros de literaruta, cerámica u otros proyectos que tengan que ver con la cultura”.

Situada a 50 kilómetros de Pamplona, pero a más de una hora en coche por una carretera sinuosa, que precisamente termina en ese municipio, se encuentra Casa Perotx, una antigua casa de piedra del siglo XVIII de cuatro plantas con jardín y frontón.“Decimos que es el kilómetro cero de la Navarra vaciada”, sostiene. Y es que este valle es uno de los enclaves más deshabitados de Europa con un índice de apenas 0,9 hab/km2 (el umbral europeo de despoblación extrema está situado en menos de 8 hab/km2).

Cuenta que llegó a la casa “por accidente”. El edificio era propiedad del Gobierno de Navarra, que en 2023 lo sacó a subasta. “Vi la noticia en la prensa y rápidamente me puse a investigar. Vi que era una casa preciosa, espectacular y lo quise intentar”. Una vez ganaron la subasta comenzaron a idear el proyecto, que según apunta Iñigo Martónez, “está definido por la propia casa”: un edificio de 800 metros cuadrados con un edificio anexo de 150 metros cuadrados, donde se encuentra el frontón. “La casa pide a gritos uso colectivo”, apostilla. Tanto por la dimensión como por la distancia que separa Adoain de Pamplona.

Pero para poner en marcha el proyecto, primero es necesario rehabilitar el edificio que, tras haber estado cedido a la orden de los Capuchinos hasta el 2005, lleva 20 años abandonado. Para ello cuentan con el respaldo del Departamento de Desarrollo Rural del Gobierno de Navarra, dentro de las Estrategias de Desarrollo Local Participativo promovidas por Cederna-Garalur, en el marco del PEPAC 2023-2027. Ese apoyo financiero cubrirá el 30% del presupuesto de la rehabilitación, siempre y cuando la obra total se ejecute antes de abril de 2026.

Por ello, se han visto obligados a lanzar una campaña de crowdfunding en la plataforma de micromecenazgos goteo.org con el objetivo de sumar apoyos que permitan completar parte del presupuesto y convertir el proyecto “en una realidad”.

Como iniciativa colectiva, Perotx dio sus primeros pasos durante el verano de 2024, cuando un grupo de “gentes diversas” de Navarra y otros puntos de la Península convivieron durante una semana para iniciar los trabajos de limpieza y recuperación de la casa, así como para terminar de perfilar el proyecto.

Casa Perotx consistirá en palabaras de su impulsor en “un espacio de cooperación y creación en torno a las nuevas ruralidades con la mirada puesta en la lucha contra la despoblación y en las relaciones entre lo urbano y lo rural. Una propuesta innovadora dedicada a la recuperación y generación de saberes, la intervención y la agitación comunitaria a través de las prácticas culturales y los desbordes creativos”.