The Jesus and Mary Chain envuelven de nostálgico ruido y melodía el BBK Live

Bilbao (España), 10 jul.- The Jesus and Mary Chain han realizado esta noche en el Bilbao BBK Live un ejercicio de nostalgia al interpretar íntegramente su primer disco “Psychocandy”, publicado hace treinta años, y llenar con su ruido y melodía las campas del monte Kobetas.

En un festival que cumple una década, los británicos han acudido para recordar un disco que apareció en el mercado hace tres, y han tocado todas sus canciones, como hacen los grupos y artistas noveles de los que en esta jornada del Bilbao BBK Live ha habido varios.

Pero a diferencia de esos nuevos artistas, The Jesus and Mary Chain han vuelto a tocar temas míticos, alojados en el subconsciente de toda una generación y que forman parte de un disco venerado por muchos y que ya forma parte de la historia del rock.

Los escoceses, en su única actuación este año en España, han saltado puntuales a un escenario sin parafernalias donde han repasado en su totalidad, con un puñado de canciones de sus trabajos posteriores para completar la actuación, el disco con el que debutaron.

Algunos problemas con el sonido en el inicio, que como no podía ser de otra forma ha tenido como protagonista a “Just like honey”, el primer tema del disco, no han empañado el conjunto del concierto que ha hecho disfrutar a los seguidores de la banda.

Tras ese primer tema, los hermanos Reid han respetado el orden de los temas del disco y han seguido con “The living end”, “Taste the flor” con Jim pegado al micrófono, solo se ha movido algunos pasos alrededor, y William distorsionando la guitarra como en los viejos tiempos.

Un público muy joven, muchos ni habían nacido cuando los escoceses hicieron historia, han podido escuchar, algunos quizás por primera vez, las melodías de “The hardest walk”, “Never undestand”, y el ruido y la distorsión de “In a hole”, “The living end” o “It's so hard”, que cerraba el disco, con una chirriante guitarra.

El escenario principal también recibió, con algo de retraso sobre la hora programada, a la polémica rapera Azealia Banks que se soltó con un “España ¿qué tal? Gracias por esperar” y se valió de una pareja de bailarines y un dj para animar al público.

La neoyorquina mezcló electrónica, rap, hip hip con ritmos latinos, soul, funk y rhythm & blues en temas como “Gimme a chance”, “Ice Princess”, “Miss Amor” de su primer disco “Broke with expensive taste” en una actuación que fue ganando espectadores a medida que transcurría.

Al final, la energía que la joven interprete y compositora imprimió a su actuación, en la que tuvo tiempo para cambiar el vestido con el que apareció en el escenario por una camiseta y un pantalón más que corto, hizo disfrutar a los curiosos que se acercaron a verla en directo.

Y tras el concierto de Azealia Banks en el escenario principal, y a la espera de que apareciesen en el mismo los cabezas del cartel del día, la oferta musical del BBK Live llegaba desde Gran Bretaña, de la mano de la banda galesa Catfish And The Bottlemen y del cantautor y guitarrista James Bay.

Con su habitual sombrero, Bay apareció en el segundo escenario del festival donde congregó a un público con ganas de escuchar en directo los temas de su exitoso debut “Chaos and the calm”.

Tiro de rock, folk, toques de blues y pinceladas comerciales para convencer al respetable con temas como “Let it go”, “Best fake smile” y en especial su éxito “Hold back the river”.

En la carpa, el tercero de los escenarios, y solapándose con el anterior, el cuarteto gales Catfish and the Bottlemen exprimió su disco de debut, “The balcony”, para componer un concierto de rock con temas guitarreros pero sin estridencias, esas ya las pondrían después The Jesus and Mary Chain.

El décimo Bilbao BBK Live concluye este sábado con la actuación estelar de los británicos Muse, pero también se podrá escuchar en el monte Kobetas a los irlandeses Kodaline y a los islandeses Of Monster and Men, entre otros. (foto)

Juan José Gutiérrez