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El Gobierno vasco lanza un mensaje de optimismo económico, a pesar de la incertidumbre global

Imagen del puerto de Bilbao.

Eduardo Azumendi

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El Gobierno Vasco constata el fin de la desaceleración y el comienzo de la estabilización en la economía vasca, según el Informe de la Economía Vasca correspondiente al tercer trimestre de 2019. Una auténtica inyección de optimismo, a pesar de que cuando se mira alrededor no hay demasiados motivos para ello. Por ejemplo, el frenazo del crecimiento y comercio mundial debido a varias razones.  Por un lado, políticas: la guerra comercial USA - China; el proteccionismo, con la vuelta de los aranceles, o el Brexit. Prueba de ese proteccionismo son los aranceles previstos por Estados Unidos a productos muy importantes para la exportación española en general y vasca en particular. Alemania, un mercado fundamental para Euskadi, también está al ralentí. 

Sin embargo, el informe del Gobierno vasco rezuma optimismo. El crecimiento para 2019 se mantiene en el 2,2 % y para 2020 se anticipa un incremento del 1,9 %, una décima inferior al previsto en septiembre. Se espera un avance del empleo del 1,6 % en 2019 y del 1,2 % en 2020, lo que equivale a una creación de cerca de 15.500 puestos de trabajo en 2019 y de en torno a 11.500 empleos en 2020.

Y respecto a la tasa de paro, las perspectivas han mejorado y se estima que se situará en el 9,7 % en 2019, y descenderá hasta el 9,6 % en 2020, ambos años dos décimas por debajo de la anterior previsión.

En esta línea, el consejero de Hacienda y Economía del Gobierno vasco, Pedro Azpiazu, ha asegurado que 2020 será “un buen año económico” para Euskadi,  aunque el crecimiento “no será tan bueno como el de hace dos años, sí está en la línea de la tasa de crecimiento 2019”. Eso va a permitir “crear empleo y aumentar la productividad”, ha recalcado en una entrevista concedida a Onda Vasca.

En el tercer trimestre de 2019 la economía vasca creció un 2,1%, solo una décima menos que la cifra obtenida en la primera mitad del año. Este resultado ofrece una imagen de relativa estabilidad en la evolución del PIB, ya que apenas tiene impacto en la cifra esperada para el conjunto del año, que se mantiene en el 2,2 %.

La incertidumbre internacional ha provocado un balance neutro entre las  exportaciones y las importaciones. Paradógicamente, la excepción a la parálisis que vive el comercio exterior vasco es el Reino Unido. En ese mercado, las ventas de productos vascos aumentaron en el tercer trimestre un 38,0 %, debido fundamentalmente a la venta de trenes. “Las incógnitas que había a nivel internacional generaban incertidumbre y desestabilizaban las previsiones macroeconómicas, pero parece que se encauzan, lo que genera cierta calma en el ámbito económico”, ha precisado el consejero Azpiazu.

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