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“La universidad tiene un problema con la enseñanza del modelo cooperativo”

Francisco Sanz, director de Elkar-lan durante su comparecencia en el Parlamento vasco.

Eduardo Azumendi

Vitoria-Gasteiz —

A pesar de la crisis y de las continuas noticias acerca de la destrucción de empleo, mantener los puestos de trabajo no es imposible. Y las empresas que apuestan por ello se llaman cooperativas. Francisco Sanz Santaolalla, director de la Sociedad para el Desarrollo de las Cooperativas-Elkar-lan y uno de los 'padres' de la actual Ley de Cooperativas de Euskadi, asegura que esas vías para mantener el empleo pasan siempre por el mismo sitio: la solidaridad entre los socios-trabajadores. Esa es la verdadera clave del éxito de este tipo de empresas. Sanz ha comparecido esta semana en el Parlamento vasco para exponer su punto de vista acerca del momento que vive el modelo cooperativo y para ofrecer algunas sugerencias de cara a la futura ley de que prepara el Ejecutivo de Vitoria.

Sanz arrancó su intervención con una sentencia: “La universidad tiene un problema con la enseñanza del modelo cooperativo”. “Las cooperativas no aparecen en ninguno de sus programas de enseñanza. ¿Cómo se puede enfocar la cultura de los emprendedores? Pues de se debe inocular desde los colegios, pero no se ha hechoi nada. Así que cuando se llega al nivel universitario tampoco aparece. Tienen algún máster y algún curso especial y, de vez en cuando, nos llaman para ofrecer una charla. Pero nada más”.

Lo importante radica en que las cooperativas de reciente creación logren superar su primer año de vida. “Se trata de que los socios se crean de verdad que un hombre representa un voto, que nadie es más que nadie y que cuando se habla de modelo participativo significa que todos participan en igualdad de condiciones. Lo importante, por encima de todo, es la persona. Y eso, hoy en día, está de moda. El problema surge cuando hablan de participación, pero solo para escuchar de vez en cuando al resto de los trabajadores y al final la decisión pasan por los mismos”.

¿Se pueden perder esos valores si la cooperativa es muy grande en plantilla? “Si se pierde el modelo es porque no se gestiona bien a las personas. Lo trascendente no es tanto que un socio conozca cómo funciona el modelo, sino cómo actúa social y profesionalmente”.

Si se trabaja así, mantener el empleo es posible aunque vengan mal dadas. “Todo pasa por la solidaridad entre los socios”. La primera medida es el ajuste en las retribuciones de los excedentes que reciben los trabajadores; después está la flexibilidad para ajustar horarios y jornadas, la reubicación de los socios. Son las ventajas que aporta la autorregulación del trabajo con la que cuentan las cooperativas. “Pero sin el esfuerzo de los socios no serían viables”, puntualiza Sanz.

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