Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
Israel se prepara para una ofensiva en Rafah mientras el mundo mira a Irán
EH Bildu, una coalición que crece más allá de Sortu y del pasado de ETA
Opinión - Pedir perdón y que resulte sincero. Por Esther Palomera

El TAV se lleva por delante la buena relación entre UPN y PP

La empresa española Talgo presenta el Avril, su nuevo tren de alta velocidad y mayor capacidad

N. Elia

Un día antes de que el vicepresidente Manu Ayerdi se reuniera en Madrid con el ministro de Fomento, Iñigo de la Serna, para retomar las conversaciones Navarra-Estado en torno a la construcción del Tren de Alta Velocidad (TAV) en la Comunidad foral, el presidente de UPN, Javier Esparza, entró en escena con una rueda de prensa en la que, a bombo y platillo, ofreció a la presidenta Barkos el apoyo de los regionalistas para que el TAV se construya en Navarra. Esparza se mostró condescendiente con la presidenta, dando por sentado que tres de los cuatro socios de Gobierno se oponen al TAV. Si tiene problemas para sacar adelante este asunto con sus socios, vino a decir el líder regionalista, aquí tiene el apoyo de UPN.

Esparza logró su objetivo inmediato: acaparar titulares en los que se destacaba la “generosidad” de su gesto y se destacaba la habilidad de UPN para adelantarse a la oposición a esta infraestructura. Pero los titulares que Esparza buscaba apenas duraron unas horas de actualidad, porque de la reunión entre el vicepresidente Ayerdi y el ministro De la Serna surgieron novedades: el Estado reconocía como “obsoleto” el convenio firmado con Navarra en 2006 para la construcción del tren de alta velocidad y se mostraba dispuesto a negociar con los nacionalistas de Barkos las nuevas condiciones para la construcción del corredor ferrorivario navarro de alta velocidad.

El convenio ahora “obsoleto” para el PP fue suscrito durante los años de gobiernos de UPN, y se trata de un acuerdo al que se han agarrado los regionalistas como a un clavo ardiendo para pregonar que el TAV es una infraestructura estratégica para Navarra. “Irrenunciable” era el calificativo más empleado por los regionalistas para referirse al corredor ferroviario de alta velocidad.

Y quien renuncia ahora a aquel convenio es nada menos que su socio en Madrid, el PP, dejando a los regionalistas en una posición completamente desairada en Navarra. Justo un día después de la publicitada maniobra de ofrecer al Gobierno foral el apoyo de UPN para sacar adelante la infraestructura, el PP coincide con el vicepresidente Ayerdi en que el proyecto, tal y como se planteó hace 10 años, es inviable.

“El grito en el cielo”

El líder regionalista puso “el grito en el cielo” y amenazó al PP con no aportar el apoyo de su diputado para la aprobación de los presupuestos generales del Estado. De forma más discreta, se puso en contacto con el presidente Mariano Rajoy para “pedirle explicaciones”. Del contenido de este “contacto” con el presidente del Gobierno sólo ha trascendido lo que ha difundido el regionalista, y es el “compromiso de Rajoy para que la alta velocidad llegue a esta Comunidad”.

Pero, aunque parece que la respuesta de Rajoy quiso tener un tono tranquilizador hacia sus socios de UPN, a Esparza no le ha resultado suficiente. El diputado regionalista Iñigo Alli ya ha trasladado en Madrid que no habrá apoyo de UPN a los presupuestos si ese compromiso no se traduce en proyectos y construcciones concretas. La advertencia no parece haber preocupado mucho al PP, que a través del presidente de su gestora en Navarra ha respondido a UPN que la mejor forma de garantizar que el TAV llegue a Navarra es que el Estado cuente con unos presupuestos generales en los que se contemple esta inversión.

Ni las explicaciones del ministro De la Serna, ni las del vicepresidente Ayerdi, ni las del propio Rajoy, han servido de momento para que Esparza abandone el tono airado de sus declaraciones con respecto al TAV. En su opinión, el PP ha renunciado a que la alta velocidad llegue a Navarra y el nuevo convenio que el Estado se ha mostrado dispuesto a negociar con el Gobierno de Barkos para construir el corredor ferroviario navarro es un sucedáneo con el que el cuatripartito “ha rebajado las exigencias” del proyecto. En su opinión, el Gobierno de Barkos “muestra muy poca ambición” con esta infraestructura porque “está cómodo” sin que avancen las obras. UPN, sin embargo, no está dispuesto a hacer concesiones. “UPN no va a permitir que Navarra sea una comunidad que se quede sin el TAV”, clama Esparza al tiempo que pide para la Comunidad foral “lo mismo” que el PP ha proyectado en otras comunidades.

Lo que reclama Esparza, y que tanto el ministro como el Gobierno de Barkos consideran inviable, es la construcción de unas nuevas infraestructuras ferroviarias que permitan la circulación de trenes de pasajeros y mercancías a velocidades que alcanzan 300 kilómetros a la hora. Este tipo de tren se ha demostrado económicamente inviable tanto por sus costes de construcción como por los de mantenimiento, ya que se trata de inversiones con las que es imposible obtener beneficios. Por eso, tanto el Estado como el Gobierno foral apuestan por un corredor ferroviario que aproveche las vías e instalaciones existentes para adecuarlas de forma que los trenes de pasajeros puedan circular a más de 200 kilómetros por hora, y los de mercancías a 120 kilómetros por hora.

Menos problemas en el cuatripartito

Al parecer, el PP no tuvo la deferencia de comunicar a sus socios de UPN que Fomento ya no está por la labor de licitar la alta velocidad con los mismos proyectos técnicos de hace 10 años. Se lo comunicó el ministro De la Serna al vicepresidente Ayerdi, y se encontró con la plena coincidencia de criterios que mantiene el número dos del Gobierno foral. Un tren de alta velocidad que, además de mucho más económico que el proyectado inicialmente, va a provocar muchos menos reparos entre los socios del cuatripartito.

De manera que UPN no sólo no ha conseguido dividir a los socios de Gobierno, sino que se ha encontrado de golpe con que debe enfrentarse a su propio socio en Madrid, a un partido con el que ha mantenido durante dos décadas excelentes relaciones y a cuyo candidato Rajoy apoyó en la pasada investidura. El tiempo dirá si Esparza se decide finalmente por templar gaitas con el PP, opción que seguirá resultándole difícil de explicar en Navarra después de haberles acusado de renunciar al TAV, o si opta por romper amarras y finalmente vota en contra de los presupuestos, lo que le permitiría entonar un discurso nítidamente “navarrista” muy del gusto de sus votantes navarros

Etiquetas
stats