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El mundo perfecto de Mariano Rajoy

Rajoy durante su comparecencia en la Audiencia Nacional.

Antón Losada

En su mundo perfecto el presidente Rajoy se va de vacaciones convencido de que a los españoles aquello que realmente les preocupa y amenaza su libertad es Catalunya, los días pares, y Venezuela, los días impares, porque la gente normal está a las cosas importantes y a los temas trascendentes. No tiene tiempo para las caralladas de los ansiosos de la oposición, o los escandalosos de la prensa poco seria que no le saca en portada cada dos días arreglando algo, salvando a alguien o repartiendo medallas como caramelos a la puerta de un colegio.

La gente de verdad, la que habita ese mundo perfecto, habla de economía y de lo bien que la está gestionando el Gobierno. ¡Ojo! No confundamos, hablan de economía, no de dinero, que es otra cosa muy diferente. Ya nos enteramos el otro día, durante su declaración ante la Audiencia Nacional, que en los treinta años que Rajoy lleva de dirigente en el Partido Popular nunca han hablado de dinero; no es propio de gente con sentido común y de orden.

La gente como Dios manda habla de economía con seriedad, de cómo la cifras del paro y el crecimiento del PIB vuelven al 2008, de lo barato que ahora nos resulta financiar nuestra deuda o lo bien que va el comercio exterior. La gente seria no se pregunta por qué ni esa creación de empleo, ni ese crecimiento, sirven para que se recuperen los salarios, se estabilice la financiación de las pensiones o se acaben los recortes y la precariedad en los servicios públicos porque eso no le importa a casi nadie. A la gente de verdad lo que realmente le preocupa es la tasa de crecimiento y cumplir el objetivo de déficit. Todo los demás es populismo.

A esa gente normal y con sentido común que vive en el mundo perfecto de Rajoy tampoco le interesa que se siga hablando de corrupción. También está cansada y le aburre el tema después de diez años de comentarlo. Le importa mucho más saber cuándo va a entrar la Guardia Civil a poner orden en Catalunya, que cuál puede ser la próxima sede Popular que deba registrar o el próximo alto cargo del PP a quien deba detener. A esa gente con sentido común ya le valió la primer explicación: aquello de la trama contra el PP. También le sirvió la segunda: que Luis Bárcenas le había engañado. La tercera explicación: que Rajoy sólo se ocupaba de la política y no de la pasta, le parece sencillamente perfecta y además suena muy de derechas; que ya se sabe que eso del dinero nunca les importa porque todos son brillantísimos profesionales que podrían ganar mucho más en el sector privado, pero están en el mal pagado sector público por vocación de servicio.

En el mundo perfecto de Mariano Rajoy la oposición rigurosa sólo la ejerce Albert Rivera, que no quiere que el presidente comparezca en un pleno extraordinario porque le parece demasiado fácil y dónde de verdad quiere joderlo es en la comisión de investigación. Con la excepción del PNV, que también son gente seria y también quieren hablar de economía, aunque sólo de la suya, el resto de la oposición se comporta como una banda de exagerados e histéricos. Igual que toda esa gente que no es seria ni normal, que no es de verdad ni tiene sentido común, que no está a los temas realmente importantes y sólo sabe hablar de corrupción y criticar al gobierno. Por su bien, esperamos que usted no sea uno de esos; no hay sitio para usted en el mundo perfecto. Venga, circule.

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