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La 'Euskal patata' (va a fuego lento)

Aitor Esteban, junto al también diputado peneuvista Emilio Olabarria, se dirige a Rajoy desde su escaño.

Aitor Guenaga

Bilbao —

Aitor Esteban, el portavoz del PNV en el Congreso, le ganó a su jefe de filas (Urkullu) en creatividad el día en que Artur Mas se llevó un sonoro portazo a su propuesta de consulta sobre la independencia en Cataluña. Esteban no es un gran orador. Hoy en Madrid hay que mirar con una lupa de aumento para apreciar grandes dotes de oratoria en el Congreso, precisamente ahora que se ha recordado a Suárez y su telegenia. ¡Qué tiempos aquellos en los que en el hemiciclo había espacio para el aprendizaje atendiendo al verbo rotundo y con los aditivos justos que salía de la tribuna de oradores!

Claro que hay que reconocer que Aitor Esteban tiene un lenguaje claro y poco alambicado, un verbo entre dicharachero y directo que, de vez en cuando, arranca sonrisas en las bancadas del Congreso, sea esta azul o del color de los billetes de curso legal en Vietnam (marrón-rojizo). Y es justo reconocer que le ganó la partida al lehendakari, quien ese día histórico para los catalanes que quieren votar sobre la independencia había dejado por la mañana para la historia esa frase de que “el Estado tiene ahora dos problemas: Cataluña y Euskadi”. Dijo él. Por ese orden. Digo yo.

Pero Esteban lo resumió con mas gracia, más del estilo de guión de 'Ocho apellidos vascos', la película que arrasa en toda España y que hay que ver más de una vez porque la saturación de carcajadas ha imposible escuchar la retahíla de gags y chistes de todo tipo que se suceden encadenados desde el inicio hasta el final de la cinta. ¿Quien no ha escuchado alguna vez entre los políticos y gobernantes de todo pelaje eso de “vaya patata caliente” tiene Rajoy o le “han pasado una patata caliente” a no sé qué ministro? En este caso, nos referimos a “la patata catalana”: la consulta independentista, que va ganando temperatura y se pondrá en el punto de ebullición según nos vayamos acercando al 9 de noviembre, fecha en la que Moisés conducirá al pueblo elegido hasta las puertas de la tierra prometida. Sin saber muy bien qué supone eso, claro. Salvo, con toda seguridad, una dosis de frustración directa en vena.

Pues de la “patata catalana” a la 'Euskal patata', la versión vasca de las aspiraciones soberanistas, solo mediaba la creatividad de Aitor Esteban. Esas son “las dos patatas calientes” que tiene el presidente Rajoy sobre la mesa, en palabras de Esteban. En realidad, tanto Urkullu como Esteban están hablando de lo mismo: esas ansias de ver a Euskadi como nación en Europa sin pasar por la ventanilla donde te colocan el sello de 'Marca España' en la frente.

Urkullu aprovechó las preguntas de los periodistas sobre el pleno que se iba a celebrar esa misma tarde en Madrid para recordar que hace casi diez años el Congreso de los Diputados -también con una mayoría amplísima- dijo 'no' al 'plan Ibarretxe', el planteamiento más soberanista que ha realizado el PNV en décadas. Y desde entonces el encaje de los vascos con España no parece resuelto. Al menos para los nacionalistas del PNV y los soberanistas-independentistas de Sortu-EH Bildu.

Porque socialistas y populares en Euskadi no son de la misma opinión. Ambos defienden sin ambages los logros del Estatuto de Gernika, tanto como pacto entre diferentes, como por el grado de autogobierno del que ha disfrutado la ciudadanía vasca en estos 35 años de vigencia. Y ambos, sobre todo los socialistas, no ven con malos ojos una actualización del consenso estatutario y de su letra, pensando más en el beneficio que eso pueda traer a los 2,1 millones de vascos, que en satisfacer las pulsiones soberanistas o abiertamente indepedentistas de los partidos abertzales.

Los soberanistas catalanes -una mayoría nada desdeñable que está enviando un mensaje con el que han encendido todas las luces rojas- tienen prisa para votar por la independencia, En Euskadi, en cambio, un parte del PNV y, sobre todo, el lehendakari, quieren que la patata se vaya haciendo a fuego lento. Esta semana, al comenzar las tareas de la ponencia parlamentaria sobre el autogobierno, cuya constitución arrancó con un acuerdo inicial entre PNV y PSE-EE, se ha puesto como primer horizonte de trabajo las elecciones forales de 2015 (junio). EH Bildu, en cambio, ya ha avisado a su adversario político (el PNV) que o derecho a decidir un nuevo estatus o lo demás será otro fraude histórico. “Que la única alternativa que nos deje Rajoy es que cambiemos la Constitución es la constatación fehaciente de que esa Constitución esta concebida como cárcel para nuestros respectivos pueblos”, refiriéndose Hasier Arraiz a Euskadi y Cataluña.

Serán 365 días para el desfile de expertos, políticos y exdirigentes. Así, EH Bildu quiere invitar a los exlehendakaris Ibarretxe y Ardanza, además de a los responsables de los Gobiernos catalán y escocés, Artur Mas y Alex Salmond, respectivamente. También ha solicitado la comparecencia, entre otros, de Arnaldo Otegi, de la presidenta de la Asamblea Nacional Catalana, Carme Forcadell, del miembro del Partido Quebecois Daniel Turp. El PSE-EE ha anunciado que llamará al exlehendakari Patxi López, a los diputados Txiki Benegas y Ramón Jauregui, a los expertos en derecho constitucional Alberto López Basaguren, Francesc de Carreras, Javier Tajadura, Joseba Arregi, Luis Castells y José Ramón Recalde. PNV, PP y UPyD no han presentado aun sus listados. En esta primera fase, la ponencia, coordinada por la peneuvista Jone Berriozabal, tiene el objetivo de evaluar la situación actual del autogobierno vasco y analizar las posibilidades legales para su actualización. Después llegará el turno de las propuestas o de exigir al Gobierno que plantee la suya, como defiende Patxi López, frente a “la subasta de propuestas partidistas” en un foro parlamentario donde los fogones están aun helados.

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