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Entre flores, fandanguillos y alegrías

Begoña Huertas

La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, expresó este martes en Valladolid su sensación de que en España “ya se vive de otra manera”, “se ve en las calles”, “hay mucha más alegría que hace unos meses”.

Porelamordedios, ¿tendrá un ataque de primavera, ha estado bebiendo o dónde es que vive esta mujer? La respuesta es más pueril: sus declaraciones tuvieron lugar durante un encuentro con empresarios de Castilla y León organizado por el PP.

Por eso se oye este refrán:Que Viva España. La gente canta con ardor:Que Viva España...

También Mariano Rajoy se dio un paseíllo entre flores y alegrías cuando se reunió a principios de este mes con los grandes empresarios (siempre me sale decir “los grandes mamíferos” –crecí con las sobremesas de la 2-) de este país: Telefónica (César Alierta), Banco Santander (Emilio Botín) o BBVA (Francisco González) entre muchos otros. “Voy a felicitar a Rajoy por lo bien que lo está haciendo”, Emilio expresó en voz alta la alegría de todos.

...La gente aclama al diestro con fervor. Y él saluda paseando a su cuadrilla, con esa gracia de hidalgo español...

En el simulacro de debate transmitido por TVE, González Pons no paraba de repetir “todo va bien, todo va bien”. Y es que ciertamente las cosas no pueden ir mejor para esa élite político-empresarial que nos gobierna: la mano de obra cada vez es más abundante y más barata, la esclavitud no está tan lejos. En el otro lado, las marcas de lujo aumentan beneficios. Los ricos se hacen más ricos y la brecha de la desigualdad se agranda. Atraidos por el país en ganga, los nuevos billonarios nos compran a pedazos.

Qué bonito es el Mar Mediterráneo, su costa brava y su costa del Sol(...) España siempre ha sido y será eterno paraíso sin igual...

¿Que todo esto resulta un poco incómodo? Pues sí, a qué negarlo. Pero el PP es un experto en ignorar temas incómodos y hacer creer que gobierna para una mayoría. Así, con alegría.

Hay un hombre pidiendo limosna en la calle Narváez de Madrid. Lleva unos castellanos –sin calcetines- y el pelo aplastado hacia atrás. Cada vez que le veo recuerdo aquellas declaraciones de Miguel Arias Cañete en las que aseguraba que los inmigrantes nos habían dejado sin aquellos camareros de antes que sí sabían cómo tratar a los señores. Ese hombre sentado en una esquina tiene delante un cartón donde ha escrito “soy madrileño de pura cepa” y en el que ha pegado con celo un banderín con la bandera española. No hay duda de que Cañete es su hombre y él es su mendigo. No es el único. En la calle Goya podemos ver un mendigo emprendedor. Sentado en una silla de oficina, su letrero es una extensa propuesta de trabajo para posibles socios. Sin embargo los señorones del barrio ni siquiera se molestan en leerlo, solo algunas personas -que deben estar haciendo limpieza en casa- en lugar de monedas, de vez en cuando le tiran algún libro. Unos metros más arriba una mujer advierte por escrito antes de pedir algo de comer para sus hijos: soy española.

La vida tiene otro sabor y España es la mejor Laralaralalarala “Que Viva España” Laralaralalarala

Mendigos españoles y mujeres bajo control. Porque la reforma de la ley del aborto ha sido otro tema incómodo que ha quedado aparcado de cara a las elecciones europeas. La educación y la cultura, por supuesto también. Qué más da. Alegría. Todos al “var” a celebrar la “bida”.

Solo dios pudiera hacer tanta belleza, y es imposible que puedan (sic) haber dos

“Lo que está en juego es el futuro”, dice el eslogan del PP. Y tanto: el futuro de los suyos. En la web del Partido Popular, el curriculum vitae de Miguel Arias Cañete es una sucesión anodina de cargos públicos. Afortunadamente hay otras páginas menos “parcas” -fáciles de encontrar en la red- y en ellas pueden leerse los cargos que ocupó en diversas sociedades del sector inmobiliario, agrícola o ganadero; las acciones que posee en banca y empresas petroleras y, en fin, algunos asuntillos en los que presuntamente se ha visto implicado por posible conflicto de intereses. Y es que es complicado mantenerse al margen si eres el que decide dar o no dar luz verde a un proyecto y al mismo tiempo eres también el principal beneficiario. Sobre todo si no tienes vergüenza.

En las sedes del PP tendrán la botella de champán en el congelador para bailar fandanguillos con alegría porque, seamos realistas, estos grandes mamíferos no van a soltar su presa así como así. El PP, más que un partido, es un lobby. Defienden sus negocios.

Y todo el mundo sabe que es verdad, y lloran cuando tienen que marchar

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