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La importancia de los gestos

El presidente del Partido Popular, Pablo Casado, interviene en un Desayuno Informativo de Europa Press, a 1 de junio de 2021, en el Auditorio "El Beatriz Madrid", Madrid, (España).

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Cada gesto tiene significado por mínimo que parezca. Una palabra, un silencio, una mueca, una actitud revela siempre un pensamiento. Hay quien no lo percibe porque no está dotado para las emociones, porque escapa de ellas o sencillamente porque no le interesa procesar lo que se transmite. A diferencia de las extensas declaraciones que a menudo pueden ocultar hechos o falsear situaciones, hay señales que resultan imperceptibles y, sin embargo, hablan mucho más alto que la voz más potente.

La intensidad política del gesto de Oriol Junqueras al apoyar explícitamente la concesión de los indultos es innegable. Para los inflamados, sólo pretende dar oxígeno a Pedro Sánchez en un momento de debilidad del presidente del Gobierno. Para los bien pensantes, es mucho más que eso. Es la formalización del giro de ERC, además de un nuevo cuestionamiento a la vía unilateral de la independencia. Entre unos y otros, los escépticos. Los que creen, sí, que es un paso, pero no la zancada definitiva para una fórmula de reconciliación entre la Catalunya independentista y el resto de España. Lógico. En política, nada es de hoy para mañana. Mucho menos en un conflicto que lleva enquistado varios lustros y ante el que hay partidos que miran sólo por sus intereses electorales.

Ni Oriol Junqueras ni ninguno de sus compañeros dejará de ser independentista ni nadie se lo ha pedido. En democracia uno puede ser, defender o pensar lo que quiera. Ni él ni el resto de los líderes del procés entraron en prisión por sus ideas, sino por saltarse la ley en busca de un objetivo que no permite la Constitución española. Pero sí ha cuestionado la utilidad estratégica del unilateralismo y oficializado de paso el giro que los republicanos llevan tiempo esbozando y que la derecha solo ha negado por motivos exclusivamente tácticos. 

El líder de los republicanos reconoce que la respuesta del soberanismo tras el 1-O, la Declaración Unilateral de Independencia, no fue entendida como “plenamente legítima” por una parte importante de la sociedad, “también de la catalana”.  Y lo que es más importante, apuesta por dejar de lado la vía unilateral por la que se transitó en 2017 para pasar a defender un referéndum pactado. «Hoy seguimos creyendo -añade- que la mejor vía para hacerlo, como siempre hemos defendido, es la vía escocesa», una fórmula a la que el Gobierno también ha dicho “no”  porque “el marco debe estar dentro de la legalidad”.

Con sus palabras, Junqueras se distancia al fin del discurso de sus socios de Junts per Catalunya, una formación que aún reivindica el 1-O y apuesta por la unilateralidad, y defiende la mesa de diálogo Gobierno-Generalitat. «Por mucho que se critique y se ridiculice, la mesa de diálogo y negociación entre gobiernos es un éxito en sí misma porque abre un espacio para la potencial resolución del conflicto», asevera tras reconocer que el independentismo debe sumar adeptos y credibilidad antes de volver a intentar sus objetivos.

El gesto de distensión era esperado desde hace tiempo por el Gobierno, que ha recibido de la derecha política y mediática durísimas críticas en cuanto se conoció la intención de Sánchez de indultar a los presos. Y llega justo en la semana en que la derecha en sus tres versiones -PP, Vox y Cs- volverá a gritar al unísono en la plaza de Colón contra Pedro Sánchez y su gestión del conflicto catalán. No hay duda de que siguen instalados en el cuanto peor, mejor. Para ellos no hay avances ni gestos de alivio, tampoco de distensión. Todo sigue igual, todo es malo y todo es una rendición, aunque a los independentistas hace tiempo que se les pidiera el coraje de reconocer que lo que hicieron no sirvió más que para generar frustración y dolor, y ahora lo hayan hecho explícitamente. Así seguirán, no en defensa del interés de España, sino del suyo propio, y pese a que Junqueras también haya pasado de pedir al Gobierno que se meta los indultos “por donde le quepan” a decir que la medida de gracia le parece un gesto “para aliviar el dolor”. 

Pues eso: la importancia de los gestos. De un lado y de otro. En la política y en la vida no lo son todo, pero siempre son necesarios y muy reveladores de lo que está pasando.

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