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Un post denuncia

El movimiento "Borra Facebook" suma miles de seguidores en otras redes sociales

Gabriela Wiener

Hola, soy un post de Facebook y quiero denunciar que estoy cansado. Llevo alrededor de 15 años aguantando todo, así, literal. Dicen que el papel aguanta todo, mentira, el papel ni se imagina lo que es ser un post. No me voy a quitar méritos, creo que he tenido un desempeño crucial en ese proceso aún en marcha de acabar con la impunidad de tantos casos de violencia de género que no habían salido a la luz hasta ahora. Me siento parte de esa revolución. Si tuviera que quedarme con algo de ser post sería con eso, pero hasta ahí llegamos. Y quizás como parte de ese mismo impulso colectivo, yo hoy también me escribo, hoy me posteo.

Soy, digámoslo así, una víctima de mí mismo, vaya eso por delante. Por eso dudé mucho de si debía hacer o no este post, si debía hacerme, vamos, porque es usarme a mí mismo para lo que me usan todos los demás y hay algo perverso en todo ello. Y además porque llego tarde, porque soy el último en llegar a mi propia crisis existencial, porque ya todo el mundo alguna vez hizo un post (!) sobre este mamoneo de Facebook, porque hay en esta diatriba un irremediable tufo a trillado. Finalmente llegué a la conclusión de que por qué debería quedarme callado. Yo, que soy el canal, el medio, la herramienta, que brindo mi espacio, mi casa, mi cuerpo, mi hoja en blanco, para que otros hagan llegar su voz, por qué no puedo yo también tener voz, por qué no puedo postearme.

No me voy a enrollar, ya solo faltaría. Lo diré cortito, aunque claro, todos empiezan así y después menudos mamotretos con los que esperan tocar el alma humana. Para qué existen los blogs, ah, díganme. No pueden esperar a publicar y entrar a Facebook a ver qué fue, y actualizar cada minuto, y lo que es peor, no pueden parar de editar. Todo para ver llegar a los demás con sus falaces corazones y sus deditos arriba y sus palabras de ánimo, felicitaciones, consuelos, palabras que se lleva el viento y mi jefe Zuckerberg. Qué ejercicio de narcisismo compulsivo son vuestros post, amigos y amigas. Qué cansino y vacío intento de conseguir atención a través de mí. Qué barata les sale esta falsa celebridad virtual. Qué monumento a la escasa o nula inversión pública en salud mental constituyen vuestras letras heridas y llamados grandilocuentes. Qué coñazo sois.

Sé que no estoy siendo un post demasiado empático, ni culto, ni demasiado informado, sé que tampoco estoy lo suficientemente politizado, sé que no llevo ni link, ni foto, ni gif, sé que no voy a tener más de diez likes, sé que esto que chorreo por aquí puede interpretarse como lágrimas de blancos. Habiendo tanta gente jodida en el mundo y vamos a preocuparnos por lo que siente un post de Facebook. Tienen razón y no. Dije que sería un post corto y ya termino. No busco conmoverlos. Mi principal demanda en este post de denuncia quizá solo sea una pregunta por la pertinencia. ¿De verdad, oh amigos y seguidores, necesitan cada día y a veces varias veces al día, teclear sobre mí todo lo que brota de vuestras machacadas y soporíferas sensibilidades? ¿No sería mejor hablarlo, hacer una llamadita, quedar a una caña? ¿Por qué no se masturban algo que no sea el ego, que es más sano, por qué no escriben un libro? Por qué mejor no pensar antes de escribir en si es absolutamente necesario, urgente, si va a cambiar algo de verdad. Hoy, como post que se respeta, me siento en la obligación de clamar contra la irrelevancia. Porque si todo importa, ya nada importa.

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