Queda inaugurado “el año de la recuperación”
Por si algún aguafiestas todavía duda de que 2014 es “el año de la recuperación”, el Gobierno ha decidido inaugurarlo por todo lo alto, con castillo de fuegos artificiales: el dato del paro registrado en diciembre pasado, 107.570 parados menos.
El dato debía darse a conocer hoy, pero se entiende la impaciencia del filtrador: de esperar hasta hoy, habríamos consumido ya casi tres días de “el año de la recuperación” sin que los ciudadanos notásemos la inminencia de tal recuperación. Bastante que han aguantado hasta que pasase el 1 de enero, día en que la resaca nos habría impedido valorar como merece un dato como este.
De modo que ayer, 2 de enero, primer día hábil de “el año de la recuperación”, la prensa amiga se encontró con un regalo de reyes anticipado, con el que dar brillo a sus webs y aperturas de informativos ayer, y con el que tal vez adornar las portadas de papel hoy: “El mejor diciembre de la historia”; “Nunca se había producido una caída del paro de seis dígitos”; “Bajada histórica”; “El departamento que dirige Báñez ha conseguido un nuevo record”; “146.000 parados menos en 2013”; “Un gran dato que anticipa la recuperación”…
Hoy se publicará el dato oficial, y podremos conocer más detalles de la cifra “histórica”. Por ejemplo, la afiliación a la Seguridad Social, para comprobar si esos 107.500 son mujeres y hombres que desde hace un mes acuden a diario a su nuevo puesto de trabajo, o más bien un desolado tropel de parados desanimados, que han agotado su prestación (la cobertura ha perdido casi diez puntos en dos años, hasta el 60% actual) y que han perdido su fe en encontrar algo inscribiéndose cada mes, a los que sumar emigrados (españoles que se van, inmigrantes que vuelven a sus países de origen) y subempleados que han “disfrutado” un contratillo de días u horas en Navidad.
Cuando veamos las cifras en detalle, quizás resulte que en realidad se ha destruido empleo, como el mes anterior, noviembre, cuando también bajó el número de inscritos (en 2.475 desempleados), pero se perdieron casi 67.000 afiliados a la Seguridad Social. O como el dato de agosto, que una impaciente Cospedal anticipó un día para endulzarnos el fin de las vacaciones (y de paso tapar un poquito el caso Bárcenas) con “el mejor agosto desde 2000”, y que luego quedó en 31 parados menos… y casi 100.000 empleos destruidos, medidos en afiliación a la Seguridad Social.
Pero la alegría que nos llevamos ayer ya no nos la quita nadie. Aunque hoy nos cuenten otros datos incompatibles con el mensaje de la recuperación, los españoles de buena fe nos abrazamos cual peluche a esos 107.500 parados menos, a ese mes histórico, a esos seis dígitos nunca vistos. No permitiremos que nadie nos amargue el primer día del año electoral. Perdón, quería decir el año de la recuperación.
Prepárense, que nos espera en los próximos meses un bombardeo estadístico sin tregua, con datos parcialmente filtrados, maquillajes contables y mucho empleo basura para convencernos de que, aunque casi nadie lo note, la recuperación ya está aquí.
Eso sí: tengan cuidado al manipular, háganlo pero sin pasarse. No sea que los desanimados se crean el cuento y acaben apuntándose de nuevo en la oficina de desempleo, y se fastidie el invento.