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El CES pide medidas para impulsar el emprendimiento en Euskadi

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El Consejo Económico y Social del País Vasco (CES) ha pedido impulsar una política integral de apoyo al aumento del tamaño de las empresas vascas y a centrarse en la especialización en campos en los que Euskadi es “fuerte” o tiene “potencial”. Asimismo, ha propuesto “orientar” de manera eficaz el emprendimiento y poner en marcha foros de participación público-privados.

El Consejo recoge estas recomendaciones en un estudio sobre 'Dinamismo emrpesarial, creación de riqueza y empleo: Un análisis comparado desde la Comunidad Autónoma Vasca', que ha sido presentado este lunes por el presidente del CES, Francisco José Huidobro, y el consejero del CES y decano de Deusto Business School, Guillermo Dorronsoro.

El estudio del CES recoge que el tejido empresarial vasco está integrado por 154.000 empresas que emplean a 841.500 personas. Predominan las empresas de pequeña dimensión, aunque el 47% de los empleados lo está en una empresa con más de 50 trabajadores.

También destaca que, entre 2009 y 2013, se registra una pérdida neta de 28.283 empresas, lo que supone más de 7.000 empresas al año, así como que el emprendimiento en Euskadi es inferior a la media española, con una tasa del 4,4%, frente al 5% estatal.

El estudio ha sido aprobado por el Consejo vasco el pasado mes de mayo, si bien su “arrranque” se sitúa en 2014, y recoge un análisis empresarial, con datos de la etapa “precrisis” y otros “en plena crisis”, del País Vasco, así como una comparativa con las regiones europeas de Baden-Württemberg, Flandes y Emilia Romagna, zonas con las que comparte autonomía política y pueden ser considerados como regiones ricas, con un elevado peso de la actividad industrial, orientadas a la innovación y la I+D y muy abiertas al exterior.

Su objetivo es identificar “las barreras” que impiden un mayor desarrollo en Euskadi, según ha indicado Huidobro, que ha destacado el “consenso generalizado” logrado en el órgano consultivo.

Entre las conclusiones del CES para “afrontar el futuro”, se encuentra la necesidad de una mayor concienciación social en torno a la necesidad de una estructura empresarial “fuerte, saneada y responsable, capaz de crear y mantener niveles de valor añadido y de empleo de calidad”.

En esta línea, recuerda que el análisis comparativo con las regiones europeas evidencia que “la existencia de empresas competitivas, rentables, responsables y generadoras de empleo de calidad” es una condición necesaria para una distribución equilibrada de la riqueza y para garantizar un sistema de protección y cobertura social que haga posible la cohesión social y los derechos sociales de los ciudadanos.

Emprendimiento

Además, el informe del CES señala el “reducido” nivel de emprendimiento en Euskadi, que “contrasta con su historia” y que, en su mayor parte, responde a una situación de necesidad y no a “valoración de oportunidades”.

Por ello, anima a las instancias públicas vascas a orientar el emprendimiento de una manera “más eficaz” y promoverlo en el ámbito educativo, “desde las etapas más tempranas hasta los estudios terciarios”, y en la sociedad en general.

El Consejo alerta de que, en el estudio comparativo entre las cuatro regiones europeas analizadas, “a pesar de que los programas de apoyo y ayuda al desarrollo empresarial implantados han sido bastante semejantes, los resultados obtenidos a lo largo de la última década no son iguales”.

En este sentido, advierte de que la economía de Euskadi presenta un mayor impacto por la crisis y una capacidad de recuperación más lenta, “lo que nos enfrenta a la necesidad de una reflexión sobre las razones de las ineficiencias detectadas y las acciones que serían necesarias para superarlas”.

Por su parte, considera que el tamaño de las empresas es uno de los objetivos de mejora porque existe una “excesiva atomización” del tejido empresarial vasco que genera “desventajas competitivas”.

El estudio concluye que las políticas de apoyo al fortalecimiento de la dimensión óptima favorecen la innovación, la internacionalización y la sostenibilidad del tejido empresarial de una región y, por ello, urge a impulsar “una política específica e integral de apoyo y fomento al incremento del tamaño de nuestras empresas”.

Asimismo, añade que esta política debería centrarse en la especialización “en aquello en lo que somos fuertes o tenemos potencial para serlo”. “La especialización debería convertirse en un criterio básico en el diseño de planes y estrategias”, ha señalado el presidente del CES, que aboga por potenciar las actividades industriales generadoras de mayor valor añadido, innovación y empleo cualificado.

El Consejo apela a que las empresas se desarrollen en un entorno “colaborativo y participativo”, algo que “sólo puede lograrse sobre la base de la confianza, lo que, a su vez, requiere información, transparencia, veracidad y comunicación constantes”.

La negociación colectiva

El CES destaca que “el modelo de relaciones laborales y de negociación colectiva, así como el clima laboral, constituyen bases fundamentales para la competitividad y el dinamismo de la empresa, y la sostenibilidad y calidad de los empleos que genera, en la medida en que sean capaces de articular soluciones eficientes a los retos que se plantean ahora y, sobre todo, en el futuro inminente”.

En materia de empleo y formación de las personas, apunta que las políticas relacionadas con la educación y la formación, así como las de empleo, deben “ofrecer a las personas la oportunidad de ubicarse en la Economía del Conocimiento para aspirar así a un empleo de calidad”.

Aunque el estudio comparativo entre las regiones europeas revela un elevado nivel de formación en el País Vasco, advierte del resultado “negativo” en empleo y en la capacidad de retener el talento, “lo que manifiesta un problema de relación entre el Sistema Educativo y el Sistema Productivo y su competitividad futura”.

Por ello, reclama la institucionalización de canales de comunicación estructurados y estables, con foros sistemáticos de debate entre la empresa y el mundo académico, con el objetivo de lograr el “mejor ajuste posible”.

El CES cree que estos “problemas de comunicación” entre el mundo empresarial y el formativo son extensivos a otros ámbitos de la sociedad, por lo que estima necesario impulsar Foros de Participación de distinta naturaleza.

En esta línea, explica que, en alguna de las regiones analizadas, el sector público promueve periódicamente foros de participación estables, a los que acuden todas las entidades públicas y privadas implicadas en el desarrollo económico, lo que “facilita el diálogo y la consecuente formación de consensos”.

El CES considera de “gran interés” una iniciativa similar en Euskadi “ya que permitiría llevar a cabo un análisis y diagnóstico conjunto de la situación económica actual que, a su vez, podría llevar a establecer prioridades y líneas de actuación de carácter transversal consensuadas para favorecer el desarrollo armónico y sostenible de nuestra economía”.

“La brecha”

Tras la presentación del estudio, Dorronsoro ha ofrecido una ponencia en la que ha explicado que las expectativas para Europa son de “crecimiento lento”, un aspecto que “acaba generando desigualdad” y nos sitúa en “una encrucijada” al tener que “dimensionar” la economía.

Tras indicar que todavía no hay “alternativa creíble” al capitalismo global porque no tienen “suficiente escala”, ha considerado que, si bien es “normal” que los ciudadanos “protesten”, sería “dramático” que surgiera “una brecha” entre sociedad y empresa.

Dorronsoro ha destacado que Euskadi ha dado “prioridad a mantener la cohesión” en su sociedad en la crisis, pero ha añadido que ahora es preciso “crear condiciones para que se dé el dinamismo empresarial”.

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