Se amplía el plazo de voto por correo en las elecciones vascas y las franjas horarias se quedan en “recomendación”

El proceso electoral en Euskadi ha comenzado ya este martes con la publicación del decreto de convocatoria de los comicios del 12 de julio. Formalmente, y como primer paso de un largo camino de 54 días, ya está abierto el plazo de solicitud del voto por correo. El Gobierno vasco, además, ha planteado ya -por las especiales circunstancias de las autonómicas de 2020- una ampliación de los plazas para potenciar este tipo de sufragio que evitaría las aglomeraciones en los centros de votación el domingo electoral y que en otras citas era muy minoritario. Hay tiempo hasta el 2 de julio.

No obstante, otra de las propuestas que estaban sobre la mesa con los mismos objetivos, la de fijación de franjas horarias para evitar concentraciones de gente en horas punta, puede quedarse en mera “recomendación” por una cuestión jurídica. La propuesta de fijar turnos fue incorporada en un primer informe elaborado por el Departamento de Seguridad -competente en materia electoral- cuando se aludió por vez primera a la posibilidad de celebrar elecciones en un contexto de pandemia. Se planteaba que, en la tarjeta censal que envía el Instituto Nacional de Estadística (INE), a los datos de la mesa y el colegio se incorporara un margen horario para el ejercicio del derecho a sufragio.

El consejero-portavoz del Ejecutivo vasco, Josu Erkoreka, ha indicado que “es una opción que se está analizando” porque puede ser “eficaz”, pero ha matizado que las franjas horarias no podrían pasar de una mera “recomendación”. “Si no, podríamos estar hablando de un recorte del derecho a sufragio”, ha explicado un Erkoreka que, en todo caso, está convencido de que la sociedad seguiría esas recomendaciones masivamente si es requerida a ello.

Algo parecido ocurre con la idea de reducir a una semana la campaña electoral. Legalmente no parece posible y solamente podría articularse con el formato de un acuerdo entre los partidos políticos. El Gobierno de Iñigo Urkullu no se moja abiertamente y delega en las candidaturas, pero sí considera que “la percepción de la ciudadanía” demandaría un modelo distinto al habitual. “Hay que tener en cuenta que las campañas electorales tienen unos costes que asumen las arcas públicas y nadie pone en cuestión que las arcas públicas están evolucionando en sus prioridades. Los presupuestos los estamos reformulando con arreglo a un criterio de prioridades que se centra más en la crisis sanitaria y en sus consecuencias que en los objetivos que habíamos fijado al principio del ejercicio”, ha explicado.

En lo que sí trabaja ya el Gobierno vasco -en colaboración con el INE- es en reordenar los colegios electorales. Se desecharán de entrada los que coincidan con residencias de ancianos o centros de mayores y se “redimensionarán” los que tengan más de 10 mesas. La premisa es dotar de “plenas garantías” de salud y, a la vez, democráticas a unos comicios con un censo que tendrá que ser actualizado respecto al preparado para el 5 de abril por los fallecimientos producidos y por las personas que, en estos meses, han cumplido o cumplirán 18 años.